lunes, 16 de julio de 2018

Ultreya Julio-2018. Testimonio de Carolina (Alcalá de Henares)


El verano está aquí y con él las vacaciones estivales, pero este mes de julio seguimos reuniéndonos en nuestra ultreya semanal en Alcalá de Henares.

Es una bendición, seguir estando unidos en comunidad y poder enriquecernos en nuestra vida cristiana, con los testimonios de fe de nuestros hermanos. Un testimonio, por el que damos gracias a Dios, es el de nuestra hermana Carolina.

Este martes día 10 de julio, en nuestra ultreya, después del rollo de Beatriz acerca de lo que la ultreya supone para nosotros, hemos tenido ocasión de reafirmarnos en la importancia de ello, al escuchar a Carolina.

Ella, vivió su cursillo número 65 en nuestra diócesis, hace tres años. Nos habló de cómo el Señor ha transformado su vida, desde que tuvo un encuentro con Él hace esos tres años. Como ella decía, todos tenemos una historia personal detrás, sobre la que el Señor hace historia de salvación. La de Carolina era una vida mundana, hasta que conoció a Cristo, en el que, según sus palabras, ha encontrado un amor perfecto, que no exige nada a cambio. En esos tres años, pasó por algunos momentos difíciles, que suponían pérdidas, pero lo que estaba ganando era mucho mayor, los designios de Dios eran que fuera para Él, y Él para ella (como lo desea para cada uno de nosotros), y así nos daba la noticia de que en unos días, concretamente este domingo día 15 de julio, iba a ingresar en el convento de Carmelitas Descalzas de Boadilla del Monte.

El proceso de cómo se fue forjando esta llamada, el discernimiento que ha llevado con su director espiritual, nos ayuda a darnos cuenta de que Dios escoge caminos que podemos palpar, instrumentos a nuestro alcance (oración, personas, hechos concretos, …) para hablarnos y responder a nuestras dudas.

Dios la llama a una vida contemplativa, de oración, una vida, que según ella, no es fácil, de sacrificio y oración por los demás. Otra forma de evangelización, tan necesaria.

Ante su testimonio, no pudimos por menos que dar gloria a Dios, por lo que hace, y volviendo a recordar el rollo de Beatriz, le dábamos gracias por el regalo de la Ultreya, que tanto bien nos hace.

Este verano seguimos en “Ultreya”.


¡¡De Colores!!





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