
Mensaje de la Divina Misericordia
Por eso Jesús le dijo a Santa Faustina: Hija Mía, ¿crees, quizá, que hayas escrito suficiente sobre Mi misericordia? Lo que has escrito es apenas una gotita frente a un océano. Yo soy el Amor y la Misericordia mismos... El alma que confía en Mi misericordia es la más feliz porque Yo mismo tengo cuidado de ella (Diario, 1273).
Jesús le recordó a Santa Faustina que Él es un Dios misericordioso: Soy Rey de Misericordia (Diario, 88) Si llamo a las criaturas a la vida, esto es el abismo de Mi Misericordia (Diario, 85). Mi corazón está colmado de gran misericordia para las almas y especialmente para los pobres pecadores. Oh, si pudieran comprender que Yo soy para ellas el mejor Padre, que para ellas de Mi Corazón ha brotado Sangre y Agua como una fuente desbordante de misericordia; para ellas vivo en el tabernáculo (Diario, 367). Deseo darme a las almas y llenarlas de Mi Amor (Diario, 1017); En la cruz, la Fuente de Mi misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna (Diario, 1182).
Deseo que el mundo entero conozca Mi misericordia; deseo conceder gracias inimaginables a las almas que confían en Mi misericordia (Diario, 687). Mi amor no desilusiona a nadie (Diario, 30).
¡Qué hermosas palabras!: Jesús quiere recordarnos a través de Santa Faustina que Dios es un Dios misericordioso, que nos ha creado por amor y que por ese amor, se nos entrega por entero para salvarnos. Comprendiendo esto, y conscientes entonces de que Él quiere nuestra verdadera, plena y eterna felicidad, podemos fiarnos completamente de Él, y decir con todo el corazón: Jesús, en Tí confío (Diario, 47).
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