miércoles, 17 de octubre de 2012

¿HASTA DÓNDE ACTÚA EN MÍ LA HIPOCRESÍA?



La imagen de los “sepulcros blanqueados” habla por sí sola y no necesita comentarios. Por medio de ella, Jesús condena a los que tienen una apariencia ficticia de persona correcta, pero cuyo interior es la negación total de aquello que quieren hacer por fuera. En la respuesta al legalista Jesús no se vuelve atrás, sino que deja bien claro que la misma crítica vale también para los escribas: "¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!”. En el Sermón de la Montaña, Jesús expresa la misma crítica que sirve de comentario: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mt 23,2-4). 
La hipocresía mantiene una apariencia engañadora. ¿Hasta dónde actúa en mí la hipocresía? ¿Hasta dónde actúa en nuestra Iglesia? Jesús criticaba a los escribas que insistían en la observancia disciplinar de las cosas minutas de la ley como el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y olvidan insistir en el objetivo de la ley que es la práctica de la justicia y del amor. Esta crítica ¿vale también para mí? 

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
La imagen de los “sepulcros blanqueados” habla por sí sola y no necesita comentarios. Por medio de ella, Jesús condena a los que tienen una apariencia ficticia de persona correcta, pero cuyo interior es la negación total de aquello que quieren hacer por fuera. En la respuesta al legalista Jesús no se vuelve atrás, sino que deja bien claro que la misma crítica vale también para los escribas: "¡Ay también de vosotros, los legistas, que imponéis a los hombres cargas intolerables, y vosotros no las tocáis ni con uno de vuestros dedos!”. En el Sermón de la Montaña, Jesús expresa la misma crítica que sirve de comentario: “En la cátedra de Moisés se han sentado los escribas y los fariseos. Haced, pues, y observad todo lo que os digan; pero no imitéis su conducta, porque dicen y no hacen. Atan cargas pesadas y las echan a las espaldas de la gente, pero ellos ni con el dedo quieren moverlas” (Mt 23,2-4). 
La hipocresía mantiene una apariencia engañadora. ¿Hasta dónde actúa en mí la hipocresía? ¿Hasta dónde actúa en nuestra Iglesia? Jesús criticaba a los escribas que insistían en la observancia disciplinar de las cosas minutas de la ley como el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y olvidan insistir en el objetivo de la ley que es la práctica de la justicia y del amor. Esta crítica ¿vale también para mí? 

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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