martes, 30 de julio de 2013

EN EL CAMPO DE MI VIDA, ¿QUÉ PREVALECE: EL TRIGO O LA CIZAÑA?



En el evangelio de hoy tenemos el ejemplo de una alegoría. Una alegoría es una historia que la persona cuenta, pero cuando cuenta, no piensa en los elementos de la historia, sino en el asunto que debe ser esclarecido. Al leer una alegoría no es necesario mirar primero la historia como un todo, pues en una alegoría la historia no se construyó entorno a un punto central que después sirve como medio de comparación, sino que cada elemento tiene su función independiente a partir del sentido que recibe. Se trata de descubrir lo que cada elemento de las dos historias nos tiene que decir sobre el Reino como lo hace la explicación que Jesús dio de la parábola: campo, buena semilla, cizaña, siega y segadores. 
Jesús explica la parábola de la cizaña y la buena semilla. La cizaña se quemará en el momento de la cosecha y los justos brillarán como el sol en el Reino del Padre. Podemos pensar en que unos son los buenos y otros los malos. Pero también podemos pensar que todos somos como un campo en el que hay cizaña y buena semilla, que con nuestro personal campo Dios tiene una paciencia casi infinita y que espera al momento de la cosecha para librarnos de la cizaña y dejar que aparezca sólo la buena cosecha de la fraternidad en el Reino. 
En el campo existe todo mezclado: cizaña y trigo.
 En el campo de mi vida ¿qué prevalece: el trigo o la cizaña? 
¿Has intentado conversar con otras personas para descubrir el sentido de alguna parábola? 

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)

domingo, 28 de julio de 2013

Homilía del Papa en la misa de la JMJ en Copacabana


Homilía del Papa en la misa de la JMJ en 

Copacabana

Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir




Queridos hermanos y hermanas,
Queridos jóvenes:
 
«Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos». Con estas palabras, Jesús se dirige a cada uno de ustedes diciendo: «Qué bonito ha sido participar en la Jornada Mundial de la Juventud, vivir la fe junto a jóvenes venidos de los cuatro ángulos de la tierra, pero ahora tú debes ir y transmitir esta experiencia a los demás». Jesús te llama a ser un discípulo en misión. Hoy, a la luz de la palabra de Dios que acabamos de oir, ¿qué nos dice hoy el Señor? ¿qué nos dice hoy el Señor? Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir.
 
1. Vayan. En estos días aquí en Río, han podido experimentar la belleza de encontrar a Jesús y de encontrarlo juntos, sintiendo la alegría de la fe. Pero la experiencia de este encuentro no puede quedar encerrada en su vida o en el pequeño grupo de la parroquia, del movimiento o de su comunidad. Sería como quitarle el oxígeno a una llama que arde. La fe es una llama que se hace más viva cuanto más se comparte, se transmite, para que todos puedan conocer, amar y profesar a Jesucristo, que es el Señor de la vida y de la historia (cf. Rm 10,9).
 
(en español)
Pero ¡cuidado! Jesús no ha dicho: si quieren, si tienen tiempo vayan, sino que dijo: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Compartir la experiencia de la fe, dar testimonio de la fe, anunciar el evangelio es el mandato que el Señor confía a toda la Iglesia, también a ti; es un mandato que no nace de la voluntad de dominio, de la voluntad de de poder, sino de la fuerza del amor, del hecho que Jesús ha venido antes a nosotros y nos ha dado, no nos dio algo de sí, sino se nos dio todo él, ha dado su vida para salvarnos y mostrarnos el amor y la misericordia de Dios. Jesús no nos trata como a esclavos, sino como a personas libres, amigos, hermanos; y no sólo nos envía, sino que nos acompaña, está siempre a nuestro lado en esta misión de amor.

(en portugués
¿Adónde nos envía Jesús? No hay fronteras, no hay límites: nos envía a todas las personas. El evangelio no es para algunos sino para todos. No es sólo para los que nos parecen más cercanos, más receptivos, más acogedores. Es para todas las personass. No tengan miedo de ir y llevar a Cristo a cualquier ambiente, hasta las periferias existenciales, también a quien parece más lejano, más indiferente. El Señor busca a todos, quiere que todos sientan el calor de su misericordia y de su amor.
 
En particular, querría que este mandato de Cristo: «Vayan», resonara en ustedes jóvenes de la Iglesia en América Latina, comprometidos en la misión continental promovida por los obispos. Brasil, América Latina, el mundo tiene necesidad de Cristo. San Pablo exclama: «¡Ay de mí si no anuncio el evangelio!» (1 Co 9,16). Este continente ha recibido el anuncio del evangelio, que ha marcado su camino y ha dado mucho fruto. Ahora este anuncio se os ha confiado también a ustedes, para que resuene con renovada fuerza. La Iglesia necesita de ustedes, del entusiasmo, la creatividad y la alegría que les caracteriza. Un gran apóstol de Brasil, el beato José de Anchieta, se marchó a misionar cuando tenía sólo diecinueve años. ¿Saben cuál es el mejor medio para evangelizar a los jóvenes? Otro joven. Éste es el camino que vosotros tenéis que recorrer.
 
2. Sin miedo. Puede que alguno piense: «No tengo ninguna preparación especial, ¿cómo puedo ir y anunciar el evangelio?». Querido amigo, tu miedo no se diferencia mucho del de Jeremías (escuchamos en la lectura recién cuando fue llamado por Dios para ser profeta). «¡Ay, Señor, Dios mío! Mira que no sé hablar, que sólo soy un niño». También Dios dice a ustedes lo que dijo a Jeremías: «No les tengas miedo, que yo estoy contigo para librarte» (Jr 1,6.8). Él está con nosotros. 
 
«No tengan miedo». Cuando vamos a anunciar a Cristo, es él mismo el que va por delante y nos guía. Al enviar a sus discípulos en misión, ha prometido: «Yo estoy con ustedes todos los días» (Mt 28,20). Y esto es verdad también para nosotros. Jesús no nos deja solos, nunca deja solo a nadie. Nos acompaña siempre.
 
Además Jesús no dijo: «Andá», sino «Vayan»: somos enviados juntos. Queridos jóvenes, sientan la compañía de toda la Iglesia, y también la comunión de los santos, en esta misión. Cuando juntos hacemos frente a los desafíos, entonces somos fuertes, descubrimos recursos que pensábamos que no teníamos. Jesús no ha llamado a los apóstoles para que vivan aislados, los ha llamado a formar un grupo, una comunidad. Quisiera dirigirme también a ustedes, queridos sacerdotes que concelebran conmigo en esta eucaristía: han venido a acompañar a sus jóvenes, y es bonito compartir esta experiencia de fe. Seguro que los ha rejuvenecido a todos: el joven contagia juventud. Pero es sólo una etapa en el camino. Por favor, sigan acompañándolos con generosidad y alegría, ayúdenlos a comprometerse activamente en la Iglesia; que nunca se sientan solos. Y aquí quiero agradecer de corazóna los grupos de pastoral juvenil, a los movimientos y nuevas comunidades que acompañan a los jóvenes en su experiencia de ser Iglesia, tan creativos y tan audaces. Sigan adelante y no tengan miedo. 
 
3. La última palabra: para servir. Al comienzo del salmo proclamado escuchamos estas palabras: «Canten al Señor un cántico nuevo» (95,1). ¿Cuál es este cántico nuevo? No son palabras, no es una melodía, sino que es el canto de nuestra vida, es dejar que nuestra vida se identifique con la de Jesús, es tener sus sentimientos, sus pensamientos, sus acciones. Y la vida de Jesús es una vida para los demás. Es una vida para los demás, es una vida de servicio.
 
San Pablo, en la lectura que hemos escuchado hace poco, decía: «Me he hecho esclavo de todos para ganar a los más posibles» (1 Co 9,19). Para anunciar a Jesús, Pablo se ha hecho «esclavo de todos». Evangelizar es dar testimonio personalmente del amor de Dios, es superar nuestros egoísmos, significa servir inclinándonos a lavar los pies de nuestros hermanos tal como hizo Jesús.
 
Tres palabras: Vayan, sin miedo, para servir. Siguiendo estas tres palabras -vayan, sin miedo, para servir- experimentarán que quien evangeliza es evangelizado, quien transmite la alegría de la fe, recibe más alegría. Queridos jóvenes, cuando vuelvan a sus casas, no tengan miedo de ser generosos con Cristo, de dar testimonio del evangelio. En la primera lectura, cuando Dios envía al profeta Jeremías, le da el poder para «arrancar y arrasar, para destruir y demoler, para reedificar y plantar» (Jr 1,10). También es así para ustedes. Llevar el evangelio es llevar la fuerza de Dios para arrancar y arrasar el mal y la violencia; para destruir y demoler las barreras del egoísmo, la intolerancia y el odio; para edificar un mundo nuevo. Queridos jóvenes: Jesucristo cuenta con ustedes. La Iglesia cuenta con ustedes. El Papa cuenta con ustedes. Que María, Madre de Jesús y Madre nuestra, les acompañe siempre con su ternura: «Vayan y hagan discípulos a todos los pueblos». Amén.

EL PAPA A LOS JÓVENES EN LA VIGILIA



El Papa a los jóvenes en la vigilia:

Queridos jóvenes:

Hemos recordado hace poco la historia de San Francisco de Asís. Ante el crucifijo oye la voz de Jesús, que le dice: «Ve, Francisco, y repara mi casa». Y el joven Francisco responde con prontitud y generosidad a esta llamada del Señor: reparar su casa. Pero, ¿qué casa? Poco a poco se da cuenta de que no se trataba de hacer de albañil y reparar un edificio de piedra, sino de dar su contribución a la vida de la Iglesia; se trataba de ponerse al servicio de la Iglesia, amándola y trabajando para que en ella se reflejara cada vez más el rostro de Cristo.

También hoy el Señor sigue necesitando a los jóvenes para su Iglesia. También hoy llama a cada uno de ustedes a seguirlo en su Iglesia y a ser misioneros. ¿Cómo? ¿De qué manera? A partir del nombre del lugar donde nos encontramos, Campus Fidei, Campo de Fe, he pensado en tres imágenes que nos pueden ayudar a entender mejor lo que significa ser un discípulo-misionero: la primera, el campo como lugar donde se siembra; la segunda, el campo como lugar de entrenamiento; y la tercera, el campo como obra en construcción.


1. El campo como lugar donde se siembra. Todos conocemos la parábola de Jesús que habla de un sembrador que salió a sembrar en un campo; algunas simientes cayeron al borde del camino, entre piedras o en medio de espinas, y no llegaron a desarrollarse; pero otras cayeron en tierra buena y dieron mucho fruto (cf. Mt 13,1-9). Jesús mismo explicó el significado de la parábola: La simiente es la Palabra de Dios sembrada en nuestro corazón (cf. Mt 13,18-23). Queridos jóvenes, eso significa que el verdadero Campus Fidei es el corazón de cada uno de ustedes, es su vida. Y es en la vida de ustedes donde Jesús pide entrar con su palabra, con su presencia. Por favor, dejen que Cristo y su Palabra entren en su vida, que germine y crezca.


Jesús nos dice que las simientes que cayeron al borde del camino, o entre las piedras y en medio de espinas, no dieron fruto. ¿Qué terreno somos o queremos ser? Quizás somos a veces como el camino: escuchamos al Señor, pero no cambia nada en la vida, porque nos dejamos atontar por tantos reclamos superficiales que escuchamos; o como el terreno pedregoso: acogemos a Jesús con entusiasmo, pero somos inconstantes y, ante las dificultades, no tenemos el valor de ir contracorriente; o somos como el terreno espinoso: las cosas, las pasiones negativas sofocan en nosotros las palabras del Señor (cf. Mt 13,18-22). Hoy, sin embargo, estoy seguro de que la simiente cae en buena tierra, que ustedes quieren ser buena tierra, no cristianos a tiempo parcial, no «almidonados», de fachada, sino auténticos. Estoy seguro de que no quieren vivir en la ilusión de una libertad que se deja arrastrar por la moda y las conveniencias del momento. Sé que ustedes apuntan a lo alto, a decisiones definitivas que den pleno sentido a la vida. Jesús es capaz de ofrecer esto. Él es «el camino, la verdad y la vida» (Jn 14,6). Confiemos en él. Dejémonos guiar por él.


2. El campo como lugar de entrenamiento. Jesús nos pide que le sigamos toda la vida, nos pide que seamos sus discípulos, que «juguemos en su equipo». Creo que a la mayoría de ustedes les gusta el deporte. Y aquí, en Brasil, como en otros países, el fútbol es una pasión nacional. Pues bien, ¿qué hace un jugador cuando se le llama para formar parte de un equipo? Debe entrenarse y entrenarse mucho. Así es en nuestra vida de discípulos del Señor. San Pablo nos dice: «Los atletas se privan de todo, y lo hacen para obtener una corona que se marchita; nosotros, en cambio, por una corona incorruptible» (1 Co 9,25). ¡Jesús nos ofrece algo más grande que la Copa del Mundo! Nos ofrece la posibilidad de una vida fecunda y feliz, y también un futuro con él que no tendrá fin, la vida eterna. Pero nos pide que entrenemos para «estar en forma», para afrontar sin miedo todas las situaciones de la vida, dando testimonio de nuestra fe. ¿Cómo? A través del diálogo con él: la oración, que es el coloquio cotidiano con Dios, que siempre nos escucha. A través de los sacramentos, que hacen crecer en nosotros su presencia y nos configuran con Cristo. A través del amor fraterno, del saber escuchar, comprender, perdonar, acoger, ayudar a los otros, a todos, sin excluir y sin marginar. Queridos jóvenes, ¡sean auténticos «atletas de Cristo»!


3. El campo como obra en construcción. Cuando nuestro corazón es una tierra buena que recibe la Palabra de Dios, cuando «se suda la camiseta», tratando de vivir como cristianos, experimentamos algo grande: nunca estamos solos, formamos parte de una familia de hermanos que recorren el mismo camino: somos parte de la Iglesia; más aún, nos convertimos en constructores de la Iglesia y protagonistas de la historia. San Pedro nos dice que somos piedras vivas que forman una casa espiritual (cf. 1 P 2,5). Y mirando este palco, vemos que tiene la forma de una iglesia construida con piedras, con ladrillos. En la Iglesia de Jesús, las piedras vivas somos nosotros, y Jesús nos pide que edifiquemos su Iglesia; y no como una pequeña capilla donde sólo cabe un grupito de personas. Nos pide que su Iglesia sea tan grande que pueda alojar a toda la humanidad, que sea la casa de todos. Jesús me dice a mí, a ti, a cada uno: «Vayan, y hagan discípulos a todas las naciones». Esta tarde, respondámosle: Sí, también yo quiero ser una piedra viva; juntos queremos construir la Iglesia de Jesús. Digamos juntos: Quiero ir y ser constructor de la Iglesia de Cristo.
Su joven corazón alberga el deseo de construir un mundo mejor. He seguido atentamente las noticias sobre tantos jóvenes que, en muchas partes del mundo, han salido por las calles para expresar el deseo de una civilización más justa y fraterna. Sin embargo, queda la pregunta: ¿Por dónde empezar? ¿Cuáles son los criterios para la construcción de una sociedad más justa? Cuando preguntaron a la Madre Teresa qué era lo que debía cambiar en la Iglesia, respondió: Tú y yo.


Queridos amigos, no se olviden: ustedes son el campo de la fe. Ustedes son los atletas de Cristo. Ustedes son los constructores de una Iglesia más hermosa y de un mundo mejor. Levantemos nuestros ojos hacia la Virgen. Ella nos ayuda a seguir a Jesús, nos da ejemplo con su «sí» a Dios: «Aquí está la esclava del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho» (Lc 1,38). Se lo digamos también nosotros a Dios, junto con María: Hágase en mí según tu palabra. Que así sea.

JESÚS NOS ENSEÑA A ORAR: PADRE NUESTRO



La oración es imprescindible en la vida del creyente. Para que todos aprendan a orar, Lucas nos transmite la oración que Jesús enseñó a sus discípulos. No se trata de una fórmula que haya que repetir de memoria. De hecho el texto paralelo de Mt 6 9-13 muestra que los primeros cristianos se expresaban diversamente. Las dos recensiones diferentes del Padrenuestro deben explicarse por tradiciones litúrgicas distintas. La de Mateo, más próxima al medio judeocristiano; la de Lucas, más breve y con menos embellecimientos litúrgicos, más cercana probablemente a la oración original. Ninguna de estas dos versiones pretende, sin embargo, reproducir literalmente las palabras de Jesús, sino que son el recuerdo vivo y creativo de estas palabras en una comunidad cristiana determinada.
     
  El Padrenuestro resume las convicciones y deseos que deben aparecer en la oración cristiana: la invocación de Dios como Padre y una existencia invadida por el deseo de un mundo diferente. Quizá la clave está en el tema de la paternidad de Dios (Os 11 1-9). La fórmula breve de Lucas, Padre, parece más primitiva que la expresión mateana de Padre que estás en el cielo. En otros contextos de oración, Jesús utiliza la misma fórmula breve para dirigirse a Dios (Lc 10 21-22; 23, 34). Esta palabra traduce el original arameo Abba que utilizaba Jesús para dirigirse a Dios como signo de especial humildad (muchos piensan que habría que traducirla literalmente por "Papaíto"). Es un término que la Iglesia primitiva ha recogido para dirigirse a Dios (Rom 8, 15; Gal 4, 6). Según el sentido de estos textos paulinos, Dios Padre es experimentado por los cristianos, no como un poder que coarta la vida, sino como el autor de nuestra libertad.
   
    La oración debe ser, además, incansable, en espera de recibir de Dios su gran don: el Espíritu (Lc 10 13), que invadirá la Iglesia y el mundo a partir de pentecostés. Dos parábolas expresan los temas de la insistencia en la oración y de su eficacia. Si un amigo, nos dice la primera, da lo que se le pide ante la insistencia del otro, con más motivo Dios actuará así con los que se dirigen a él. Igualmente, insiste la segunda parábola, la oración siempre alcanza su objetivo, el que pide recibe. Es interesante ver el cambio que introduce Lucas con respecto al texto de Mateo. Lo que se recibe no es automáticamente lo que se pide sino el don del Espíritu, que nos permitirá afrontar las situaciones de la vida con las fuerzas de lo alto (véase Mt 7 11que nos dice que la oración obtiene buenas cosas). Lucas elimina así una posible comprensión mágica de la oración de petición.
El Mensaje del Nuevo Testamento
Luis F. García-Viana
Casa de la Biblia

EN ESTOS TIEMPOS DE CRISIS Y DESCONCIERTO, APRENDER DE JESÚS LA CONFIANZA



Lucas y Mateo han recogido en sus respectivos evangelios unas palabras de Jesús que, sin duda, quedaron muy grabadas en sus seguidores más cercanos. Es fácil que las haya pronunciado mientras se movía con sus discípulos por las aldeas de Galilea, pidiendo algo de comer, buscando acogida o llamando a la puerta de los vecinos.
Probablemente, no siempre reciben la respuesta deseada, pero Jesús no se desalienta. Su confianza en el Padre es absoluta. Sus seguidores han de aprender a confiar como él: «Os digo a vosotros: pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá». Jesús sabe lo que está diciendo pues su experiencia es ésta: «quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre».
Si algo hemos de reaprender de Jesús en estos tiempos de crisis y desconcierto en su Iglesia es la confianza. No como una actitud ingenua de quienes se tranquilizan esperando tiempos mejores. Menos aún como una postura pasiva e irresponsable, sino como el comportamiento más evangélico y profético de seguir hoy a Jesús, el Cristo. De hecho, aunque sus tres invitaciones apuntan hacia la misma actitud básica de confianza en Dios, su lenguaje sugiere diversos matices.
  • «Pedir» es la actitud propia del pobre que necesita recibir de otro lo que no puede conseguir con su propio esfuerzo. Así imaginaba Jesús a sus seguidores: como hombres y mujeres pobres, conscientes de su fragilidad e indigencia, sin rastro alguno de orgullo o autosuficiencia. No es una desgracia vivir en una Iglesia pobre, débil y privada de poder. Lo deplorable es pretender seguir hoy a Jesús pidiendo al mundo una protección que sólo nos puede venir del Padre.
  • «Buscar» no es sólo pedir. Es, además, moverse, dar pasos para alcanzar algo que se nos oculta porque está encubierto o escondido. Así ve Jesús a sus seguidores: como «buscadores del reino de Dios y su justicia». Es normal vivir hoy en una Iglesia desconcertada ante un futuro incierto. Lo extraño es no movilizarnos para buscar juntos caminos nuevos para sembrar el Evangelio en la cultura moderna.
  • «Llamar» es gritar a alguien al que no sentimos cerca, pero creemos que nos puede escuchar y atender. Así gritaba Jesús al Padre en la soledad de la cruz. Es explicable que se oscurezca hoy la fe de no pocos cristianos que aprendieron a decirla, celebrarla y vivirla en una cultura pre-moderna. Lo lamentable es que no nos esforcemos más por aprender a seguir hoy a Jesús gritando a Dios desde las contradicciones, conflictos e interrogantes del mundo actual.

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)

jueves, 25 de julio de 2013

CURSILLOS PIDE A SANTIAGO APÓSTOL SU PROTECCIÓN

CURSILLOS PIDE A SANTIAGO APÓSTOL SU  PROTECCIÓN 
Recordemos que el Movimiento de Cursillos de Cristiandad nació de una peregrinación a Santiago de Compostela para llegar a la tumba del Santo.
A principios de 1936, Manuel Aparici, presidente nacional de los jóvenes de Acción Católica, en compañía del cardenal Pacelli, propuso a Pío XI una masiva peregrinación de jóvenes al sepulcro de Santiago en Compostela. La idea fue bien acogida, pero no pudo realizarse hasta agosto de 1948 a causa de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Civil Española. Durante esos años en que se retrasó el proyecto, la Acción Católica organizó, en muchas de las diócesis de España, unos cursos anuales llamados Cursillos de Adelantados de Peregrinos.
Estos encuentros tuvieron especial éxito en Mallorca, donde fueron tomando identidad propia gracias a sus responsables -laicos y sacerdotes- que se reunían en una Escuela Diocesana de Dirigentes para preparar, revisar, corregir y perfeccionar estos cursos preparatorios a la peregrinación a Santiago. Añadieron retiros, asambleas y peregrinaciones que fueron dando una nueva identidad a estos cursos, teniendo especial trascendencia el Congreso de Lluc los días 24 y 25 de abril de 1948, con la participación de 3000 jóvenes mallorquines, y preludio inmediato del Camino de Santiago que, por fin, se haría ese año.
De ese grupo de iniciadores del MCC que fue la Escuela Diocesana de Dirigentes formaban parte laicos y sacerdotes, entre los primeros destacar a Eduardo Bonnín Aguiló y, de entre los pastores, a Juan Hervás y Benet, Obispo de Mallorca, y Sebastián Gayá Riera, presbítero. Los tres son considerados como el equipo fundador del Movimiento de Cursillos de Cristiandad
La peregrinación a Santiago planteada hace ya más de diez años, puede por fin realizarse en 1948. Del 25 de agosto al 3 de septiembre peregrinan 70.000 jóvenes españoles, 700 de ellos de Mallorca. El éxito de esta convocatoria y la celebración de la X Asamblea Diocesana de Mallorca celebrada en noviembre de ese mismo año, fueron el empujón definitivo para poner en marcha los Cursillos de Cristiandad.
¡Somos peregrinos! Nos lo recuerda nuestra Guía del Peregrino.
Apóstol Santiago, ruega por España, por todos los españoles, por Cursillos, y por las víctimas de tan trágico accidente ocurrido ayer, víspera de tu festividad.


CONFESIÓN DE FE CON SANTIAGO APÓSTOL

Confesión de Fe con Santiago Apóstol. Año de la Fe

concha-santiago
Confesión de Fe con Santiago Apóstol – Año de la Fe
Con Santiago y, como Santiago, quiero ser también testigo de tu presencia, Señor; escuchar tu Palabra, oir tu voz y saber que tu muerte y resurrección es garantía de mi afán evangelizador.
Con Santiago, quisiera sentir tu presencia en el Monte Tabor de cada Eucaristía, en la cumbre de la oración, en la cima de la contemplación o en el bálsamo de la caridad.
Como Santiago, en mi hastío y cansancio, quisiera recibir el consuelo de Santa María que, al borde del río de  dificultades, sale siempre con su mano abierta y solícita.
Como Santiago, y por mi fe, quisiera ser fuerte en la tribulación y en la prueba, en el testimonio y en la verdad, en la defensa y pregón del Evangelio.
Con Santiago, en ruta de estrellas, puentes y caminos, me comprometo a ser peregrino de la fe y de la esperanza. A no anhelar otra cosa que no sea servirte, amarte y quererte con todo mi corazón.
Como Santiago, sólo buscaré un cayado –el de la Palabra de Dios- donde apoyarme en la oscuridad de la noche, en las dudas que salgan a mi encuentro, en la debilidad que asome en el horizonte de la fe.
Con Santiago, a un costado, sólo llevaré el zurrón del Evangelio. Que, allá por donde yo pase, sea sembrador de tu Reino y de tu justicia, de tu paz y de tu verdad.
Como Santiago luciré, no el pecho y sí en las obras de cada día, la concha de mi Bautismo. Daré razón de aquello que digo creer y esperar. Lucharé para que, el nombre de Cristo, sea conocido, amado y nunca olvidado.
Con Santiago, consciente de las inclemencias para las cosas de Dios, llevaré en mi cabeza el sombrero de la confianza en la Ciudad Eterna. Sabré que, siempre, vence el bien sobre el mal y procuraré que, en mi pensamiento, exista un lugar –el mejor lugar- para el Señor.
Como Santiago, y sobre el caballo blanco de la vida cristiana, intentaré difundir la identidad cristiana allá donde me encuentre; con la espada de la lengua bien formada, con la seguridad de que –el Señor- da la fuerza necesaria para el testimonio con todas las consecuencias.
Con la fuerza y el ímpetu de Santiago Apóstol, confesaré en este Año de la Fe, que Tú eres único, eterno y salvador de la humanidad.
Amén

FESTIVIDAD DE SANTIAGO, DÍA DE FIESTA Y DE LUTO


Hoy 25 de julio celebramos la fiesta de Santiago Apóstol. 

Santiago Apóstol

Aunque hoy es un día de alegría, porque Santiago Apóstol es el patrón de
España y de infinidad de ciudades del continente americano, es también un
día de luto en España. 
Anoche, víspera de Santiago, un tren que se dirigía desde Madrid a
Santiago de Compostela, con pasajeros que se disponían a celebrar la
festividad de Santiago Apóstol, descarriló produciendo de momento 
 78 muertos y 143 heridos. 
Oremos todos por las víctimas y por la recuperación de los heridos. 

Que Santiago Apóstol bendiga España y a todos.
Apóstol Santiago, ruega e intercede por nosotros que pedimos tu protección. Amén


Para recordar los lugares en los que predicó, saber cómo se le apareció la Virgen
María, qué milagros realizó, cómo murió y dónde está enterrado, visita el apartado http://webcatolicodejavier.org/santiago.html

miércoles, 24 de julio de 2013

LOS FRUTOS SON PROPORCIONALES A LA FORMA DE ACOGER LA SEMILLA Y CUSTODIARLA



Aquel momento de sosiego personal que Jesús buscó al salir de su casa y sentarse viendo el paisaje del lago, se convirtió en una cátedra; por eso Jesús se sube en la barca –su cátedra preferida- y sentado, como un Maestro autorizado, enseñó en parábolas lo que significa la fecundidad y grandeza de la Palabra en la vida de los que la reciben y enseñan. 
Cada uno sabe qué tipo de terreno es. Los frutos son proporcionales no a la cantidad de semilla sino a la forma de acogerla y custodiarla en la dinámica de la ley del crecimiento.

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino 
(Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)

ACTIVIDADES DEL PAPA EN LA JMJ DE RÍO


Estamos muy atentos a todo lo que el santo Padre haga y diga.
Oramos por él y por toda la juventud católica y del mundo.

martes, 23 de julio de 2013

EL PAPA EN BRASIL. ABRIÓ FUERTE: "NI ORO NI PLATA, JESUCRISTO"


El Papa en Brasil.
Abrió fuerte: "Ni oro ni plata, Jesucristo"

NUEVO MILAGRO OFICIAL DE LOURDES


Constatado por la Oficina Médica y la Iglesia
La curación de una mujer con grave hipertensión es el milagro oficial número 69 de Lourdes
La curación de una mujer con grave hipertensión es el milagro oficial número 69 de Lourdes
Danila Castelli, tras su curación, ha visitado mucho Lourdes, como peregrina y voluntaria
Actualizado 23 julio 2013 
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ReL  
 Delizia Cirolli, protagonista del 65 milagro de Lourdes, explica su curación de cáncer óseo en 1976
 María tiene muchos Lourdes en África: se llaman Kibeho, Yagma, Dingasso, Bulawayo o Amanfoso
 El doctor le dijo: «No vas a poder curarte», pero ella fue a Lourdes y sanó una tuberculosis ósea
 Los médicos del santuario de Lourdes aprueban dos nuevas curaciones «inexplicables»
Danila Castelli, italiana, esposa y madre de familia, comenzó a sufrir de "graves crisis hipertensivas espontáneas" en 1980, a los 34 años.

En 1989, durante una peregrinación a Lourdes, Danila salió de las piscinas del santuario sintiendo "un extraordinario bienestar".

Unos meses más tarde, la italiana dio parte de su curación a la Oficina de Constataciones Médicas del santuario. Pasaron los años y se constató que la curación era realmente duradera, con 5 reuniones en la Oficina en 1989 y en 2010.

Ese año la Oficina concluyó que "la señora Castelli está curada, de manera total y duradera, desde su peregrinación a Lourdes en 1989, hace 21 años, de la enfermedad de la que sufría, y esto sin que tenga relación alguna con las cirugías o los tratamientos".

Su recuperación fue certificada como "inexplicable en el estado actual de los conocimientos científicos."

El papel de la Iglesia: señalar a Dios
Pero una cosa es que la ciencia reconozca que se trata de un hecho médico inexplicable, y otra distinta es que la Iglesia considere que se ha tratado de una acción de Dios, mediante la intercesión de la Virgen María.

Precisamente esto es lo que declaró y confirmó el pasado 20 de junio el obispo de Pavía, en el norte de Italia, de donde es originaria la mujer. En esas fechas Lourdes estaba abrumada por las inundaciones y los responsables del santuario dejaron pasar un tiempo antes de difundir la noticia.

El 19 de julio de 2013 el santuario de Lourdes publicaba la información en su web y la agencia AFP la redifundía este pasado domingo 21 de julio.

Crisis hipertensivas espontáneas
Nacida el 16 de enero 1964, Danila Castelli, esposa y madre de familia, comenzó a sufrir de "graves crisis hipertensivas espontáneas" en 1980, a los 34 años, informó el santuario.



A partir de 1982, tras hacerse exámenes radiológicos y una gammagrafía que mostraron que tenía tumores que producían catecolaminas (hormonas como la adrenalina y la dopamina) en la región del aparato urogenital, "se realizaron varias cirugías con la esperanza de eliminar sus crisis de presión arterial, sin resultado", añade el informe del santuario. Hasta que se bañó en las piscinas de Lourdes en 1989, Danila Castelli no se curó.

El doctor Alessandro Franciscis, presidente de la oficina médica de Lourdes, informó en la página web "Lourdes-France.org" que esta mujer "sufría de aumentos de tensión de hasta 28/15". Para la oficina médica se trata de una curación "inexplicable en el estado actual de los conocimientos científicos."

Hasta ahora, se registran más de 7.000 curaciones inexplicables en Lourdes desde las apariciones de 1858 de la Virgen a la joven Santa Bernadette.

De estos miles de casos, 69 han sido considerados como curaciones "milagrosas" por la Iglesia católica.

Otros casos recientes:

-Serge François, milagro 68 de Lourdesse cura la pierna en 2002 y realiza todo el Camino de Santiago

Delizia Cirolli, protagonista del 65 milagro de Lourdes, explica su curación de cáncer óseo en 1976

Antonieta Racco, en silla de ruedas desde 2005, camina perfectamente tras su paso por Lourdes (curación inexplicable según la Oficina, aún no declarada milagro por la Iglesia).