La trascendencia de Dios no se deja encerrar en criterios legalistas y en formulas tradicionalistas; simplemente las cosas de Dio son de El y como tal hay que respetar ese fuero sin oponerlo a lo histórico y temporal, por lo que cabe pensar que en la escatología cristiana no valen los ligámenes usuales que nosotros manejamos sino que pertenece a un orden distinto, por lo que lo que nosotros pensemos como muertos están “vivos” porque Dios no es un Dios de muertos sino de vivos.
Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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