miércoles, 2 de mayo de 2012

JUAN PABLO II, A PUNTO DE SER SANTO


  • Juan Pablo II, a punto de ser santo

    01 MAY 2012 | PALOMA GÓMEZ BORRERO / CORRESPONSAL VATICANA
    Se están estudiando cinco posibles milagros.
    Juan Pablo II. | Getty
  • “Tantas veces nos has bendecido desde la ventana de la plaza de san Pedro...Hoy te pedimos: Santo Padre, ¡bendícenos!”. Lo dijo Benedicto XVI el 1 de mayo del año pasado en una Roma convertida en un templo abierto, después de haber proclamado beato a Juan Pablo ll. Para conmemorar el aniversario de la beatificación, miles de muchachos llegados de toda Europa celebraron ayer una vigilia de oración en la explanada de Tor Vergata, en el mismo lugar donde en el año 2000 se celebró la inolvidable Jornada Mundial de la Juventud. Entonces, Juan Pablo ll encomendó a los jóvenes la tarea de ser “los centinelas del mañana”, “los constructores de la civilización del amor”. Dos millones de muchachos escucharon a un Papa Juan Pablo II ya anciano y que apenas podía caminar, pero que para ellos representaba la roca en la que apoyarse. 
    Ayer, en Tor Vergata, a las afueras de Roma, recordaron las palabras con las que abrió el nuevo milenio: “Hay un proverbio polaco que dice ‘si tú vives con los jóvenes, tendrás también que volverte joven’ por eso hoy me he vuelto joven”. Ellos le respondieron con un cariño tan desbordante que el huracán Wojtyla comentó sonriendo que estaba seguro de que Roma entera les estaba oyendo y que “no olvidaría nunca aquella noche”. 12 años más tarde, delante de la cruz que se alza imponente en recuerdo de aquella JMJ, se han congregado una multitud de fieles. Muchos habían vivido aquel día de agosto del 2000, otros lo hubieran deseado, pero todos se consideran “los Papa boys”.
    La vigilia comenzó con una procesión de antorchas, símbolo de esa luz con la que la juventud de Cristo quiere iluminar al mundo, y continuó con una oración para rogar por que el beato Juan Pablo ll sea declarado santo muy pronto. Esta petición se ha convertido ya en una costumbre para los peregrinos que diariamente acuden a su tumba en la Basílica de San Pedro, que se encuentra entre la Piedad de Miguel Ángel y la capilla del Santísimo Sacramento. Los fieles son tan numerosos y su permanencia tan prolongada que se han tenido que colocar filas de bancos para que puedan arrodillarse y permanecer orando en silencio. Llama la atención la cantidad de jóvenes que parecen ensimismados, como dialogando con el Papa al que llamaban “el atleta de Dios”. Están dispuestos a seguir las directrices que Juan Pablo ll les dio aquel 19 de agosto en Tor Vergata: “No os resignéis ante las injusticias. Sed defensores de la paz y haced que el mundo sea más habitable. Y sobre todo, decidle ‘sí’ a Cristo”. Su Papa es ya beato y muy pronto –aseguran– “será santo”.
    Cientos de causas
    Al encargado de la causa de canonización, el postulador monseñor Oder, le han llegado innumerables casos señalándole lo que consideran un milagro, el paso imprescindible para que un beato pueda ser proclamado santo. Hasta ahora hay cinco que pueden considerarse curaciones inexplicables para la ciencia. Don Oder deberá elegir uno de ellos y pedir la documentación específica antes de enviarlo al obispo de la diócesis que deberá iniciar el proceso diocesano formando el tribunal que convoque a médicos, testimonios… Una vez completado este, digamos, juicio a nivel diocesano, la documentación pasará a la Congregación para las causas de los santos, donde la comisión médico-teológica la examinará y dará su parecer. ¿Cuánto tiempo puede tardar?, le he preguntado a uno de los consultores del dicasterio. “Dependerá mucho del tribunal de la diócesis, pero este proceso de canonización tendrá un carril preferencial”.

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