Aún hoy subsiste la misma distinción entre "buenos" y "malos"; la misma crítica de los "buenos" para los "malos" que intentan ser buenos y para los que les invitan y animan a hacerlo... ¡Sigue molestando la luz! Sigue fastidiando la verdad que deja en evidencia a la falsedad.
¿Por qué seguimos dividiendo el mundo entre malos y buenos? Eso si, nosotros somos los buenos ¿eh?. Tenemos nuestras "cosillas", si, pero, si no buenos del todo, al menos somos bastante "pasables". Y no nos gusta que nadie encienda junto a nosotros la luz que deje en evidencia nuestras miserias...
¡Qué maravilloso este tiempo de Cuaresma, para examinar a fondo hasta donde llega mi orgullo, mi soberbia...! Para recordar que es Dios quien nos señala el camino y nos muestra su verdad. Nos dice, como a Mateo: ¡SÍGUEME!... Levantémonos, pues, como el, pero sin olvidar que Mateo "dañándolo todo lo siguió"
Hemos dicho si a Dios, nos hemos comprometido a seguirle, pero... ¿"del todo"? ¿Qué es esa pequeña -o grande- cosa que nos falta para "dejarlo todo"?
- "Misericordia quiero, y no sacrificios"
- "Destierra de ti la maledicencia" (Is. En la 1a lectura)
- "Enséñame, Señor, tu camino, para que siga tu verdad"
¡Qué bien lo entendió S. Juan de Dios, cuya fiesta celebramos! Que el sea nuestro intercesor en el camino de conversión.
José Antonio Marzoa (Viceconsiliario Nacional)
cursillosdecristiandad.es
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