El Adviento es el período que se encuentra en el comienzo del Año Litúrgico cristiano y empieza cuatro domingos antes de Navidad. Dura, por tanto, entre 21 y 28 días, e incluye siempre exactamente cuatro domingos.
El primer domingo de Adviento, al marcar el día de comienzo del año litúrgico, es necesariamente el domingo siguiente al de la fiesta de Cristo Rey (que señala el último domingo del año litúrgico).
Por tanto... ¡MUY FELIZ AÑO NUEVO!
Término: Adviento viene de adventus, venida, llegada, próximo al 30 de noviembre y termina el 24 de diciembre. Forma una unidad con la Navidad y la Epifanía.
Color: La Liturgia en este tiempo es el morado.
Sentido: El sentido del Adviento es avivar en los creyentes la espera del Señor.
Duración: 4 semanas
Partes: Se puede hablar de dos partes del Adviento:
a) desde el primer domingo al día 16 de diciembre, con marcado carácter escatológico, mirando a la venida del Señor al final de los tiempos;
b) desde el 17 de diciembre al 24 de diciembre, es la llamada "Semana Santa" de la Navidad, y se orienta a preparar más explícitamente la venida de Jesucristo en las historia, la Navidad.
Personajes: Las lecturas bíblicas de este tiempo de Adviento están tomadas sobre todo del profeta Isaías (primera lectura), también se recogen los pasajes más proféticos del Antiguo Testamento señalando la llegada del Mesías. Isaías, Juan Bautista y María de Nazaret son los modelos de creyentes que la Iglesias ofrece a los fieles para preparar la venida del Señor Jesús
Adviento, tiempo de esperanza
Adviento,
tiempo de esperanza,
en el seno de María
crece el fermento
de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo
que llega a compartir
con nosotros.
Nace Emanuel,
Dios-con-nosotros,
hecho niño,
pobre,
pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza,
entrega,
fidelidad,
coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.
Tiempo de espera,
de atención y cuidados,
de respeto y contemplación.Señor,
hay mucho dolor en nuestro tiempo,
hay sufrimiento e injusticia,
ayúdanos a sembrar
semillas de esperanza.
tiempo de esperanza,
en el seno de María
crece el fermento
de un mundo nuevo,
el hijo del Dios vivo
que llega a compartir
con nosotros.
Nace Emanuel,
Dios-con-nosotros,
hecho niño,
pobre,
pequeño y necesitado.
María nos enseña el camino
para hacer nacer a Jesús
en nuestro tiempo:
confianza,
entrega,
fidelidad,
coraje,
y mucha fe en el Dios de la Vida.
Tiempo de espera,
de atención y cuidados,
de respeto y contemplación.Señor,
hay mucho dolor en nuestro tiempo,
hay sufrimiento e injusticia,
ayúdanos a sembrar
semillas de esperanza.
Descúbrenos la alegría
de la paciente espera,
activa y fecunda,
comprometida por la vida
de los que nos rodean.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
de la paciente espera,
activa y fecunda,
comprometida por la vida
de los que nos rodean.
Enséñanos a hacer crecer
la esperanza de algo nuevo,
anímanos a entregar nuestras vidas
para la construcción del Reino.Es tiempo de espera, Señor,
pero también es tiempo de donación
y compromiso efectivo.
Contagianos la fe sencilla de María,
que dio su vida
para alumbrar el Reino
y hacer nacer la esperanza
en medio de su pueblo.Salmo de San Francisco de Asís para el tiempo
del Adviento del Señor ¿Hasta cuándo, Señor,
me olvidarás por siempre?
¿Hasta cuándo apartarás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma,
dolor en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo triunfará mi enemigo sobre mí?
Mira y escúchame, Señor, Dios mío.
Ilumina mis ojos para que nunca
me duerma en la muerte,
para que nunca diga mi enemigo:
He prevalecido contra él.
Los que me atribulan se alegrarían si yo cayera;
pero yo he esperado en tu misericordia.
Mi corazón exultará en tu salvación;
cantaré al Señor que me colmó de bienes,
y salmodiaré al nombre del Señor altísimo.
que dio su vida
para alumbrar el Reino
y hacer nacer la esperanza
en medio de su pueblo.Salmo de San Francisco de Asís para el tiempo
del Adviento del Señor ¿Hasta cuándo, Señor,
me olvidarás por siempre?
¿Hasta cuándo apartarás tu rostro de mí?
¿Hasta cuándo tendré congojas en mi alma,
dolor en mi corazón cada día?
¿Hasta cuándo triunfará mi enemigo sobre mí?
Mira y escúchame, Señor, Dios mío.
Ilumina mis ojos para que nunca
me duerma en la muerte,
para que nunca diga mi enemigo:
He prevalecido contra él.
Los que me atribulan se alegrarían si yo cayera;
pero yo he esperado en tu misericordia.
Mi corazón exultará en tu salvación;
cantaré al Señor que me colmó de bienes,
y salmodiaré al nombre del Señor altísimo.
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