Según el evangelio, es obligación del cristiano el velar por el bien espiritual, físico y moral de los hermanos. No podemos ser conscientes de que un hermano peca y nosotros quedarnos tan tranquilos, es caridad cristiana hacerle ver su error, y un pecado no hacerlo. Recordemos la que la forma de corregir al hermano es siempre con gran amor y con mucho cuidado.
Debemos buscar el momento y las palabras adecuadas con el fin de no lastimarlo. Sin embargo, debemos ser sinceros y auténticos. El esfuerzo, debe ir hasta hacernos ayudar de toda la comunidad, si fuera necesario. Recordemos que somos un cuerpo y si un miembro se enferma, se enferma todo el cuerpo. Tampoco se trata de estar buscando todos los pequeños errores de los demás, se trata de las faltas que pueden llevar a la perdición de su vida. Por otro lado, recordemos que hemos de estar vigilantes para recibir la corrección de nuestros hermanos. Dios nos ama como somos, es verdad, pero rechaza la idea de dejarnos en estas condiciones. El quiere que seamos como Jesús. |
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