Jesús siempre ha luchado contra la hipocresía y la falsedad, pues la autenticad acompaña las palabras y los hechos del Jesús. Este aspecto la comunidad nunca debe descuidarlo, pues de su acogida depende la calidad del testimonio cristiano dentro de nuestro mundo. Las debilidades de los demás nunca son causa suficiente para romper los vínculos con los hermanos que, tienen tantas debilidades como cada uno de nosotros. Bueno es que caigamos en la cuenta de que, rompiendo con nuestros iguales, imperfectos e incongruentes por naturaleza, hacemos una apuesta nefasta que empaña seriamente nuestro vínculo con Dios Padre. La comunidad cristiana no debemos olvidar que, aunque asistida por la fuerza del Espíritu, es una comunidad de pecadores, de personas necesitadas de perdón restaurador y que tiene que tener en la primera línea de su acción el ‘principio misericordia’ que nos lleva a asumir la verdad de nuestras respectivas existencias al amparo de la ternura de un Dios que es Padre de corazón cercano.
Ojala lo vivamos y lo transmitamos. No olvidemos lo que nos dice Santiago. El juicio de Dios será sin misericordia para el que no practicó la misericordia. La misericordia se ríe del Juicio.
cursillosdecristiandad.es
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