El verano está aquí y
con él las vacaciones estivales, pero este mes de julio
seguimos reuniéndonos en nuestra ultreya semanal en Alcalá de Henares.
Es una bendición,
seguir estando unidos en comunidad y poder enriquecernos en nuestra vida
cristiana, con los testimonios de fe de nuestros hermanos. Un testimonio, por
el que damos gracias a Dios, es el de nuestra hermana Carolina.
Este martes día 10 de
julio, en nuestra ultreya, después del rollo de Beatriz acerca de lo que la
ultreya supone para nosotros, hemos tenido ocasión de reafirmarnos en la
importancia de ello, al escuchar a Carolina.
Ella, vivió su
cursillo número 65 en nuestra diócesis, hace tres años. Nos habló de cómo el
Señor ha transformado su vida, desde que tuvo un encuentro con Él hace esos
tres años. Como ella decía, todos tenemos una historia personal detrás, sobre
la que el Señor hace historia de salvación. La de Carolina era una vida
mundana, hasta que conoció a Cristo, en el que, según sus palabras, ha
encontrado un amor perfecto, que no exige nada a cambio. En esos tres años,
pasó por algunos momentos difíciles, que suponían pérdidas, pero lo que estaba
ganando era mucho mayor, los designios de Dios eran que fuera para Él, y Él
para ella (como lo desea para cada uno de nosotros), y así nos daba la noticia
de que en unos días, concretamente este domingo día 15 de julio, iba a ingresar
en el convento de Carmelitas Descalzas de Boadilla del Monte.
El proceso de cómo se
fue forjando esta llamada, el discernimiento que ha llevado con su director
espiritual, nos ayuda a darnos cuenta de que Dios escoge caminos que podemos
palpar, instrumentos a nuestro alcance (oración, personas, hechos concretos, …)
para hablarnos y responder a nuestras dudas.
Dios la llama a una
vida contemplativa, de oración, una vida, que según ella, no es fácil, de
sacrificio y oración por los demás. Otra forma de evangelización, tan
necesaria.
Ante su testimonio,
no pudimos por menos que dar gloria a Dios, por lo que hace, y volviendo a recordar
el rollo de Beatriz, le dábamos gracias por el regalo de la Ultreya, que tanto
bien nos hace.
Este verano seguimos
en “Ultreya”.
¡¡De Colores!!
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