miércoles, 1 de agosto de 2012

¿POR QUÉ EL PAPA LLEVA UN AÑO HABLANDO A LOS CATÓLICOS DE ORACIÓN? ¡DESCÚBRELO!

¿Por qué el Papa lleva un año hablando a los católicos de oracion?
La Escuela de Oración de Benedicto XVI cumple un año

 
 Selección de textos sobre la catequesis del Papa  
"Hoy comenzamos un ciclo de catequesis que se centrará en el tema de la oración. Desarrollaremos una especie de escuela de Oración, basada en la Escritura y en la gran Tradición de la Iglesia, en la que nuestro ejemplo será Jesús y su dialogo íntimo y constante con el Padre. Por ello, como los discípulos, le pedimos: "Enséñanos a orar".
 Benedicto XVI, 4 de Mayo de 2011

El Papa comenzó en el mes de mayo de 2011 una catequesis sobre la oración, en la que cada miércoles se dirigía desde la Basílica de San Pedro a todos los católicos del mundo. ¿Por qué nos habla el Santo Padre sobre la oración? Benedicto XVI quiere elevar el nivel de espiritualidad de su Iglesia, para sea una Iglesia viva, ya que es consciente de la importancia central que tiene el trato directo con Dios en cada cristiano.
Para ello ha creado una "Escuela de Oración", una academia en la que cada miércoles nos imparte una lección, nos invita a abrir nuestro corazón a Dios, y a elevar los ojos al cielo. No hay exámenes. Siguiendo sus orientaciones podemos aprender a rezar, nos podemos ir familiarizando con ese mundo sobrenatural que es la vida de trato personal con Dios. 
El Santo Padre desea que los católicos confiemos más en Dios, que le tratemos, que le descubramos como Padre, como Amigo, como Maestro. En definitiva: nos quiere enseñar el camino de la felicidad, y para eso, nos ofrece fundamentos sólidos para nuestra vida ordinaria: en la oración encontramos la fortaleza, en la oración nos ponemos en contacto con la fuente de la alegría, con la Vida misma. 
Benedicto XVI es consciente que la solución de los males del mundo y de los problemas de los hombres pasa por esta "escuela de oración". Por eso nos presenta una serie de orientaciones y sugerencias conduciéndonos a través de la Historia de la Salvación, en una pedagogía magistral sobre qué es la oración y sobre la necesidad del cristiano de rezar, a veces dando sugerencias sobre cómo hacerla. 
En las primeras catequesis, a modo de introducción, reflexionó sobre algunos ejemplos de oración en diversas culturas antiguas en las que podemos observar cómo el hombre se ha dirigido a Dios y ha sentido el deseo de buscar la comunión con Él. A continuación fue relatando la oración en el Antiguo Testamento, deteniéndose particularmente en los Salmos. Después pasó a comentar la oración a través de los Evangelios. Particularmente conmovedoras son sus históricas catequesis sobre la oración de Jesús ante su Pasión y Muerte Estos últimos meses ha reflexionado sobre la oración en los Hechos de los Apóstoles y en estos momentos presenta la oración a través de las Cartas de San Pablo. Todo un recorrido por toda la Sagrada Escritura en el que ha desgranado y explicado lo qué él mismo procura vivir, lo que lleva dentro, su experiencia personal de trato con ese Señor que "está presente y escucha, aún en la oscuridad del dolor, del rechazo y de la soledad". Presentamos a continuación una selección de textos escogidos de la Escuela de Oración, que resumen ideas sobre que las Papa ha reflexionado con frecuencia.

Necesidad de la oración 
11 de mayo, 2011
 “El hombre ha sido creado por Dios y para Dios. Tiene su imagen impresa en su ser y por eso anhela la luz que le permite responder al sentido profundo de su existencia, una respuesta que no está en las ciencias empíricas”.
7 de marzo, 2012
“A nosotros, con frecuencia preocupados por la eficacia operativa y por los resultados (...) que conseguimos, la oración de Jesús nos indica que nos hace falta detenernos, vivir momentos de intimidad con Dios, 'separándonos' del fragor de cada día para escuchar, para ir a la 'raíz' que sostiene y alimenta la vida. Uno de los momentos más hermosos de su plegaria es cuando, a la hora de hacer frente a las enfermedades, a las dificultades y límites de sus interlocutores, reza a su Padre enseñando a quienes lo rodean dónde hay que buscar la fuente de la que brotan la esperanza y la salvación”.
18 de abril, 2012
“También nosotros -finalizó el Santo Padre- debemos llevar los acontecimientos de nuestra vida cotidiana a nuestra oración, para buscar su significado más profundo. Y como la primera comunidad cristiana, dejándonos iluminar por la Palabra de Dios, a través de la meditación de la Sagrada Escritura, podemos aprender a ver que Dios está presente en nuestras vidas, incluso en tiempos difíciles, y que todo (…) forma parte de un diseño superior de amor en el que la victoria final sobre el mal, sobre el pecado y la muerte, es realmente la del bien, la de la gracia, la de la vida, la de Dios”.
25 de abril, 2012
Sin la oración diaria vivida con fidelidad, nuestro obrar se vacía, pierde el alma profunda, se reduce a un simple activismo que nos deja insatisfechos. (…) Todos los pasos de nuestra vida, todas las acciones -también las de la Iglesia- deben ser hechas ante Dios, en la oración, a la luz de su Palabra”.Cuando la oración se alimenta con la Palabra de Dios, “se ve la realidad con ojos nuevos, con los ojos de la fe, y el Señor, que habla a la mente y al corazón, da nueva luz al camino en cualquier situación. Nosotros creemos en la fuerza de la Palabra de Dios y de la oración. (…) Si los pulmones de la oración y de la Palabra de Dios no alimentan la respiración de nuestra vida espiritual, nos arriesgamos a ahogarnos en medio de las mil cosas de todos los días. La oración es la respiración del alma y de la vida”.
2 de mayo, 2012
En el momento del martirio del santo, afirmó el Papa, “se manifiesta una vez más la fecunda relación entre la Palabra de Dios y la oración”. Pero: “¿De dónde sacó el primer mártir cristiano la fuerza para hacer frente a sus perseguidores y llegar hasta la entrega de sí mismo? La respuesta es simple: de su relación con Dios, de su comunión con Cristo, de la meditación sobre la historia de la salvación, de ver la acción de Dios, que alcanza su cumbre en Jesucristo”.
16 mayo 2012
Tenemos que abrirnos a la presencia y la acción del Espíritu Santo (...) para que nos lleve a Dios con todo nuestro corazón y todo nuestro ser. El Espíritu de Cristo se convierte en la fuerza de nuestra oración 'débil', en la luz de nuestra oración 'apagada', enseñándonos a vivir, enfrentándonos a las pruebas de la existencia, de la certeza de que no estamos solos, abriéndonos a los horizontes de la humanidad y de la creación 'que gime y sufre con dolores de parto'”. 

Oración por la Iglesia
18 de mayo, 2011
“Una palabra dirigida también a nosotros: que en nuestras ciudades haya un germen de bien, que hagamos lo necesario para que no sean sólo diez justos, para conseguir realmente, hacer vivir y sobrevivir a nuestras ciudades y para salvarlas de esta amargura interior que es la ausencia de Dios”.
25 de enero, 2012
Benedicto XVI invitó a los fieles a leer la oración sacerdotal de Jesús y a meditar sobre ella, así como a rezar pidiendo a Dios "que nos ayude a entrar, de modo pleno, en el proyecto que tiene para cada uno de nosotros; pidámosle ser 'consagrados' a Él, pertenecerle cada vez más, para poder amar cada vez más a los demás; pidámosle ser siempre capaces de abrir nuestra oración a las dimensiones del mundo, sin encerrarnos en la petición de ayuda para nuestros propios problemas, sino recordando a nuestro prójimo ante el Señor, captando la belleza de interceder por los demás; pidámosle el don de la unidad visible de todos los creyentes en Cristo (...) para que estemos siempre preparados a responder a cualquiera que nos pregunte por la razón de la esperanza que está en nosotros".
9 de mayo, 2012
El episodio de la liberación de Pedro, ha concluido Benedicto XVI, “nos dice que la Iglesia, cada uno de nosotros, atraviesa la noche de la prueba, pero la vigilancia incesante de la oración nos sostiene. (…) Mediante la oración constante y confiada, el Señor nos libera de las cadenas, nos guía, (…) nos da serenidad de corazón para afrontar las dificultades de la vida, incluso el rechazo, la oposición, la persecución. (…) El Apóstol, a pesar de estar encadenado, se siente tranquilo, con la certeza de no estar nunca solo: la comunidad está rezando por él, el Señor está a su lado; es más, sabe que 'la fuerza de Cristo se manifiesta plenamente en la debilidad”.  

Perseverancia en la oración. Orar en el momento del dolor.
25 de mayo, 2011
“La oración requiere cercanía, es una lucha, en la que hace falta fuerza de ánimo y tenacidad para conseguir la bendición, que sólo alcanzamos  cuando reconocemos nuestra debilidad y nos abandonamos a su misericordia”.
7 de septiembre, 2011
"¡Que el Señor nos de fe, salga a la ayuda de nuestra debilidad y nos haga capaces de creer y rezar en todas las angustias, en las noches dolorosas de la duda y en los largos días del dolor, abandonándonos con confianza a Él que es nuestro escudo y nuestra gloria!", concluyó Benedicto XVI.
5 de octubre, 2011
“También nosotros, como el Salmista, si caminamos detrás del “Pastor Bueno”, aunque puedan parecer difíciles, tortuosos o largos los senderos de la vida, incluso a menudo en zonas desérticas espiritualmente, sin agua y con un sol de racionalismo abrasador, bajo la guía del Señor debemos estar seguros de que estos son los 'justos' para nosotros y que el Señor nos guía, está siempre cerca de nosotros y que no nos faltará nada”.
30 de noviembre, 2011
 "Contemplando la oración de Jesús, surge la pregunta: ¿Cómo oramos? ¿Cuánto tiempo dedicamos a la relación con Dios? ¿Se educa y se forma suficiente a la oración? La oración es un don y es obra de Dios, pero exige empeño y continuidad." 
8 de febrero, 2012 
“En la oración traemos a Dios nuestras cruces diariamente, en la certeza de que Él está presente y nos escucha. El grito de Jesús nos recuerda que en la oración, debemos superar las barreras de nuestro "yo" y de nuestros problemas y abrirnos a las necesidades y sufrimientos de los demás. La oración de Jesús agonizante en la cruz nos enseña a orar con amor por tantos hermanos y hermanas que sienten el peso de la vida cotidiana, que viven momentos difíciles, que permanecen en el dolor, sin una palabra de consuelo; traigamos todo esto al corazón de Dios, para que ellos puedan sentir también el amor de Dios que nunca nos abandona.”   

 

Abandono en Dios. La oración confiada
1 de junio, 2011
"Esta es una tentación constante en el camino de la fe: eludir el misterio divino construyendo un dios comprensible que corresponda a nuestros esquemas y proyectos"

15 de septiembre, 2011
"El grito inicial del salmista, 'Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado', "es una llamada a un Dios que parece lejano, que no responde. (...) Dios calla, y este silencio lacera el ánimo del orante, que llama incesantemente sin encontrar respuesta". Sin embargo, el orante "llama al Señor 'Dios mío', en un acto extremo de confianza y de fe. A pesar de las apariencias, el salmista no puede creer que la relación con el Señor se haya interrumpido totalmente".
12 de octubre, 2011
"Este salmo nos enseña que (...) debemos permanecer siempre abiertos a la esperanza y firmes en la fe en Dios. Nuestra historia, aunque a menudo esté marcada por sinsabores, incertidumbres y momentos de crisis, es una historia de salvación y de 'restablecimiento de las suertes'. En Jesús acaba nuestro exilio, (...) en el misterio de su Cruz, de la muerte transformada en vida, como la semilla de trigo que se rompe en la tierra y se transforma en espiga".
14 de diciembre, 2011
"En la oración de petición al Señor, no debemos esperar que se cumpla inmediatamente lo que pedimos, nuestra voluntad, sino que más bien hemos de confiar en la voluntad del Padre, leyendo cada acontecimiento desde la perspectiva de su gloria, de su plan de amor, a menudo misterioso a nuestros ojos. Por eso, en nuestra oración deberían fundirse petición, alabanza y acción de gracias, incluso cuando nos parece que Dios no responde a nuestras esperanzas concretas. El abandonarse al amor de Dios, que nos precede y acompaña siempre, es una de las actitudes de fondo de nuestro diálogo con Él. (...) Más allá de lo que Dios nos da cuando lo invocamos, el mayor don que nos otorga es su amistad, su presencia, su amor."
1 de febrero, 2012
Cuando rezamos el Padre Nuestro, "pedimos al Señor: 'Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo'. Reconocemos que existe una voluntad de Dios sobre nuestra vida, y que ha de ser cada día más la referencia de nuestro querer y de nuestro ser; reconocemos también que (...) la tierra sólo se hace cielo, lugar de la presencia del amor, la bondad, la verdad, la belleza divina, si en ella se hace la voluntad de Dios".   Así, en nuestra oración "debemos aprender a confiar más en la divina Providencia, pedir a Dios la fuerza para salir de nosotros mismos y renovar nuestro 'sí', para decirle: 'hágase tu voluntad', para conformar nuestra voluntad con la suya. Es una oración que debemos repetir a diario, porque no siempre es fácil confiarse a la voluntad de Dios".
15 de febrero, 2012
“Deseo hablar hoy sobre la oración de Jesús en la cruz, desde las tres palabras que nos ha transmitido el Evangelio de Lucas. En la primera palabra, Jesús dirige al Padre una intercesión por sus verdugos y da la razón de esta súplica: «no saben lo que hacen». La ignorancia atenúa la culpa, y deja así abierta la vía hacia la conversión. La segunda palabra es la respuesta que da a la oración de uno de los dos hombres crucificado con Él. Después de una vida equivocada, Jesús en comunión con el Padre, abre al hombre las puertas del paraíso. La última palabra es de confianza. Si bien, el momento de morir es dramático, la oración de Jesús está invadida de una profunda calma que nace de la confianza en el Padre y de la voluntad de entregarse totalmente a Él. 

Orar con la Sagrada Escritura
22 de junio, 2011
“En los Salmos aprendemos a rezar con las palabras de Dios y del mismo modo que el niño aprende a expresar sus sentimientos con palabras ajenas, que recoge de sus padres, repitiéndolas hasta hacerlas suyas, así también nosotros nos apropiamos de las palabras que Dios nos ofrece en este libro, para poderle alabar como Él quiere”.
16 de noviembre, 2011
El Salmo nos invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado 'hasta el fin'. Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres". 

  María Maestra de Oración.
9 de noviembre, 2011
Benedicto XVI ha pasado a comentar la actitud de la madre del Señor: “que 'custodiaba, meditándolas en su corazón' las palabras que le habían sido dirigidas y los sucesos maravillosos en los que Dios se revelaba, pidiendo su sí”.
“Es Ella, de hecho, la verdadera 'beata', proclamada como tal por Isabel por 'haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor'”, y “es de Ella y de su fe de quien el mismo Jesús da testimonio cuando, a la mujer que gritaba 'Bendito el seno que te ha llevado', responde: 'Felices más bien los que escuchan la Palabra de Dios y la practican'”.
7 de diciembre, 2011
“Si nos hacemos pequeños, entrando en la lógica divina, podremos pronunciar con Jesús nuestro 'Sí' a ese plan de Dios, como hizo María en la Anunciación. El Señor se llenó de alegría en el Espíritu al hacer esta oración; también nosotros, llenos del Espíritu Santo, podemos proclamar "¡Abba, Padre!", y en la oración del Padrenuestro pedir que se haga su voluntad, en el cielo como en la tierra, sabiendo que en ella, en seguir a Cristo y acoger su yugo, está nuestro consuelo”.

14 de marzo, 2012
"María nos enseña la necesidad de la oración y nos indica que sólo con un lazo constante, íntimo, lleno de amor, con su Hijo podemos salir de 'nuestra casa' con valor para (…) anunciar en todas partes al Señor Jesús, salvador del mundo”.  


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