sábado, 13 de diciembre de 2014

3er.DOMINGO DE ADVIENTO: "GAUDETE"



Tercer Domingo: Domingo “Gaudete”. Aparece de nuevo la figura del Bautista, el testigo de Luz (cf. Jn 1,7- 8). Los evangelios de este domingo recogen el testimonio de Juan atento a los signos de la llegada de los tiempos mesiánico descritos por los profetas. El motivo de la alegría (“gaudete”: “estad siempre alegres” – cf. antífona de entrada-) es la proximidad del nacimiento del Señor. La asamblea pide “llegar a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y poder celebrarla con alegría desbordante” (oración colecta). Juan el Bautista es presentado como el guía que conduce a la humanidad a Cristo, el profeta que precede al que es el Ungido por el Espíritu de la manera más plena (primera lectura Ciclo B: Is 61,1-2.10-11). El resto de las lecturas dominicales insisten en las actitudes de los que esperan la venida de Señor (segunda lectura Ciclo A y B: Sant
5,7-10; 1Tes 5,16-20), con la llamada a la penitencia para poder salir limpios a recibir al Rey supremo.

Cuarto Domingo: anuncio de la Encarnación del Señor. Este Domingo intenta centrar las miradas de los fieles en tres mensajes que anuncian que el Hijo de Dios, toma carne en el seno de una Virgen: el ángel le dice a José los nombres de Jesús (“Dios salva”) y Emmanuel (“Dios-con-nosotros”) y que ha sido concebido por obra del Espíritu Santo (Evangelio ciclo A: Mt 1,18-24); el ángel que enviado a María recibe su consentimiento para comenzar la obra de la salvación (Evangelio Ciclo B: Lc 1,26-38); y finalmente, Isabel, llena del Espíritu Santo, proclama la presencia del Señor en el seno de María (Evangelio Ciclo C: Lc 1,39-48). María es el nuevo tabernáculo del Altísimo al acoger en su seno la presencia divina del Hijo de Dios. Los que celebran la Encarnación del Verbo se convierten en portadores de Cristo al contemplar su participación litúrgica en el misterio por medio de la recepción de la eucaristía.

Las Ferias del Tiempo de Adviento se dividen en dos etapas: las ferias hasta el 16 de diciembre y las ferias del 17 al 24 de diciembre. Las ferias hasta el 16 de diciembre centran su atención en Aquel que es, que era y que ha de venir (cf. Ap 1,8). Las celebraciones se realizan en un clima de esperanza y expectación ya que los creyentes saben que un día se manifestará no solamente Jesús, Hijo de Dios y Salvador nuestro, sino también nuestra propia condición filial divina (cf. 1Jn 3,2).

Las ferias del 17 al 24 de diciembre preparan inmediatamente a la Navidad. La venida del Hijo de Dios, su nacimiento en nuestra carne, es la respuesta histórica a una larga espera y, a la vez, seguridad de que la última venida también se realizará. La celebración de la Navidad acentúa la esperanza de la Iglesia, ya que la primera venida ha hecho posible que podamos disfrutar de manera anticipada (“como en un espejo”: cf. 1Cor 13,12) y bajo el velo de los signos, lo que un día se manifestará del todo.
 
Ángel Fontcuberta
 
archimadrid.org

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