Felix Baumgartner, justo antes de dar su salto estratosférico: “Por favor, Dios, no me abandones”
El piloto austríaco de la misión ‘Red Bull Stratos’ ha batido todos los records al superar la barrera del sonido con su salto desde 39.068 metros a 1.130 km/h. en su caída a la Tierra
El salto estratosférico de Felix Baumgartner
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El austriaco Felix Baumgartner ha logrado concluir con éxito este domingo, 14 de octubre, su salto estratosférico desde los 39.068 metros de altituddurante nueve minutos de caída. El especialista en deportes de riesgo protagonista de la misión ‘Red Bull Stratis’ consiguió también romper la barrera del sonido sin ayudas mecánicas, en lo que constituye todo un récord en los límites del ser humano.
Iban a ser 36.576 metros y lo hizo a más de 39 kilómetros. El austriaco, un campeón del deporte extremo de 43 años de edad, tuvo como objetivo batir cuatro récords: el de subida en globo a mayor altura, el de salto desde la mayor altura, el de mayor velocidad en caída libre y el del número de minutos en caída libre. Solo le faltó este último.
Las marcas fueron cayendo a una velocidad de vértigo, tras un proceso que duró algo más de dos horas y media para subir y nueve minutos y dos segundos de angustia, hasta que el saltador posó sus pies sobre la tierra. Fue el salto más alto de la historia, en los que el mundo entero se sobrecogió mientras el austriaco bajaba y era capaz de hablar al mismo tiempo.
Baumgartner rompió la barrera del sonido, más de 1.130 kilómetros por hora, llegó a los 1.173, apenas a los 45 segundos de lanzarse al vacío, desde el soporte exterior de la cápsula, en una vista impresionante.
“Dios, no me abandones”
Justo antes de dar el salto desde el soporte de la cápsula, el pensamiento de Baumgartner se dirigió hacia Dios. Él lo recuerda de este modo: “cuando yo estaba de pie en la cima del mundo, tan humilde, tú no piensas en batir records. Yo pensaba en volver con vida. No quieres morir frente a tus padres y toda esa gente… Yo pensé: ‘por favor, Dios, no me abandones’”.
El piloto austríaco comentó también que consideró abortar la misión en dos ocasiones. Una vez, cuando en la cápsula se le volvió a empañar la visera debido a la frialdad de su aliento. Explicó: “En un momento dado parecía que ésta iba a ser una misión a abortar. En nuestra lista de cosas que teníamos previstas esto era una posibilidad para abortar, si tú no puedes ver nada como para no poder salir de la cápsula”.
“La segunda vez fue cuando entró en un giro incontrolable”. Baumgartner tenía un botón que activaba un paracaídas para detener su giro, lo que significaba que él no podía romper récords de velocidad.
“Ese giro se hacía tan violento que era difícil saber cómo salir de él. Tuve la oportunidad de tenerlo bajo control y romper la barrera del sonido”, añadió.
“Sé que el mundo entero está mirando en este momento y deseo que el mundo pueda ver lo que puedo ver. A veces hay que subir muy alto para entender lo pequeño que eres en realidad”, subrayó Baumgartner sobre su experiencia.
Un minucioso proceso
El proceso por el que tuvo que pasar el piloto austríaco antes de dar el salto fue minucioso desde el principio. Después de nuevos retrasos, como sucedió unos días antes, la organización de la aventura dio el visto bueno para el inicio, en función de las condiciones atmosféricas. Baumgartner comenzó a subir a las 17:31 horas, con una temperatura de 19,5 grados en el interior de la cápsula, de 1.315 kilos de peso, y de 13,1 grados en el exterior.
Con esas conversaciones de sonido entrecortado, que recordaban aquellas de cuando el hombre llegó a la luna, el austriaco prolongó su ascenso durante dos horas y 33 minutos, siempre guiado desde el centro de control de Roswell (EE.UU.) por Joseph Kittinger.
De esta manera, Felix Baumgartner superó el anterior récord, que tenía Kittinger desde hace 52 años. El capitán de las fuerzas armadas estadounidenses se lanzó en 1960 desde los 31.300 metros, en una caída que duró cuatro minutos y 36 segundos.
A los cuatro minutos y 17 segundos, Baumgartner abrió el primero de sus paracaídas, con lo que Kittinger mantendrá esa marca. Pero el reto estaba logrado, tras unos primeros instantes en los que el austriaco pareció caer de forma un tanto descontrolada.
Todo fue bien en la fase de subida, hasta que Baumgartner comunicó a la base que tenía algunos problemas con la calefacción de su traje. Llevaba casi una hora, estaba a más de 18 kilómetros de altura y la temperatura dentro de la cápsula era de 13,5 grados.
Fue el único pequeño contratiempo para un hombre que este domingo consiguió una hazaña espectacular que finalizó después de nueve minutos y dos segundos de vun vuelo que hizo historia.
Récord en internet
La emisión del salto de Baumgartner desde la estratosfera batió récord en Internet, donde la emisión en directo del portal YouTube llegó a alcanzar una audiencia de más de 8 millones de personas, lo que ha convertido a la caída del paracaidista en la emisión con más espectadores simultáneos de la historia del portal, según ha informado en su blog oficial la página de vídeos de Google.
Así, el salto ha hecho historia en Internet, ya que aunque hay muchos otros vídeos de YouTube con más espectadores que el de Baumgartner, nunca antes tantas personas se habían conectado a la plataforma para ver un evento al mismo tiempo. YouTube, que emitió durante más de dos horas la gesta, ha felicitado a Baumgartner y al equipo de Red Bull que coordinó la misión.
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