Santa Misa por el rey Felipe VI y por España y final de nuestra Escuela de Responsables del MCC.
El pasado 19 de junio, jueves posterior a la Solemnidad de la Santísima Trinidad, fecha en la que todavía en algunos lugares se celebra la festividad del Corpus Christi, fue proclamado Rey de España don Felipe de Borbón y Grecia, que reina bajo el nombre de Felipe VI. Ante tan importante acontecimiento para nuestra Patria, el Obispo de la diócesis de Alcalá de Henares celebró ese mismo día, a las 20:00 horas, en la parroquia de Santiago Apóstol de Alcalá, una Misa votiva por el nuevo monarca, por su reinado y por España.
Durante la homilía, Mons. Juan Antonio Reig Pla recordó la obligación de los cristianos de rezar por las legítimas autoridades, dentro del cuarto mandamiento, honrarás a tu padre y a tu madre. “La sociedad nace, no porque nos hayamos puesto de acuerdo en vivir juntos, sino porque hemos sido creados por Dios en una vocación que va, unida a nuestra naturaleza, en la que está la vocación a la sociabilidad”.
El Obispo explicó que “somos imagen de Dios, misterio de comunión amorosa entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Así, vivimos unidos, formamos ciudades, pueblos, conjunto de pueblos, porque somos hijos de un mismo Padre”.
“¿Y qué significa la autoridad? Tiene autoridad aquel que rige desde el principio de la libertad, adecuada a la verdad, sea el padre de familia, sea un empresario, sea una autoridad local, o sea el Rey. Este binomio ‘libertad-verdad’ va siempre unido. Así, un padre no puede ser despótico con sus hijos, ni enseñar cosas malas: debe regir su familia desde el principio de la verdad que promueve el bien. Todo el fin de la sociedad es la perfección de la persona. Persona y sociedad tienen los mismos fines, de tal manera que la persona, creada por Dios a su imagen y semejanza, es el centro de la sociedad”.
Don Juan Antonio señaló la importancia de rezar por nuestras autoridades para que nos rijan según verdad y justicia, dándole a cada uno lo que le es debido. “De esa manera podremos vivir en paz y concordia, contando siempre con el principio de subsidiaridad: que cada uno pueda promover el bien desde la persona, desde la familia, desde las iniciativas sociales, lo que llamamos la sociedad civil, y así que el Estado no acapare la promoción del bien común”.
Mons. Reig animó a los fieles a pedir a Dios por el rey Felipe VI, con la protección e intercesión de Santiago Apóstol y la Inmaculada Concepción, patronos de España, para que, como Salomón, reciba “un corazón digno, justo y honesto para regir a su pueblo” y para que firme leyes, aprobadas por el Parlamento, que promuevan el bien común.
Concluyó el Obispo con una metáfora. “Para no chocar los unos con los otros, para establecer unas autopistas de la libertad, debemos ordenarnos según verdad y el bien moral, que es el bien específico de la persona” y, de este modo, “regir es servir, y la autoridad alcanza su legitimidad, y su verdadero sentido, cuando la ordenamos desde Dios”.
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