
Querida Madre: ven a visitarme, ven a mi casa, a mis afanes y trabajos. Ven a traerme tu paz, tu consuelo y tu abrazo de Madre; ven a decirme que puedo fiarme de los planes y las promesas de Dios. ¡Ven a traerme contigo a tu Hijo Jesús!
No quiero dejar de decirte lo mucho que te quiero y te necesito.
Qué manera más bonita de concluir este mes de mayo dedicado a Ti.
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