En la oración es más importante recibir que dar. ¡Cuántas veces entramos con miedo a lo que nos pida Dios y nos olvidamos de la importancia de recibir!
El recibir implica el reconocimiento de estar necesitado, nace de la humildad, de la fe que contempla la grandeza de Dios y de la esperanza de que sólo Él nos puede saciar todo deseo.
Abre esta Semana Santa tu mano y corazón a Dios.
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