“Tienen ojos y no ven”: A partir de la falta de pan, Jesús elabora una comparación. Es el maestro que decodifica, con lo visible y cotidiano, el Reino que crece invisible y silencioso, y que sólo se comprende con parábolas. Lo que El ve, los otros no lo ven.
El misterio que El trae y contempla ya presente en nuestra historia, pasa desapercibido a los suyos. Se quedan atados a lo inmediato; a lo que palpan, contabilizan y calculan. ¿Entre nosotros pasa algo así? ¿Qué panes contamos? ¿Qué mesa creemos que tendemos y para qué comensales? ¿Vemos o somos ciegos –ansiosos entonces por las carencias, y peleados entre nosotros echando culpas?
“La levadura de los fariseos”: Lo que hace crecer la masa al estilo fariseo es muy distinto a lo que hace multiplicar el pan al estilo cristiano. Pero es verdad: el fariseísmo tiene su propia levadura; y a veces hay un “crecer” visible de la masa estilo fariseo. Pero no nos confundamos… y cuidémonos de usarla.
Hay un nuevo Pueblo, en un nuevo Éxodo, con un nuevo maná, con un nuevo Caudillo. Los discípulos somos formados para ponernos al servicio de esta Novedad. A veces sin embargo no entendemos la magnitud de nuestra vida y misión, ni la confianza del Maestro en asociarnos a El. Y en cambio nos quedamos enredados con los problemas administrativos del barquito.
Comentarios realizados por: Vicente Domínguez Rodríguez (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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