viernes, 31 de agosto de 2012

ASÍ CAMBIÓ LA JMJ DE MADRID LA VIDA DE 3 JÓVENES FRANCESES

Un año después no han olvidado
Así cambió la JMJ de Madrid la vida de tres jóvenes franceses
Augustin se confesó con el Papa, Constance descubrió que lo que para ella era fácil a otros les cuesta la vida, Élise fue «una saltimbanqui de Dios».
Actualizado 31 agosto 2012 
C.L. / ReL  
Este martes se abrió el plazo de inscripción para la JMJ de Río de Janeiro que tendrá lugar del 23 al 28 del próximo mes de julio, y el número uno de las fichas fue, obviamente, para Benedicto XVI. Pero aunque Brasil calienta ya motores para el acontecimiento, nadie ha olvidado España. Durante todo este mes se han sucedido las remembranzas de aquellos seis días, del 16 al 21 de agosto de 2011, que congregaron en Madrid a dos millones de jóvenes de todo el mundo.

El diario La Croix, propiedad de la conferencia episcopal francesa, también ha recogido testimonios al respecto. Entre ellos, tres muy diferentes, pero unidos por el profundo impacto que causó en sus vidas aquel evento.

Augustin, "el que se confesó con el Papa"
Augustin Deney, de 21 años, es quien tiene la historia más impactante que contar, pues no en vano fue uno de los cuatro jóvenes que pudieron confesarse con Benedicto XVI. No da detalles y habla de ello sin presunción alguna y con gran madurez doctrinal: "El sacramento es el mismo que podría haber conferido cualquier sacerdote". Aunque admite que algo sí le marcó para siempre: "Las palabras que el Papa me dijo". Haber sido confesado por el Papa, bromea, le continúa sirviendo de tarjeta de visita para sus familiares y amigos, que le presentan com "el que se confesó con el Papa".

Se deshace en alabanzas al Via Crucis de la Plaza de Colón, por el ambiente, la música, la procesión-desfile: "Todo fue soberbio, un momento espiritualmente muy fuerte, el más fuerte que yo haya visto", confiesa sentado ante una bandera española firmada por amigos que hizo entonces. Si el trabajo que compatibiliza con sus estudios de Ciencias Políticas se lo permite, estará en Río como peregrino.

Constance, "transformada" por los perseguidos
Constance Grandazzi, de 26 años, nada más volver de Madrid adquirió un mayor compromiso parroquial, en concreto la organización de conferencias, un proyecto que nació durante su estancia en España para la JMJ. Lo compatibiliza con su trabajo en una empresa de asesoría, en la que ingresó nada más terminar su máster en Humanidades.

Se perdió la JMJ de Colonia en 2005, a la que acudieron todos los jóvenes de su parroquia, y tenía una espina clavada que se sacó en la capital de España: "Quería participar para confirmar mi fe. No porque no fuese sólida, sino porque quería tomar la temperatura de la Iglesia".

Durante la peregrinación conoció a jóvenes sirios e iraquíes, y entonces comprendió que lo que para ella era fácil, en otros países implicaba violencia y podía costar la vida. Con Jamil, joven sirio ahora aspirante al sacerdocio, mantiene contacto a través de Facebook. El contacto con los cristianos perseguidos la ha "transformado": "Sabía por los periódicos lo que otros vivían, pero en Madrid comprendí el sentido de la compasión. Hoy asumo mejor mi fe. Ser creyente me hace feliz y no tengo miedo a lo que piensen los demás cuando expreso mis convicciones".

Élise, la saltimbanqui de Dios
Élise Marchal tenía 17 años cuando se embarcó en la aventura de ir a la JMJ dentro del grupo Los saltimbanquis de Dios, de la diócesis de Cambrai, que cada año representan una obra de teatro itinerante en torno a la fe, como la que hicieron sobre el sacerdote polaco Jerzy Popieluszko, asesinado por el régimen comunista en 1984.

El verano pasado ella y otros treinta compañeros hicieron en minibus 1500 kilómetros en la ruta hacia Madrid, convirtiéndose en una de las atracciones más comentadas por quienes, en el hormiguero de aquellos días, los tuvieron al lado dejando testimonio de su quehacer dramático. Evoca con especial cariño Burdeos, Salamanca... y Madrid: "Tuve la impresión de recibir una fuerza que nunca me podría llegar desde otro lado. Para mí, era evidente: Dios estaba allí".

A su regreso fue duro volver al instituto: "Me sentía atrapada por el curso de la vida", lejos de la efervescencia vivida en Cuatro Vientos. Sin embargo, esa efervescencia se tradujo en responsabilidades: a la vuelta de aquel verano, asumió la dirección de un grupo de oración de diez jóvenes, "una forma de mantener viva la llama de la JMJ". Y en Navidad, sus compañeros de Los saltimbanquis de Dios y ella hicieron un retiro en un monasterio belga.

Ahora hay en un su futuro "un gran punto de interrogación", afirma enigmáticamente: "Espero encontrar nuevas formas de vivir mi fe. Parto hacia lo desconocido. Pero tengo confianza".

SOY UNA PERSONA IMPERFECTA AMADA POR UN DIOS PERFECTO

MIRA MÁS ALLÁ, DESCUBRE A DIOS EN LAS MÍNIMAS COSAS DE LA VIDA



La parábola empieza así: “El Reino del Cielo es como diez vírgenes que prepararon sus lámparas y salieron al encuentro del novio”. Se trata de muchachas que debían acompañar al novio para la fiesta de la boda. Para esto, ellas debían llevar consigo las lámparas, sea para iluminar el camino, sea para iluminar la fiesta. Cinco de ellas eran prudentes y cinco eran sin fundamento. Esta diferencia aparece con claridad en la manera en que se preparan para la función que recibirán. Junto con las lámparas encendidas, las previdentes llevaron consigo también una vasija de aceite de reserva. Se preparaban para cualquier eventualidad. Las vírgenes sin fundamento se llevaron sólo las lámparas, sin pensar en llevarse un poco de aceite de reserva.
El novio se demora. No había una hora determinada para que llegara. En la espera, el sueño se apodera de las muchachas, sin embargo las lámpara siguen gastando aceite y se van apagando poco a poco. De repente, en medio de la noche, se oye un grito: “¡Ya está aquí el novio! ¡Salid a su encuentro!”. Todas ellas despiertan y empiezan a preparar las lámparas que ya estaban casi al final. Debían de poner el aceite de reserva para evitar que las lámparas se apagaran.
Solamente ahora las necias se dan cuenta de que olvidaron llevar consigo el aceite de reserva. Fueron a pedir aceite a las prudentes: “Dadnos de vuestro aceite, que nuestras lámparas se apagan”. Las prudentes no pudieron atender esta petición, pues en aquel momento lo que importaba no era que las prudentes compartieran su aceite con las otras, sino que estuvieran listas para acompañar al novio hasta el lugar de la fiesta. Por esto aconsejan: ‘es mejor que vayáis donde los vendedores y os lo compréis.'
Las necias siguen el consejo de las prudentes y van a comprar aceite. Durante esta breve ausencia de la compra llega el novio y las prudentes pueden acompañarlo a la fiesta de las bodas. Y la puerta se cierra detrás de ellas. Cuando llegan las otras, llaman a la puerta y piden: “¡Señor, Señor, abre la puerta para nosotras!” Y reciben la respuesta: “En verdad os digo que no os conozco”.
La historia de esta parábola es muy sencilla y la lección es evidente. “Velad, pues, porque no sabéis, ni el día, ni la hora”. Moral de la historia: no seas superficial, mira más allá del momento presente, trata de descubrir la llamada de Dios hasta en las mínimas cosas de la vida, hasta en el aceite que falta en la lámpara.
¿Se te ocurrió ya pensar en el aceite de reserva de tu lámpara?

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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jueves, 30 de agosto de 2012

NO IMPORTA LA HORA DEL FIN DEL MUNDO SINO PERCIBIR LA VENIDA DE JESÚS YA PRESENTE EN MEDIO DE NOSOTROS



El evangelio de hoy habla de la venida del Señor al final de los tiempos y nos exhorta a la vigilancia. En la época de los primeros cristianos mucha gente pensaba que el final de este mundo estaba cerca y que Jesús volvería luego. Hoy mucha gente piensa que el fin del mundo está cerca. Por esto, es bueno reflexionar sobre el significado de vigilancia.
Hasta hoy, la venida de Jesús ¡no ha acontecido! ¿Cómo entender esta demora? Es que no percibimos que Jesús ha vuelto ya, ya está en medio de nosotros: “Yo estaré en medio de vosotros todos los días, hasta el fin del mundo." (Mt 28,20). El ya está al lado de nosotros, en la lucha por la justicia, por la paz y por la vida. La plenitud no ha llegado todavía, pero una muestra o garantía del Reino ya está en medio de nosotros. Por esto, aguardamos con firme esperanza la liberación de la humanidad y de la naturaleza. Mientras esperamos y luchamos, decimos acertadamente“¡El ya está en medio de nosotros!”
Lo que importa no es saber la hora del fin de este mundo, sino tener una mirada capaz de percibir la venida de Jesús ya presente en medio de nosotros en la persona del pobre y en tantos otros modos y acontecimientos de la vida de cada día. Lo que importa es abrir los ojos y tener presente el ejemplo del buen empleado del que habla Jesús en la parábola.
¿En qué señales se apoya la gente para decir que el fin del mundo está cerca? ¿Piensas tú que el fin del mundo está cerca?
¿Qué responder a los que dicen que el fin del mundo está cerca? ¿Cuál es la fuerza que te anima a resistir y a tener esperanza?

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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martes, 28 de agosto de 2012

REZAR REDUCE RIESGO DE ALZHEIMER, ASEGURAN CIENTÍFICOS


CIENTÍFICOS DE LA UNIVERSIDAD DE TEL AVIV (ISRAEL) DESCUBREN SU POSITIVA INFLUENCIA EN EL CEREBRO

Rezar reduce riesgo de Alzheimer en las mujeres

Redacción.   En la Universidad de Tel Aviv (Israel) un grupo de científicos estadounidenses e israelíes han comunicado que, en las mujeres,  rezar de manera regular contribuye a reducir hasta la mitad el riesgo de sufrir Alzheimer.
Así, la oración tiene una influencia notablemente positiva en el cerebro, como afirma el profesor Rivka Inzelberg, que encabezó el estudio, “la oración es una costumbre en la que se emplea el pensamiento, y la actividad intelectual ocasionada podría constituir una medida de protección contra la enfermedad”.
 
Por otra parte, recomienda cualquier trabajo intelectual, ya que este influye siempre positivamente al trabajo del cerebro”, señaló el científico.
 
Esta investigación que comenzó en 2003 sobre un muestreo de unas 900 mujeres israelíes mayores de 65 años – edad en que comienza el riesgo a padecer esta enfermedad degenerativa-  aún no ha podido determinar si la oración tiene las mismas consecuencias beneficiosas en el caso de los hombres. Debido a que el 90 por ciento de los hombres aseguraron rezar a diario, y el elemento comparativo era demasiado pequeño, del 10 por ciento, no se pudo obtener una muestra comparativa adecuada. Sin embargo, en el caso de las mujeres, el 60 por ciento rezaba cinco veces al día, -como establece el Islam-, y el 40 por ciento lo hacía de manera irregular, por lo que sí existió información comparada”, explicó Inzelberg.
 
Si bien es verdad que el estudio también confirmó que las mujeres tienen el doble de riesgo de contraer la enfermedad de Alzheimer que los hombres.
 
El Alzheimer (EA), es una enfermedad neurodegenerativa, que se manifiesta por una pérdida progresiva de la memoria y de otras capacidades mentales, a medida que las células nerviosas (neuronas) mueren y diferentes zonas del cerebro se atrofian. 

LA DIFERENCIA ENTRE LA MADRE TERESA Y EL DALAI LAMA O BILLY GRAHAM


El domingo habría cumplido 102 años
La diferencia entre la Madre Teresa y el Dalai Lama o Billy Graham, según su biógrafo judío
La forma en que recordamos a una figura religiosa dice mucho sobre nosotros mismos, sostiene David van Biema en el «Time».
En septiembre se publicará en España un libro que ya fue un éxito en inglés: La Madre Teresa: La vida y las obras de una santa moderna, de David van Biema,  columnista del Time que le dedica a la fundadora de las Misioneras de la Caridad un artículo en el último número de la revista, con ocasión de acercarse el 102º aniversario de su nacimiento, un 26 de agosto de 1910 (murió el 5 de septiembre de 1997). Se titula "Por qué la Madre Teresa todavía importa", y lo encabeza una reflexión: "La forma en que recordamos a una figura religiosa dice mucho sobre nosotros mismos".

Una vida rica antes y después de morir
Van Biema es judío, y por tanto no habla como católico. De hecho, empieza explicando que se le ocurrió el artículo planteándose una cuestión: "¿Cómo recuerda la gente secular a un santo?": "Intenté imaginar lo que yo sabría sobre esta mujer hace quince años, si no me dedicase a escribir de religión para vivir. Probablemente que era buena con los pobres. Poco más. Una amiga de Lady Di. Llegué a la conclusión de que, a no ser que fuese un piadoso católicos, sabría muy poco. Y eso me condujo a considerar la diferencia entre la forma en que la Iglesia católica trata su meritoria muerte y la forma en la que lo hace el común de la sociedad".

Van Biema enumera entonces la apertura del expediente sobre sus virtudes heroicas, la investigación sobre su posible santidad, el reconocimiento en 2002 de un milagro y su beatificación en 2003, la consideración sobre un posible segundo milagro para canonizarla...: "Hay obstáculos y pasos adelante, disgustos y triunfos, a través de los cuales la vida de Teresa después de morir, se convierte casi en tan rica como antes de morir. Año tras año se conduce a los creyentes a través de un proceso que define y pone a prueba su significado para la Iglesia".
David van Biema, columnista del Time.
Graham o el Dalai Lama

Los no católicos, sin embargo, olvidan rápidamente. "Los americanos somos lo contrario del niño de la película El sexto sentido: no vemos muertos", dice con ironía, con la excepción del tratamiento a los presidentes y a Martin Luther King: "Es como si, cuanto más polarizada y fragmentada se hace nuestra sociedad, menos acuerdo hay sobre a quién deberíamos recordar".

¿Qué pasa con otros líderes religiosos? El predicador Billy Graham ha figurado en el Top 10 de los hombres más admirados en 55 de los últimos 56 años. Pero, cuando muera, "¿quién salvo los evangélicos recordará por qué lo era?". El Dalai Lama recibió el Premio Nobel de la Paz en 1989, pero "¿qué quedará en la retina pública salvo su sonrisa y la frontera del Tíbet?". "Los límites religiosos que tales figuras derribaron en vida por la pura fuerza de su personalidad o de sus actos se cerrarán de nuevo sobre sí mismos en las paredes de la tumba", afirma Van Biema.
Análisis de "trabajó por los pobres"
En el caso de Madre Teresa, lo ve distinto, y analiza qué decimos cuando decimos que "trabajó por los pobres": "Cuando decía ´los pobres´, la Madre Teresa subtitulaba ´los más pobres de los pobres´, creando una nueva categoría y una correspondiente obligación moral, identificada primero en los peores barrios de Calcuta y luego -¡sorpresa!- casi en cualquier lugar a donde mires.
También intensificó el concepto de ´trabajar con´, lanzando a sus religiosas a una íntima, sistemática y en ocasiones brutal convivencia con los más pobres". Por último, "con su habilidad para las relaciones públicas y sus viajes incansables, transformó ese humilde mandato en instituciones: miles de escuelas, orfanatos y hospicios en casi todos los países del mundo". Y todo ello, junto al hecho, revelado tras su muerte en su correspondencia, de que hizo todo eso "a pesar de una devastadora sequedad espiritual de cuarenta años".

"Trabajó con los pobres", concluye Van Biema, "es un lema que me ayuda a evocar algo más que un rostro cuando intento recordar por qué la Madre Teresa sigue siendo importante para un judío secular como yo mismo. Y -sucede a veces- cuanto más lo evoco, más me parece que vale la pena evocarlo".

http://www.religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=24499

SEGÚN EXPERTOS: "LA CONFESIÓN CURA EL ALMA Y LA MENTE"

Arrepentimiento, perdón y curación física y espiritual
«La confesión no cura sólo el alma, también la mente» dicen algunos expertos sobre sus beneficios
Según los psicólogos, el arrepentimiento actúa como medicina y el perdón también puede estimular la curación corporal.

Unos 40.000 jóvenes se confesaron en la JMJ de Madrid ´11
Mar Velasco/ReL
La fuerza sanadora del perdón no es sólo una cuestión espiritual. A esta conclusión han llegado numerosos expertos en litugia. Según sus conclusiones, «hay una dimensión terapéutica» en el sacramento de la penitencia que hunde sus raíces en el Antiguo y el Nuevo Testamento y que conecta directamente con el hombre de hoy.

«Es una perspectiva interesante y en sintonía con la sensibilidad y la cultura de nuestro tiempo que ve en la salud integral del hombre un valor por defender» afirma en declaraciones al rotativo italiano «Avvenire» el arzobispo de Palermo, monseñor Paolo Romeo.

«La salvación que el Señor nos ofrece no debe ser confundida con la salud psicosomática, pero, como enseña Jesús en el Evangelio, no la excluye, sino que la incluye» afirma el padre Pietro Solci.

«Se trata de una perspectiva tradicional en la teología y en la liturgia de las Iglesias orientales y sensibiliza las Iglesias protestantes, de gran impacto ecuménico» afirma Solci.

«Responde a la cultura de nuestro tiempo, que busca recuperar la unidad de la persona, que ve la salud como realidad que implica todos los aspectos de la vida humana, y el pecado como enfermedad, como incapacidad de relacionarse con uno mismo, con las cosas, con los demás y con Dios».

Arrepentirse para ganar saludEn todo este proceso el arrepentimiento sirve también como medicina y la reconciliación como curación. «En los últimos decenios ya se ha hablado de una teología terapéutica», sotiene.

«El pecado-afirma Angelo Pasaro, experto en Sagrada Escritura en la Facultad Teológica de Sicilia- es la distorsión de la libertad, revela la voluntad de sustraerse a la condición de dependencia de Dios. Y la capacidad del hombre de reconocer el pecado es obra de Dios. Él, como parte ofendida, da su misericordia; la alegría del perdón logra que el hombre ya no se encierre en sí mismo y sea creado nuevamente por la obra del Espíritu», explica.

Pero las encuestas más recientes muestran un cierto alejamiento del sacraemnto de la Penitencia. «Lo que resulta problemática hoy es la confesión y la concepción misma del pecado», sostiene Giuseppe Sovernigo, psicólogo y profesor del Insituto de Liturgia Pastoral de Padua.

«Son dificultades que se deben al nacimiento de nuevos problemas morales y nuevos modos de enfrentarse a viejas cuestiones morales, junto a la dificultad de asumir la responabilidad de las elecciones erróneas. Sin embargo, un acercamiento renovado al sacramento puede ser fértil. Debemos intentar reconciliar los dos aspectos que antiguamente encerrada el término "salus", es decir, salud física y salvación», concluye.

JESÚS ME INVITA A REFLEXIONAR SOBRE MI FALTA DE COHERENCIA



El evangelio de hoy presenta dos otros ‘ay’ que Jesús pronuncia contra los líderes religiosos de su época. Los dos ‘ay’ de hoy denuncian la falta de coherencia entre palabra y actitud, entre el exterior y el interior. Al meditar las palabras tan duras de Jesús, tengo que pensar no sólo en los doctores y en los fariseos de la época de Jesús., sino que también y sobre todo en el hipócrita que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en la comunidad, en nuestra iglesia, en la sociedad de hoy. Vamos a mirar en el espejo del texto, para descubrir lo que hay de errado en nosotros.
El quinto ‘ay’ contra los que insisten en la observancia y olvidan la misericordia. Este quinto ‘ay’ de Jesús contra los líderes religiosos de aquella época puede ser repetido contra muchos líderes religiosos de los siglos siguientes, hasta hoy. Muchas veces, en nombre de Dios, insistimos en detalles y olvidamos la misericordia. Por ejemplo, el jansenismo volvió la vivencia de la fe árida, insistiendo en observancias y penitencias que desviaron al pueblo del camino del amor. La hermana carmelita Teresa de Lisieux creció en este ambiente jansenista, que marcaba la Francia del final del siglo XIX. Fue a partir de una dolorosa experiencia personal que ella supo recuperar la gratuidad del amor de Dios con la fuerza que debe animar por dentro la observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del amor, las observancias hacen de Dios un ídolo.
El sexto ‘ay’ contra los que limpian las cosas por fuera y las ensucian por dentro. En el Sermón de la Montaña, Jesús critica a los que observan la letra de la ley y transgreden el espíritu de la ley. No basta observar la letra de la ley. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar, para ser fiel a lo que Dios nos pide. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca dentro de sí “los deseos de robo y de codicia” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor.
Dos ‘ay’, dos motivos más para recibir una crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de los dos cabe en mí? Observancia y gratuidad: ¿cuál de las dos prevalece en mí?
José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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lunes, 27 de agosto de 2012

HOY HE DE REFLEXIONAR SOBRE LO HIPÓCRITA QUE HAY EN MI, EN NOSOTROS, EN NUESTRA FAMILIA, EN NUESTRA IGLESIA, EN NUESTRA SOCIEDAD


 

Al reflexionar sobre los ¡ay! tengo que pensar en los doctores y en los fariseos del tiempo de Jesús, pero también y sobre todo en el hipócrita que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en nuestra Iglesia, en la sociedad de hoy.
El primer ‘ay’ contra los que cierran la puerta del Reino.¿Cómo cierran el Reino? Presentando a Dios como un juez severo, dejando poco espacio a la misericordia. Imponiendo en nombre de Dios leyes y normas que no tienen nada que ver con los mandamientos de Dios, falsificando la imagen del Reino y matando en los otros el deseo de servir a Dio y el Reino. Una comunidad que se organiza alrededor de este falso dios “no entra en el Reino”, ni es expresión del Reino, e impide que sus miembros entren en el Reino.
El segundo ‘ay’ contra los que usan la religión para enriquecerse. Jesús permite que los discípulos vivan del evangelio, pues dice que el obrero merece su salario, pero usar la oración y la religión como medio para enriquecerse, esto es hipocresía y no revela la Buena Nueva de Dios. Transforma la religión en un mercado. Cuando el mago Simeón quiso comprar el don del Espíritu Santo, Pedro lo maldijo (Hec 8,18-24). Simón recibió la “condena más severa” de la que Jesús habla en el evangelio de hoy.
El tercero ‘ay’ contra los que hacen proselitismo. Hay personas que se hacen misioneros y misioneras y anuncian el evangelio no para irradiar la Buena Nueva del amor de Dios, sino para atraer a otros a su grupo o a su iglesia. El objetivo de la misión no es para que los pueblos se vuelvan católicos, ni para hacer proselitismo, sino para que los pueblos tengan vida, y vida en abundancia.
El cuarto ‘ay’ contra los que viven haciendo juramento. Jesús hace un largo razonamiento para mostrar la incoherencia de tantos juramentos que la gente hacía o que la religión oficial mandaba hacer: juramento por el oro del templo o por la ofrenda que está sobre el altar.
 
Son cuatro ‘Ay’, cuatro motivos para recibir la crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de las cuatro críticas cabe en mí?
Nuestra Iglesia, ¿se merece hoy estos ‘ay’ de parte de Jesús?
Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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"NO BASTA HACER REGALOS, HAY QUE SER CAPACES DE SUFRIR CON Y POR LA PERSONA AMADA" R. Cantalamessa

Maridos, amad a vuestras mujeres

Llega el tiempo para todos en que ya no basta con hacer regalos; hay que ser capaces de sufrir con y por la persona amada.


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Josué 24, 1-2a.15-17b;
Efesios 5, 21-32;
Juan 6, 61-70

«Sed sumisos los unos a los otros en el temor de Cristo. Las mujeres a sus maridos, como al Señor, porque el marido es cabeza de la mujer, como Cristo es Cabeza de la Iglesia, el salvador del Cuerpo. Así como la Iglesia está sumisa a Cristo, así también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella. [...] Así deben amar los maridos a sus mujeres como a sus propios cuerpos, porque el que ama a su mujer, se ama a sí mismo».

Esta vez desearía centrar la atención en la segunda lectura del día, procedente de la Carta a los Efesios, porque contiene un tema de gran interés para la familia. Leyendo con ojos modernos las palabras de Pablo, salta a la vista inmediatamente una dificultad. Pablo recomienda al marido que «ame» a su mujer (y esto está bien), pero además recomienda a la mujer que sea «sumisa» al marido, y esto, en una sociedad fuertemente (y justamente) consciente de la paridad de sexos, parece inaceptable.

De hecho es verdad. Sobre este punto San Pablo está condicionado en parte por la mentalidad de su tiempo. Sin embargo la solución no está en suprimir de las relaciones entre marido y mujer la palabra «sumisión», sino, si acaso, en hacerla recíproca, como recíproco debe ser también el amor. En otras palabras, no sólo el marido debe amar a la mujer, sino que también la mujer al marido; no sólo la mujer debe estar sometida al marido, sino que igualmente el marido a la mujer. Amor recíproco y sumisión recíproca.

Someterse significa, en este caso, tener en cuenta la voluntad del cónyuge, su parecer y su sensibilidad; dialogar, no decidir solo; saber a veces renunciar al propio punto de vista. En resumen, acordarse de que se ha pasado a ser «cónyuges», esto es, literalmente, personas que están bajo «el mismo yugo» libremente acogido.

El Apóstol brinda a los esposos cristianos como modelo la relación de amor que existe entre Cristo y la Iglesia, pero explica enseguida en qué ha consistido tal amor: «Cristo amó a la Iglesia y se entregó a sí mismo por ella». El verdadero amor se manifiesta en la «entrega» al otro.

Hay dos formas de manifestar el propio amor a la persona amada. El primero es hacerle regalos, llenarla de dones; el segundo, mucho más exigente, cosiste en sufrir por ella. Dios nos amó de la primera manera cuando nos creó y nos llenó de bienes: el cielo, la tierra, las flores, nuestro propio cuerpo, todo es don suyo... Pero después, en la plenitud de los tiempos, en Cristo, vino a nosotros y sufrió por nosotros, hasta morir en la cruz.

También ocurre así en el amor humano. Al principio, de novios, se expresa el amor haciéndose regalos. Pero llega el tiempo para todos en que ya no basta con hacer regalos; hay que ser capaces de sufrir con y por la persona amada. Amarla a pesar de las limitaciones que se van descubriendo, de los momentos de pobreza, de las enfermedades mismas. Esto es verdadero amor que se parece al de Cristo.

En general se llama al primer tipo de amor «amor de búsqueda» (con un término griego, eros); al segundo tipo, «amor de donación» (con el término griego agape). La señal de que en una pareja se está pasando de la búsqueda a la donación, del eros al agape, es ésta: en lugar de preguntarse: «¿Qué más podría hacer por mí mi marido (respectivamente, mi mujer) que aún no haga?», uno se empieza a preguntar: «¿Qué más podría hacer por mi marido (o mi mujer) que aún no haga yo?».

[Traducción del italiano realizada por Zenit]

viernes, 24 de agosto de 2012

VIVE DE TAL MANERA QUE, CUANDO LA GENTE TE CONOZCA TENGA GANAS DE CONOCER A JESÚS TU SEÑOR

EL ENCUENTO CON CRISTO CAMBIA, DE ARRIBA ABAJO, A LAS PERSONAS



¿Pero qué fascinación tenía su palabra? ¿Qué fuerza se asomaba a su mirada? El encuentro con Jesucristo cambia, de arriba abajo, a las personas. Llega Natanael (Bartolomé), y se produce el cambio. De una actitud insolente, casi agresiva: "¿De Nazaret puede salir algo bueno?", a una rendida confesión de fe: "Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel". Lo atestigua la historia: Zaqueo, de usurero a amigo de Jesús; la Samaritana, de mujer frívola a pregonera evangélica; el centurión romano, de pagano a confesar: "Verdaderamente este era Hijo de Dios". Y tantos nombres …
Todo brotó de un testimonio, de la mediación de Felipe: "Ven, y verás".
El apóstol Bartolomé, plasmado en este texto, ilumina nuestro vivir.
Es el apóstol apenas conocido; por no saber, hasta dudamos de su nombre; y, sin embargo, forma parte de la roca y cimiento de la Iglesia. Los protagonismos, los triunfalismos, la espectacularidad -¡que sí, que se dan entre nosotros!- no dicen con el Evangelio. Por otra parte, Jesús mismo hace el elogio de Bartolomé: "Un israelita de verdad en el que no ha engaño". ¿No creéis que, en nuestro camino, nos encontramos con gentes que se creen poseedoras exclusivas de la verdad ? Es más difícil ser buscadores de la verdad, y estar dispuestos a ser fieles a la misma, incluso hasta sentir el desprecio y abandono de muchos. Todo, para ser apóstol, misionero. Los apóstoles lo oyeron de labios de Jesús: Id y predicad, bautizad y perdonad, curad y sanad. La Iglesia existe para evangelizar (EN).
Los apóstoles acabaron su vida en el martirio. Fueron testigos de verdad. Fieles hasta la muerte. La tradición dice que a San Bartolomé le martirizaron quitándole la piel. En todo caso, aquí sí que se cumple la expresión popular y deportiva: "Hay que dejarse la piel en el campo".

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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jueves, 23 de agosto de 2012

DIOS INVITA A TODOS A UN BANQUETE Y SIN EMBARGO ENCUENTRA RECHAZO



Dios está invitando siempre a un banquete. Quiere que todos entren. Sin embargo encuentra rechazo. No sabemos valorar la invitación y nos privamos de sentarnos a la mesa. Y nosotros nos creemos a veces los únicos que tenemos derecho a ello.
Pone el dedo en la llaga este pasaje evangélico para examinar la vida de nuestras comunidades y nuestra vida personal para ver si el BANQUETE es algo que necesitamos o lo tomamos como el lujo de la vida y si nos queda tiempo… Nuestra vida espiritual vale lo que vale nuestra piedad eucarística, nuestra vida eucarística. Ir al banquete. Responder a la invitación diaria que nos hace el rey al banquete de la boda de su HIJO.
¿Cuáles son los motivos que hoy limitan la participación de muchas personas en la sociedad y en la iglesia? ¿Cuáles son los motivos que ciertas personas alegan para excluirse del deber de participar en la comunidad? ¿Son motivos justos? ¿Cómo es mi vida eucaristica?

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miércoles, 22 de agosto de 2012

LA ACCIÓN DE DIOS SUPERA NUESTROS CÁLCULOS; SORPRENDE Y A VECES INCOMODA



El evangelio de hoy trae una parábola que encontramos sólo en Mateo. No la hay en los otros tres evangelios. Como en todas las parábolas, Jesús cuenta una historia hecha de elementos de la vida diaria de la gente. Retrata la situación social de su tiempo, en la que los oyentes se reconocían. Pero al mismo tiempo, en la historia de la parábola, acontecen cosas que nunca acontecen en la realidad de la vida de la gente. Al hablar del dueño, Jesús piensa en Dios, piensa en su Padre. Por esto, en la historia de la parábola, el dueño hizo cosas sorprendentes que no acontecen en el día a día de la vida de los oyentes. En esta actitud extraña del dueño hay que procurar encontrar la llave para comprender el mensaje de la parábola.
La acción de Dios supera nuestros cálculos y nuestra manera humana de actuar. Sorprende y a veces incomoda. ¿Ha ocurrido a veces en tu vida? ¿Qué lección sacas?

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martes, 21 de agosto de 2012

LAS IMÁGENES DE FE MÁS BELLAS DE LONDRES 2012

Las imágenes (de fe) más bellas de Londres 2012
Un corredor de atletismo saca la Biblia tras ganar una de las competiciones.
El domingo 19 de agosto de 2012 pude ver la película "Carros de fuego" (Reino Unido, 1981), un clásico del cine mundial. La música de esta película estuvo presente a lo largo de las olimpiadas de Londres 2012 (y de hecho fue parte de la genial intervención cómica de "mister Bean" en la innauguración de los Juegos Olímpicos).
El contexto de "Carros de fuego" son una olimpiadas (las de París 1924) y en la película está muy presente el elemento cristiano, concretamente en uno de los atletas (especialmente conmovedora la escena donde el corredor estadounidense le da, antes de comenzar la carrera de los 400 metros, un papel que dice: "El que honra a Dios, Él lo honrrará"). El factor fe también hizo acto de presencia en las olimpiadas de Londres 2012. Ciertamente no es lo que más ha destacado en la prensa pero ha sido una constante. En este breve post quiero rescatar algunas "escenas" de fe que por su belleza y valor vale la pena recordar.
A continuación cada una de las imágenes. No son todas las que deben ser pero al menos es una selección buena, representativa y rápida:
David Rudisha, keyata, ganador del oro olímpico en 800 metros con su entrenador: un religioso católico de origen irandés: el hermano Colm O´Conell.

lunes, 20 de agosto de 2012

¿EL CAMINO PARA LA VIDA ETERNA? ¿ACEPTAS LA PROPUESTA DE JESÚS?



El evangelio de hoy nos narra la historia del joven que pregunta por el camino de la vida eterna. Jesús le indica el camino de la pobreza. El joven no acepta la propuesta de Jesús, pues era muy rico. Una persona rica está protegida por la seguridad que la riqueza le da. Tiene dificultad en abrir la mano de su seguridad. Agarrada a las ventajas de sus bienes, vive preocupada en defender sus propios intereses. Una persona pobre no tiene esta preocupación. Pero hay pobres con mentalidad de ricos. Muchas veces, el deseo de riqueza crea en ellos una enorme dependencia y hace que el pobre sea esclavo del consumismo, pues queda teniendo deudas por todos los lados. Y no tiene más tiempo para dedicarse al servicio del prójimo.
Jesús sólo recordó los mandamientos que hablan respecto de la vida junto al prójimo. ¡No menciona los tres primeros mandamientos que definen nuestra relación con Dios! Para Jesús, sólo conseguiremos estar bien con Dios, si sabemos estar bien con el prójimo. De nada adelanta engañar. La puerta para llegar hasta Dios es el prójimo. En muchas ocasiones queremos justificar nuestra no respuesta a lo que el prójimo necesita de mi con decir que Dios me pide más y el prójimo me estorba.
¿Qué significa para nosotros hoy: “Ve, vende todo y dalo a los pobres”? ¿Es posible tomarse esto al pie de la letra? ¿Conoces a alguien que consigue dejarlo todo por causa del Reino?

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
http://www.cursillosdecristiandad.es/

SER CURSILLISTA EN VERANO

¿CÓMO SER CURSILLISTA EN VERANO?

 
 
El verano es un tiempo muy importante también para vida del cursillista, no porque sea un tiempo de mucha actividad dentro del Movimiento, sino, porque es, ante todo, un tiempo favorable para descansar, reponer fuerzas, revisar nuestra vida, evaluar nuestro trabajo profesional, valorar nuestra entrega vocacional dentro del Movimiento, orar, leer pausadamente, estudiar algunos temas de candente actualidad, disfrutar del silencio, gozar del encanto de las cosas pequeñas, contemplar la naturaleza, conocer nuevos pueblos y personas, tener experiencias entrañables de vida familiar y de amistad.
Quiero ofrecer a todos diez puntos de reflexión que sean motivo de estudio y meditación a lo largo de este verano, sin ánimo de impedir otros sanos proyectos que, posiblemente, has preparado con ilusión y estás deseando realizar. Creo que más que impedir los planes propios, te pueden ayudar a realizarlos con el espíritu propio que nos identifica a los cursillistas dentro de la Iglesia y del mundo, que no es otro que dejarnos conducir y seducir por la Palabra de Dios, Jesucristo nuestro Señor.

1. COMENZA LAS VACACIONES CON JESÚS
Jesús nos invita descansar: «Venid vosotros a solas a un lugar desierto a descansar un poco» (Mc 6,31). Porque el trabajo del curso ha sido duro e intenso, porque cuesta mucho ser fiel a los compromisos adquiridos dentro del Movimiento, porque cada día es más difícil hablar de Dios en la sociedad que nos ha tocado vivir, porque, en definitiva, tengo mi edad y mis obligaciones, y no sé si tendré fuerzas para seguir entregándome un año más… Pero, llegado el final de curso, Jesús se dirige a ti para decirte: ¡Ven a descansar un poco conmigo. Yo soy tu vida. Yo soy tu fortaleza. Yo soy tu esperanza. Yo soy tu recompensa! No temas ir con Él. El Señor sabe más que tú de cansancios y sinsabores, por eso te comprende y te invita a hacer un alto en el camino: «Jesús, cansado del camino, estaba allí sentado junto al pozo. Era hacia la hora sexta» (Jn 4,6). Jesús tuvo sed en muchos momentos de su vida apostólica y sabe cómo se calma. Él te ofrece el agua verdadera que sacia la sed, para que no te contentes con los pequeños sorbos que ofrece la vida y siempre te dejan insatisfecho: «El que bebe de esta agua, vuelve a tener sed; pero el que beba del agua que yo le daré nunca más tendrá sed: el agua que yo le daré se convertirá dentro de él en un surtidor de agua que salta hasta la vida eterna» (Jn 4,13-14). Sólo el descanso con Jesús puede reparar tus fuerzas desgastadas y saciar tu sed, porque sólo Él es el Agua Viva que buscar y necesitas para ser feliz.
2. BUSCA UN LUGAR TRANQUILO PARA ORAR
Jesús nos lleva aparte porque quiere alentar nuestra esperanza. Cuando se acerca “la Hora” de Jesús, la hora de la entrega hasta la muerte de Cruz, quiere aleccionar a los suyos y anunciarles su victoria definitiva para que no desfallezcan en las tribulaciones: «Mientras iba subiendo Jesús a Jerusalén, tomando aparte a los Doce, les dijo por el camino: Mirad, estamos subiendo a Jerusalén y el Hijo del hombre va a ser entregado a los sumos sacerdotes y a los escribas, y lo condenarán a muerte y lo entregarán a los gentiles, para que se burlen de él, lo azoten y lo crucifiquen; y al tercer día resucitará» (Mt 20,17-19). Jesús quiere llevarnos aparte para que no nos escandalicemos de su Pasión y nos apartemos de Él; para que no temamos las burlas y las persecuciones que tenemos que sufrir como cursillistas, sino que, unamos nuestros padecimientos por el Reino de Dios a los suyos y, así, podamos unirnos también a su triunfo sobre el pecado y la muerte.
3. RETÍRATE DEL BULLICIO PARA RECUPERARTE
Jesús nos aleja un poco de la gente porque quiere sanarnos de verdad y recuperarnos del todo. Él conoce nuestra indiferencia para no oír, lo que no queremos oír; para no escuchar, a quien no queremos escuchar. Conoce, también, nuestro silencio para no arriesgarnos a decir lo que tenemos que decir a otros o no decirlo cuándo tenemos y debemos decirlo. El verano es un tiempo de gracia para que Cristo, llevándonos aparte, cure nuestra sordera voluntaria y nuestro cómodo mutismo: «Él, apartándolo de la gente, a solas, le metió los dedos en los oídos y le con la saliva le tocó la lengua. Y mirando al cielo, suspiró y le dijo: ­Effetá (esto es, «ábrete»). Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba correctamente» (Mc 7,33-35). Es tiempo de dejar que el Médico de nuestras almas abra nuestros oídos a su Palabra, al soplo de su Espíritu y a la escucha de las necesidades de nuestros hermanos más necesitados que claman por encontrarse con Él en el Cursillo, aún sin saberlo conscientemente. Es tiempo de que Jesús suelte las trabas de nuestra lengua para que alabemos a su Padre por todas sus obras y anunciemos su Reino con valentía a aquellos que nos rodean, proponiéndoles un encuentro con Cristo. Jesús nos aparta durante un poco tiempo de la gente que tratamos ordinariamente, para devolvernos después a ella, sanos y salvos, sin trabas en la lengua. El verano es para muchas personas un tiempo de “ir” y “venir” constantemente de “acá” para “allá”, sin saber “a dónde va”, ni “por qué lo hace”. Procuremos los cursillistas: “Ir” a Jesús, para “venir” renovados al curso que viene. Dejemos que Cristo obre en nosotros para que volvamos a la Escuela, al grupo, a la Ultreya…, con un oído que escuche, un corazón que ame y una lengua dispuesta a proclamar la grandeza del Señor sin temor a nadie y a nada.

4. GOZA DE LA BELLEZA DE LA NATURALEZA
Jesús nos invita a ir con él a la montaña: « Seis días más tarde, Jesús toma consigo a Pedro, a Santiago y a Juan, sube aparte con ellos solos a un monte alto, y se transfiguró delante de ellos» (Mc 9,2). Jesús quiere que estemos con él para darnos a conocer, como hizo con tres de sus Apóstoles, su Ser más íntimo. Jesús espera que lo contemplemos y nos desahoguemos con él en la oración, porque puede hacernos fuertes ante las cruces que nos esperan en la Nueva Evangelización. El aire sano de la montaña te irá bien. Allí se une el cielo con la tierra. Allí lo humano se eleva hasta Dios y lo divino se acerca hasta nosotros para que en el rostro transfigurado del Hijo amado de Dios se ilumine toda nuestra vida y encontremos el sentido de todas las cosas. Sube al Tabor con Jesús y, si puedes, planta una tienda en la montaña y quédate unos días con Él en oración. Volverás a casa renovado, no lo dudes. Haber contemplado durante un tiempo su rostro transfigurado no lo olvidarás jamás. La belleza de la naturaleza te acerca a Dios, porque: «El mundo ha sido creado para gloria de Dios, el cual ha querido manifestar y comunicar su bondad, verdad y belleza. El fin último de la Creación es que Dios, en Cristo, pueda ser «todo en todos» (1Co 15,28), para gloria suya y nuestra felicidad» (Compendio, 53).

5. ACOGE AL “PEREGRINO” QUE SIEMPRE TE ACOMPAÑA
Jesús nos acompaña con su Palabra en el camino de nuestra vida y en las caminatas del verano: «Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos» (Lc 24,15). Él no está lejos de nuestros problemas y preguntas. Vayamos donde vayamos este verano y estemos como estemos espiritualmente, el Señor Resucitado, siempre se hará el encontradizo para responder a nuestras preguntas y solucionar nuestras dudas. Cualquier ruta que elijamos en tiempo de vacaciones es útil para dejarse instruir por el Maestro. Todos los caminos y senderos son una oportunidad para que por la presencia misteriosa del “Peregrino”, arda nuestro corazón y se nos aclaren las ideas. Sólo necesitamos abrirle nuestro corazón y escuchar su Palabra. No temas hablarle de todo lo que te preocupa y, también, de los problemas de los tuyos. Preséntale, a la vez, las cuestiones más candentes de nuestro Movimiento de Cursillos y de toda la humanidad. Confía en su Palabra y dile con mucho amor: «Lámpara es tu palabra para mis pasos, luz en mi sendero» (Sal 119 (118), 105).

6. PARTICIPA EN LA EUCARISTÍA SIEMPRE QUE PUEDAS
Jesús se sienta con nosotros a la mesa y nos alimenta con su Cuerpo: «Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo iba dando. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero  él desapareció de su vista» (Lc 24,30-31). Busquemos con mucha determinación participar cada día en la Eucaristía. No temamos abrirle las puertas de nuestro corazón a Cristo que pasa junto a nosotros. Si le decimos como los discípulos de Emaús: «“Quédate con nosotros, porque atardece y el día va de caída” Y entró para quedarse con ellos» (Lc 24,29) Seguro que, también, se hospedará en nuestra casa llenándola de luz. Su presencia sacramental reparará cada día nuestras fuerzas cansadas. En todos los caminos que recorramos estas vacaciones encontraremos una Mesa puesta por el mismo Jesús, dentro de su Iglesia. Él nos alimenta con su Cuerpo y nos envía a la misión de hacer discípulos suyos a todas las gentes. A la vuelta del verano podremos contar a nuestros hermanos cursillistas, lo que nos ha ocurrido por el camino de este verano y cómo lo pudimos reconocer al partir el pan (cf Lc 24,35).

7. ESCUCHA LA VOZ DE CRISTO QUE TE SIGUE LLAMANDO
Jesús se acerca, hoy también, a la orilla del lago y nos vuelve a llamar: «Pasando junto al mar de Galilea, vio a Simón y a Andrés, el hermano de Simón, echando las redes en el mar, pues eran pescadores. Jesús les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres». Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron» (Mc 1,16-18). Si te acercas este verano a la orilla del mar o pasas unos días junto a él, recuerda que, en un lugar parecido a ese, fueron llamados los Apóstoles de Jesús a seguirle. La playa puede traer a tu memoria tu encuentro con Jesús en el Cursillo. Vuelve a escuchar al Maestro que te dice: «Ven y sígueme» (Mt 19,21). Recuerda cómo te miró aquellos días y dale gracias por haberte elegido para que estuvieras con Él y enviarte a predicar (cf Mc 3,14-15). El Reino de Dios necesita hombres y mujeres, entregados y desprendidos, que escuchen la voz del Maestro y lo dejen todo por seguirlo. La mies es mucha y los obreros son pocos. La Nueva Evangelización necesita que los “llamados”, respondan con prontitud y generosidad. En los días de vacaciones, deja de nuevo tus redes y tu barca en la orilla, deja aquello que te ata y te impide seguir al Maestro con plena libertad. Renueva tu vocación de cursillista, renueva la ofrenda de tu vida en la Escuela, en el grupo, en el pre-cursillo y en el pos-cursillo. También el Cursillo muestra a algunos el camino del Ministerio sacerdotal y de la Vida Consagrada. No temas dejarlo todo por el Reino de Dios y consagrar tu vida a Cristo y a su Iglesia, si has escuchado la llamada especial de Dios: «Recibirás ahora, en este tiempo, cien veces más –casas y hermanos y hermanas y madres e hijos y tierras, con persecuciones-, y en la edad futura, vida eterna» (Mc 10, 30).

8. NO TEMAS LAS TORMENTAS PASAJERAS DEL VERANO
Jesús calma la tempestad: Muchas veces nos quejamos de las dificultades, que debemos superar para ser fermento en nuestros ambientes. Hoy, encontramos a nuestro alrededor: mucho desinterés, apatía, indiferencia, desencanto, desesperanza, etc. Y nos preguntamos: ¿Qué está ocurriendo en la familia cristiana, en la cultura actual, en la sociedad, en la religiosidad popular, en la parroquia, el MCC, etc.? Nos parece estar sufriendo una terrible tempestad. Los cursillistas nos sentimos, en muchas ocasiones, solos e indefensos ante el peligro. Al evaluar el curso y recordar que no hemos podido celebrar todos los Cursillos programados, por falta de participantes, podemos pensar: ¿No estaremos caminando en vano? (cf Gál 2,2). Algo parecido les ocurrió en el lago de Tiberiades a los Apóstoles. Subieron con Jesús a la barca y se levantó una terrible tempestad y temieron perecer. Jesús iba dormido: «Se acercaron y lo despertaron gritándole: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!». Él les dice: «¿Por qué tenéis miedo, hombres de poca fe?». Se puso en pie, increpó a los vientos y al mar y vino una gran calma» (Mt 8,25-26). No debemos, pues, temer las turbulencias del curso pasado, ni las que tengamos que sufrir en el verano, ni las que pueden amenazarnos en el futuro: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el final de los tiempos» (Mt 28,21). Su obra llegará a buen término. Su palabra es la de «Dios Padre Todopoderoso». Profesa tu fe en Él y únete a la profesión de fe de nuestro Patrón, San Pablo: «Sé de quién me he fiado, y estoy firmemente persuadido de que tiene poder para velar por mi depósito hasta aquel día» (2Tm 1,12).

9. AVENTÚRATE A REMAR MAR ADENTRO
Jesús nos invita a “remar mar adentro”: Es posible que alguno de vosotros se embarque este verano. Adentrase en el mar es siempre una aventura arriesgada y difícil. Soltar las amarras que nos aseguran a la tierra firme y lanzarse mar adentro sin ninguna atadura, requiere un espíritu valiente y, a la vez, una gran dosis de confianza. Cuando contemples el mar recuerda que el trabajo aún por hacer en la Nueva Evangelización es inmenso, como inmenso es el mar que tienes ante tus ojos. La Iglesia, la pequeña barca de Pedro, sigue navegando por el mar tempestuoso del tercer milenio, para anunciar a todos los pueblos de la tierra el amor de Dios, nuestro Padre, manifestado por su Hijo Jesucristo, muerto y resucitado, en el Espíritu Santo. La Iglesia no se queda en la orilla del mundo, más o menos cómodamente, sino que, escuchando la invitación permanente de su Esposo y Señor: «Rema mar adentro, y echad vuestras redes para la pesca» (Lc 5,4). Todos los cristianos estamos llamados por el Papa Benedicto XVI a lanzarnos a la misión evangelizadora. Los Cursillistas tenemos, además, una encomienda especial de nuestro Obispo José Manuel. Contamos con la fuerza del Espíritu Santo que fue enviado el día de Pentecostés. Los cursillistas de este momento, tenemos que poner nuestras vidas y trabajos en las manos del Señor, con el mismo entusiasmo de los primeros cristianos y la misma confianza de San Pedro: «Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos recogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes» (Lc 5,5). Así lo han hecho durante cincuenta años los cursillistas que nos han precedido. Dedica tiempo en los días del descanso veraniego a renovar tu vocación de hacer el «Primer Anuncio», de ir «mar adentro» con todo el Movimiento de Cursillos de Cristiandad. Renueva tu vocación apostólica de acompañamiento y ayuda a los hermanos que, como tú, se han encontrado con Cristo y necesitan ser ayudados. No hay trabajo que se haga en el nombre de Jesús, por difícil y oscuro que parezca, que no sea la firme promesa de una pesca segura y abundante.

10. DEDICA TIEMPO A LEER UN LIBRO DE ESPIRITUALIDAD
La vocación que recibimos los cursillistas es una vocación de transmitir a otros lo que hemos visto y oído en el Cursillo, con el testimonio de la vida y «la enseñanza de lo fundamental cristiano». Esto supone tener experiencia personal de fe y una formación sólida. Jesús, antes de ascender al cielo desde un monte, dio a los suyos, con el poder divino que le pertenecía como Dios, la misión que había recibido del Padre: «Se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado» (Mt 28,19-20). Esta misión es, antes que nada, un don precioso que hemos de acoger y agradecer todos los días de nuestra vida. También, reclama de nosotros la responsabilidad de adquirir un conocimiento profundo, verdadero y completo de “todo lo que nos ha mandado el Señor” (cf Mt 28,20). Seguro que puedes sacar tiempo para leer algunos documentos que el Papa Benedicto XVI ha dirigido a toda la Iglesia y nos ha invitado a meditar para que nos dispongamos ha celebrar el Año de la fe que comenzará el 11 de octubre del presente año: la Carta Apostólica “La Puerta de la Fe”; los Documentos del Concilio Vaticano II para celebrar los cincuenta años de su comienzo y el Catecismo de la Iglesia Católica para celebrar el 20 aniversario de su publicación. El tiempo de vacaciones nos permite leer y estudiar lo que durante el curso es imposible hacer. Echa estos libros en la maleta y tenlos al alcance de la mano como libros de lectura espiritual. Tu formación e ideal de cursillista se ampliará y consolidará.

CONCLUSIÓN

Entremos, pues, en el corazón del Maestro de nuestras vidas, nuestro Señor Jesucristo, y dejemos que la experiencia de un nuevo encuentro con Él, en la calma del verano, nos mantenga siempre fieles a la vocación misionera a la que hemos sido llamados en la Iglesia.
Que la celebración litúrgica de la Virgen del Carmen, el 16 de Julio, y de la Asunción de Nuestra Señora, el 15 de Agosto, afiance nuestra fe, consolide nuestra esperanza y nos colme de la caridad para que, después del descanso necesario, emprendamos el nuevo curso con las fuerzas renovadas y el firme propósito de vivir el «Año de la fe» y servir a la «Nueva Evangelización», con los medios y las gracias que Dios nos concede dentro del Movimiento del Cursillos de Cristiandad.
Que el Cristo de la Mirada siga cuidando nuestro Movimiento de Cursillos y atraiga a todos hacia sí, para que el mundo entero se salve por Él

¡FELICES VACACIONES!
Artículo del Consiliario de Cartagena, Miguel Ángel Gil 

domingo, 19 de agosto de 2012

LA PRESENCIA Y MIRADA DE DIOS DILATAN LAS ALEGRÍAS



Vivir «eucarísticamente» los gozos de la vida

La presencia y la mirada de Dios no ofuscan nuestras alegrías honestas; al contrario, las dilatan
 Raniero Cantalamessa
«En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él».

El pasaje evangélico continúa la lectura del capítulo VI de Juan. El elemento nuevo es que al discurso sobre el pan Jesús añade el del vino; a la imagen del alimento la de la bebida; al don de su carne el de su sangre. El simbolismo eucarístico alcanza su culmen y su totalidad.

Dijimos la semana pasada que para entender la Eucaristía es esencial partir de los signos elegidos por Jesús. El pan es signo de alimento, de comunión entre quienes lo comen juntos; a través de él llega al altar y es santificado todo el trabajo humano. Planteémonos la misma pregunta para la sangre. ¿Qué significa y qué evoca para nosotros la palabra sangre? Evoca en primer lugar todo el sufrimiento que existe en el mundo. Si, por lo tanto, en el signo del pan llega al altar el trabajo del hombre, en el signo del vino llega ahí también todo el dolor humano; llega para ser santificado y recibir un sentido y una esperanza de rescate gracias a la sangre del Cordero inmaculado, a la que está unido como las gotas de agua mezcladas con el vino en el cáliz.

¿Pero por qué, para significar su sangre, Jesús eligió precisamente el vino? ¿Sólo por la afinidad del color? ¿Qué representa el vino para los hombres? Representa la alegría, la fiesta; no representa tanto la utilidad (como el pan) cuanto el deleite. No está hecho sólo para beber, sino también para brindar. Jesús multiplica los panes por la necesidad de la gente, pero en Caná multiplica el vino para la alegría de los comensales. La Escritura dice que «el vino recrea el corazón del hombre y el pan sostiene su vigor» (Sal 104, 15).

Si Jesús hubiera elegido para la Eucaristía pan y agua, habría indicado sólo la santificación del sufrimiento («pan y agua» son de hecho sinónimos de ayuno, de austeridad y de penitencia). Al elegir pan y vino quiso indicar también la santificación de la alegría. Qué bello sería si aprendiéramos a vivir también los gozos de la vida, eucarísticamente, esto es, en acción de gracias a Dios. La presencia y la mirada de Dios no ofuscan nuestras alegrías honestas; al contrario, las dilatan.

Pero el vino, además de alegría, evoca también un problema grave. En la segunda lectura escuchamos esta advertencia del Apóstol: «no os embriaguéis con vino, que es causa de libertinaje; llenaos más bien del Espíritu». Sugiere combatir la ebriedad del vino con «la sobria embriaguez del Espíritu», una embriaguez con otra.

Actualmente existen muchas iniciativas de recuperación entre las personas con problemas de alcoholismo. Procuran emplear todos los medios sugeridos por la ciencia y la psicología. No se puede sino alentarlas y sostenerlas. Pero quien cree no debería descuidar también los medios espirituales, que son la oración, los sacramentos y la palabra de Dios. En la obra El peregrino ruso se lee una historia cierta. Un soldado esclavo del alcohol y amenazado con ser licenciado fue a un santo monje a preguntarle qué debía hacer para vencer su vicio. Este le ordenó que leyera cada noche, antes de acostarse, un capítulo del Evangelio. Él consiguió un Evangelio y comenzó a hacerlo con diligencia. Pero al poco volvió desolado al monje a decirle: «¡Padre, soy demasiado ignorante y no entiendo nada de lo que leo! Deme otra cosa que hacer». Le respondió: «Sigue solamente leyendo. Tu no entiendes, pero los demonios entienden y tiemblan». Así lo hizo aquél y fue liberado de su vicio. ¿Por qué no intentarlo?