viernes, 11 de septiembre de 2015

PERMITIR QUE NOS AYUDEN A SUPERAR NUESTRAS IMPERFECCIONES Y AYUDAR A LOS DEMÁS A SUPERAR LAS SUYAS


Evangelio de hoy: Lucas (6,39-42):
En aquel tiempo, dijo Jesús a los discípulos una parábola: «¿Acaso puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? Un discípulo no es más que su maestro, si bien, cuando termine su aprendizaje, será como su maestro. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Hermano, déjame que te saque la mota del ojo”, sin fijarte en la viga que llevas en el tuyo? ¡Hipócrita! Sácate primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la mota del ojo de tu hermano.»
 
 
Reflexión:      
Querer combatir el mal en los otros y no combatirlo en el propio corazón es hipocresía. Los seres humanos somos propensos a juzgar y a creernos mejores que los demás.
Jesús hoy nos recuerda que lo primero que hemos de hacer es descubrir nuestros propios errores. Si, recordemos que somos humanos y que como tales tenemos, debilidades, faltas, pecados, que necesitamos descubrir.
 
Pero en ocasiones nos cuesta descubrirlas si no contamos con ayuda de otros, ni superarlas sin su ayuda, esta es la segunda enseñanza de Jesús hoy. Pero verdaderamente no es fácil ayudar al hermano a salir de sus debilidades, Es necesario como cuando hay que sacar una paja del ojo, poner mucho cuidado, mucho cariño, mucho amor y atención.
 
Esta es la enseñanza de Jesús: Somos débiles y estamos llenos de imperfecciones, pero al mismo tiempo tenemos que permitir al hermano a que nos ayude a superarlas y por otro ayudar a los demás a superar las suyas.
 
Recordemos que sólo Dios es el juez y el que nos juzgará en el amor al final de la vida, pues Él es el único que ve el corazón. Nosotros no sabemos qué sucede allí.
 

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