viernes, 29 de noviembre de 2013

MIS PALABRAS NO PASARÁN



Lc 21, 29-33

"Mis palabras no pasarán"
 
Dentro del discurso apocalíptico de Jesús se nos da hoy una respuesta al cuándo sucederán todas estas cosas... El pasaje, que hoy comentamos, contiene estos fragmentos:

1° Nos invita Jesús a fijarnos en la higuera, observando en ella una realidad: que se abre paso a paso, como la savia: hace brotar sus hojas una vez terminado el frío del invierno. Si somos capaces de observar esto, descubriremos que la cercanía del Reino de Dios no es algo repentino; más bien, es todo un proceso histórico. Cuando la higuera echa sus brotes -les dice Jesús- el verano está cerca. De igual manera podremos discernir los signos, que nos anuncian la cercanía del Reino, es decir, los signos de los tiempos.

Lo que nos dice en el v. 32 de que "todo se cumplirá antes que pase esta generación", parece tener no un sentido cronológico sino teológico, es decir, los que han vivido siempre esa cercanía del Reino de Dios.

2° Los dichos nos hablan de:
     -la inminencia de este proceso ("antes que pase esta generación")

    -la seriedad de las palabras de Jesús ("mis palabras no fallarán").

3° De esta manera se anuncia el proyecto de vida de Jesús. Seguro que despertó cantidad de esperanza en el pueblo sencillo. La cercanía del Reino de Dios devuelve la alegría perdida y nos urge a finalizar la tarea emprendida.

4° Hay que estar atentos a las señales de los tiempos, ya que por ellos descubriremos la voluntad de Dios sobre nuestras vidas. Nos exige Jesús una acitud permanente de discernimiento. Así estaremos atentos siempre a los signos de los tiempos, por los que hace vislumbrar la cercanía del Reino de Dios. El Concilio Vaticano II nos lo recuerda con estas palabras:

"Es deber permanente de la Iglesia escrutar a fondo los signos de los tiempos. Es necesario comprender el mundo en que vivimos, sus esperanzas, sus aspiraciones..."

Por todo ello, no nos fiamos para su cumplimiento, para su venida, de viejas profecías o premoniciones falsas. Tenemos que descubrirlo más bien para su cumplimiento en un presente vivido intensamente y en alegre espera, fiados de la presencia prometida de Jesús.

Autor: Padre Juan José Palomino del Alamo
homiletica.org

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