martes, 28 de agosto de 2012

JESÚS ME INVITA A REFLEXIONAR SOBRE MI FALTA DE COHERENCIA



El evangelio de hoy presenta dos otros ‘ay’ que Jesús pronuncia contra los líderes religiosos de su época. Los dos ‘ay’ de hoy denuncian la falta de coherencia entre palabra y actitud, entre el exterior y el interior. Al meditar las palabras tan duras de Jesús, tengo que pensar no sólo en los doctores y en los fariseos de la época de Jesús., sino que también y sobre todo en el hipócrita que hay en mí, en nosotros, en nuestra familia, en la comunidad, en nuestra iglesia, en la sociedad de hoy. Vamos a mirar en el espejo del texto, para descubrir lo que hay de errado en nosotros.
El quinto ‘ay’ contra los que insisten en la observancia y olvidan la misericordia. Este quinto ‘ay’ de Jesús contra los líderes religiosos de aquella época puede ser repetido contra muchos líderes religiosos de los siglos siguientes, hasta hoy. Muchas veces, en nombre de Dios, insistimos en detalles y olvidamos la misericordia. Por ejemplo, el jansenismo volvió la vivencia de la fe árida, insistiendo en observancias y penitencias que desviaron al pueblo del camino del amor. La hermana carmelita Teresa de Lisieux creció en este ambiente jansenista, que marcaba la Francia del final del siglo XIX. Fue a partir de una dolorosa experiencia personal que ella supo recuperar la gratuidad del amor de Dios con la fuerza que debe animar por dentro la observancia de las normas. Pues, sin la experiencia del amor, las observancias hacen de Dios un ídolo.
El sexto ‘ay’ contra los que limpian las cosas por fuera y las ensucian por dentro. En el Sermón de la Montaña, Jesús critica a los que observan la letra de la ley y transgreden el espíritu de la ley. No basta observar la letra de la ley. No basta no matar, no robar, no cometer adulterio, no jurar, para ser fiel a lo que Dios nos pide. Sólo observa plenamente la ley de Dios aquel que, más allá de la letra, va hasta la raíz y arranca dentro de sí “los deseos de robo y de codicia” que pueden llevar al asesinato, al robo, al adulterio. La plenitud de la ley se realiza en la práctica del amor.
Dos ‘ay’, dos motivos más para recibir una crítica severa de parte de Jesús. ¿Cuál de los dos cabe en mí? Observancia y gratuidad: ¿cuál de las dos prevalece en mí?
José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
http://www.cursillosdecristiandad.es/

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