lunes, 28 de diciembre de 2015

MEDITACIONES P.CEFERINO SANTOS. 28 DIC: DÍA DE LOS SANTOS INOCENTES


EN DEFENSA DE LOS NIÑOS
 
Jesús, el Hijo eterno de Dios Padre, quiso hacerse semejante a nosotros en todo menos en el pecado. Él pasó por el período normal de gestación en el seno de la Virgen Madre y por el estado de infante débil y necesitado de la ayuda y protección de José y de María. Así, Cristo dignificó a la naturaleza humana en su época prenatal y en su niñez después de su nacimiento. Lo que Dios honró en Jesús no lo desprecie el hombre.
 
El niño en el seno de su madre es digno de todo respeto y protección. Después de nacido el niño merece todo amor y tiene derechos inalienables, que no le pueden arrebatar ni las autoridades ni sus padres.
 
Hoy como ayer, existen Herodes que maltratan y arruinan a los niños y a sus fetos y "los buscan para matarlos" (Mt 2,13-16). Y, hoy como ayer, existen defensores y protectores de la vida de los recién nacidos, dispuestos, como San José, a tomar al niño y a su madre y a irse a Egipto (Mt 2,14), lejos de las manos de los nuevos Herodes, asesinos de niños y despreciadores de la vida intrauterina, que Jesús quiso vivir y dignificar como obra de Dios.
 
Es vergonzoso y cruel buscar un mundo más cómodo e irresponsable a costa de la sangre y de la vida de un solo niño. Gracias sean dadas a Cristo, que los redime y los salva con la aspersión redentora de su sangre, que cubre la sangre de Abel (Hb 12,24) asesinado y de los niños masacrados desde el vientre de sus madres verdugos.
 
El lamento de Ramá por los niños muertos sigue hoy oyéndose en el mundo: "Es Raquel (y la humanidad más digna) la que llora por sus hijos y rehúsa consuelo, porque ya no viven" (Mt 2,18). "Aún vivimos en la oscuridad, y mentimos con palabras y con obras" (1 Jn 1,6), en un siglo de luces que se jacta de progresista y es una cultura de muerte.
 
Gracias a Dios; tenemos uno que abogue ante el Padre: Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados y por los del mundo entero (1 Jn 2,1-2). Él es el que puede salvar a un mundo que no ha sabido respetar y defender a los niños y a los fetos humanos indefensos. 
 
San José bendito, defensor de Jesús Niño: sigue defendiendo a los niños de nuestro mundo, como hiciste con Jesús, de las manos de los nuevos Herodes. Líbralos de tantos asesinos e irresponsables, Tú, Protector santo. Amén.
 
Págs. 409 y 410  "El Pan de la Palabra dánosle hoy" Ciclo B
P. Ceferino Santos

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