viernes, 19 de mayo de 2017

V Ultreya Mundial Fátima, MCC ALCALÁ


V Ultreya Mundial Fátima, MCC ALCALÁ

“Es la hora de los Cursillos”

106 personas del MCC de Alcalá pusimos rumbo –en dos autobuses y varios coches- al peregrinar hacia este magno evento para todo nuestro Movimiento. No podía ser mejor año (2017) y lugar (Fátima) para celebrar la V Ultreya Mundial, por dos motivos, tal y como nos decía el presidente del Secretariado Nacional de Portugal del MCC:
§        El centenario de las apariciones de la Virgen a los pastores en Fátima.
§        El centenario del nacimiento de Eduardo Bonnín, uno de los iniciadores del movimiento.

Antes, realizamos una parada importante en Cáceres, donde nos esperaba en su catedral la Madre Santísima bajo su advocación de “Virgen de la Montaña” con su obispo, D. Francisco Cerro para celebrar una entrañable Eucaristía que nos iba preparando e inundando de alegría el corazón para el encuentro con Ella en   Fátima.                                                   

Eucaristía en catedral de Cáceres, cantando a nuestra Madre.

Allí, la Virgen María se hace palpable: en la devoción en la capilla de las apariciones, en el rosario, en la procesión de las antorchas…., todos juntos, unidos a más personas de otras nacionalidades que comparten la misma fe. Allí surge el sentimiento y la convicción de pertenencia, de tener rumbo, de ser hijo amado y formar parte de una familia universal unida por los lazos del amor de Dios.
Como tantas veces decimos: “Somos Iglesia”, y es una bendición poder haber  vivido y sentido tan a flor de piel su grandeza. Ser católico es ser universal.
Ese escenario se convierte en sacramental, que mueve nuestro corazón y lo preparaba para ese acontecimiento que fundamentalmente nos congregaba: la V Ultreya Mundial.
La mano de la Virgen y su especial protección nos acompañaba en la consagración a María de nuestro MCC en la capilla de las apariciones.
Acto seguido iniciamos la Ultreya en la Basílica de la Santísima Trinidad que abarrotamos 10.000 personas de 41 países distintos. Ante la diversidad de banderas de todo el mundo que coreaban con un canto común DE COLORES en un mismo idioma (el nuestro, el castellano), sólo podíamos sentirnos agradecidos a Dios por tanto regalo (Dios nos llama por nuestro nombre a cada uno y nos elige para dar fruto en una familia tan grande y preciosa, la familia cursillista); y por tener el privilegio de ser el país donde todo se fraguó. Sólo puede ser obra del Espíritu Santo.
Se hacía presente la fraternidad entre todos los cursillistas del mundo que allí estaban representados.

Si algo caracteriza a nuestro movimiento es la alegría y la amistad. Esta ha sido la constante en todas las intervenciones: nuestro método es la amistad entre las personas. Llevar esa amistad que tenemos entre nosotros en Cristo a los demás para transmitirle.
Se han citado a distintos Papas que resaltaban la importancia de la amistad como medio de Evangelización propio del MCC y que partía de la amistad personal con Cristo. Centrándonos en la última Ultreya Europea en Roma, las palabras del papa Francisco eran: “Desde el inicio se entendió que sólo estrechando las relaciones de amistad genuinas era posible preparar y acompañar a las personas en su camino, un camino que parte de la conversión, pasa por el descubrimiento de la belleza de una vida vivida en la gracia de Dios, y llega hasta la alegría de convertirse en apóstoles en la vida cotidiana”. Estrechando las relaciones de amistad, es como se consigue evangelizar a los alejados.
La verdadera amistad tiene como común denominador al mismo Jesucristo, y por tanto, la convierte en una amistad sobrenatural.
Apelando al Magnificat, se daba gracias a Dios con María por la gracia derramada en los Cursillos en el triple encuentro: consigo mismo, con Dios y con los otros.
Haciendo referencia al Papa Francisco, sólo en la amistad verdadera se puede compartir el gran secreto de nuestra felicidad: Jesucristo. Sin apelar al proselitismo, pero siempre en la libertad, ¡es la hora de los Cursillos!.

¡¡De Colores!!



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