miércoles, 18 de julio de 2012

EL DESCANSO DOMINICAL Y FESTIVO EMANCIPA DE UNA POSIBLE FORMA DE ESCLAVITUD


El descanso dominical y festivo «emancipa de una posible forma de esclavitud»


El Domingo 15 de julio de 2012, en la Comunidad Autónoma de Madrid donde se ubica la Diócesis de Alcalá de Henares,ha entrado en vigor la ley por la que «se establece la plena libertad de apertura de los establecimientos comerciales», también para todos los domingos y festivos del año; dicho de otro modo: «se eliminan las últimas restricciones en materia de horarios comerciales».

Ese mismo Domingo, en la Santa Misa celebrada, a las 13:00 h., en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares, Mons. Juan Antonio Reig Pla ha lamentado y calificado como grave la aprobación de dicha ley, al tiempo que ha recordado en su homilía el Magisterio de la Iglesia en lo que se refiere al Tercer Mandamiento de la Ley de Dios, «santificarás las fiestas», y al Primer Mandamiento de la Santa Madre Iglesia, «oír misa entera todos los domingos y fiestas de guardar».

En los últimos meses, tanto el Obispado de Alcalá de Henares (comunicado), como el mismo Mons. Juan Antonio Reig(homilía), se han pronunciado en diversas ocasiones sobre la importancia de respetar el descanso dominical y festivo, advirtiendo de las perniciosas consecuencias de la «liberalización de horarios» para los trabajadores y sus familias, especialmente en lo que se refiere a la libertad religiosa y la convivencia familiar.

Mons. Reig ha afirmado que dos iconos de nuestra civilización –fuentes  de un progreso verdadero y sostenible en el tiempo–, son el domingo y la familia cristiana, y que proteger estos bienes, requiere superar la lógica simplemente economicista y utilitarista.

Con palabras del Papa Benedicto XVI: “Los cristianos, en cierta relación con el sentido del sábado en la tradición judía, han considerado el día del Señor también como el día del descanso del trabajo cotidiano. Esto tiene un significado propio, al ser una relativización del trabajo, que debe estar orientado al hombre: el trabajo es para el hombre y no el hombre para el trabajo. Es fácil intuir cómo así se protege al hombre en cuanto se emancipa de una posible forma de esclavitud.” (Sacramentum Caritatis: Exhortación apostólica postsinodal sobre la Eucaristía fuente y culmen de la vida y de la misión de la Iglesia, nn. 72-74. 22-02-2007).

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