Ayer dejábamos a Jesús diciendo que en Él se cumple esta escritura, y hoy lo vemos en Cafarnaún, enseñando a la gente, dándose a conocer y liberando a los hombres del mal. Esto es lo que se espera también de los discípulos de Cristo, que se pongan en camino por donde transitan nuestros hermanos, para que lo demos a conocer, para que al descubrir a Dios con ellos, el mal les deje: «¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios.» El conocimiento de Jesús de su Divinidad, salva al hombre y le da la vida eterna: “En esto consiste la vida eterna en que te conozcan a ti único Dios Verdadero y a tu en enviado Jesucristo” Es Jesucristo el que nos revela al Padre: “Quien me ha visto a mí ha visto al Padre”.
Por eso provocar el encuentro con Cristo, es el mayor acto de misericordia que podemos tener con nuestros hermanos. Como Cristo que dejó la gloria del Padre para acercarse a nosotros a traernos la misericordia de Dios, dejemos nosotros nuestras comodidades para llegar a nuestros hermanos y ser misericordiosos con ellos.
cursillosdecristiandad.es
No hay comentarios:
Publicar un comentario