La narración de la anunciación del ángel Gabriel a la Virgen Maria constituye el mayor acontecimiento que la historia humana haya conocido jamás: la Encarnación del Hijo de Dios. Es el cumplimiento de las promesas hechas por Dios a los patriarcas y renovadas a David. Las palabras del ángel a Maria, además de ser un anuncio de gozoso por la venida del Mesías, constituyen el testimonio de la amorosa predilección de Dios con la humilde joven de Nazaret que, como esclava del Señor, ha merecido ser Madre de Dios.
El sí de Maria abre el camino de nuestra salvación. La disponibilidad de Maria para con Dios no será solo de este momento, sino de toda la vida. Maria aparece ya desde ahora como la mejor maestra de vida cristiana. Nosotros estamos llamados a contestar también a Dios con nuestro sí, que acojamos a Dios en nuestra vida y que se haga según su Palabra.
Oración. ¡Oh llave de David!, abre la puerta de mi corazón para acoger siempre la voluntad de Dios en mi vida. Oh Padre misericordioso, que has enviado al mundo a tu Hijo, hecho hombre por medio de la Virgen, haz que también ahora experimentemos la venida del Salvador y una vez mas cambie nuestras vidas. Concédenos que el ejemplo de María con su “aquí estoy” haga que nuestra vida se vaya conformando según tu voluntad. Amen.
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