Cada
año esperamos con ilusión este día 25 de enero, un día de fiesta en el que
organizamos con alegría los preparativos para celebrar la conversión de San
Pablo, nuestro patrón.
Además
este año hemos tenido un motivo muy especial para conmemorar: los 70 años desde
el primer cursillo de cristiandad en Mallorca.
Bajo
el lema “MCC 70 años tocando corazones”, hemos celebrado la conversión de San
Pablo y todas las conversiones, que desde ese primer cursillo, El Señor ha
hecho posible en estos 70 años de andadura.
El
lugar de encuentro ha sido el Palacio Arzobispal de Alcalá de Henares, que este
viernes día 25 de enero, nos ha congregado a todas las ultreyas de la Diócesis
complutense, con la presencia de nuestro querido pastor D. Juan Antonio Reig.
Qué
bonito es compartir con todos los hermanos la fe y celebrarla, es un aldabonazo
para seguir adelante.
A
las 19 horas era la acogida, que daba paso en la capilla a la Eucaristía,
centro de la celebración, presidida por nuestro obispo D. Juan Antonio y
concelebrada por nuestro consiliario D. Javier Ortega, D. Albero González y D.
Jose García.
D.
Juan Antonio, poniendo a San Pablo como ejemplo, nos indicaba la importancia de
la vida interior para crecer en la fe, siendo un proceso que supone reorientar
el corazón hacia Cristo. Este encuentro con Cristo nos sitúa en una realidad
nueva, pertenecemos a un pueblo, a una comunidad, que forma parte de nuestro
ser cristiano y que es la compañía con la que seguimos un itinerario. Como San
Pablo, ante tanta necesidad de amor, nos instaba a llevar a Cristo a los demás,
y pedir al Señor que nos despierte el deseo de ser apóstoles.
A
continuación, María Dufain (de la diócesis de Madrid) nos habló en el rollo de
ese primer cursillo hace 70 años, y nos hizo un recorrido histórico hasta
configurar las bases del movimiento y llegar así a su celebración.
No
faltaron los testimonios, que María quiso compartir con nosotros, de su
conversión personal en su cursillo, y de otras personas que Dios ha ido
poniendo en su camino en los diferentes ambientes de la geografía española y
fuera de nuestras fronteras en los que ha pasado parte de su vida, siempre
vinculados con Cursillos de Cristiandad, en los que El Señor le ha regalado ser
testigo de su obra redentora, y afianzar más su fe y amor al movimiento.
Terminaba
diciéndonos que lo heroico no es el cambio, sino el ser continuo sosteniendo el
cambio. El MCC es un lugar privilegiado donde El Señor no se cansa de tocar el
corazón.
Y
lo pudimos de nuevo experimentar al escuchar los testimonios de nuestros
hermanos que salieron en representación de cada una de las ultreyas de la
diócesis.
Nuestro
presidente en nombre de todos nosotros dio las gracias a nuestro obispo, por su
atención y cariño, teniendo también palabras de agradecimiento a María Dufain
por su entrega y colaboración. Nos invitaba al compromiso de no bajar la
guardia.
A
continuación nuestro consiliario compartía cómo en su Cursillo el Señor también
tocó su corazón, siendo espectador privilegiado de los milagros de Dios en
muchas personas en los Cursillos que ha tenido el regalo de vivir, destacando
la importancia de la oración que los sostiene, y la presencia discreta de
nuestra Madre.
Como
colofón, D. Juan Antonio cerró esta ultreya, agradeciendo nuestros testimonios.
Y nos dio su bendición.
Terminamos
todos juntos con un ágape fraterno, con la alegría de compartir entre todos
este encuentro.
¡¡De
Colores!!
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