Fíjate
en lo que falta para que el cristianismo impregne de vida todas las almas,
todos los hogares, todos los negocios, todos los trabajos, todos los afanes,
las diversiones todas… ¡Eso es sencillamente lo que falta por hacer! Y eso es
lo que hay por hacer.
No
me digas que no haya cosas que tú no puedas y sepas y debas hacer. Lo que hace
falta es que selecciones y jerarquices tus quehaceres. Y que de una vez te
lances al primer “sprint”.
¡Buenas
montañas para un buen escalador, hasta que “Cristo lo sea todo en todos”.
(Sebastián
Gayá, Reflexiones
para Cursillistas de Cristiandad)
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