Primera Lectura
Ageo 1, 1-8
El día primero del mes sexto del año segundo del rey Darío, la palabra del Señor se dirigió, por medio del profeta Ageo, a Zorobabel, hijo de Sealtiel, gobernador de Judea, y a Josué, hijo de Yosadac, sumo sacerdote, y les dijo: "Esto dice el Señor de los ejércitos: ‘Este pueblo mío anda diciendo que todavía no ha llegado el momento de reconstruir el templo‘".
La palabra del Señor llegó por medio del profeta Ageo y dijo: "¿De modo que es tiempo de vivir en casas con paredes revestidas de cedro, mientras que mi casa está en ruinas? Pues ahora, dice el Señor de los ejércitos, reflexionen sobre su situación: han sembrado mucho, pero cosechado poco; han comido, pero siguen con hambre; han bebido, pero siguen con sed; se han vestido, pero siguen con frío, y los que trabajaron a sueldo echaron su salario en una bolsa rota". Esto dice el Señor de los ejércitos: "Reflexionen, pues, sobre su situación. Suban al monte, traigan madera y construyan el templo, para que pueda yo estar satisfecho y mostrar en él mi gloria, dice el Señor".
Meditatio
En esta lectura podemos darnos cuenta de la importancia que tiene para Dios el templo.
Si bien es cierto que en cualquier lugar podemos encontrar y encontrarnos con Dios, él mismo nos dice que es precisamente en el templo en donde él "manifiesta su gloria". Es decir, es en el Templo en donde de manera especial podemos no sólo encontrarnos con él, sino en donde su presencia se hace cercana, en donde podemos, con serenidad y paz, dialogar con él. Es doloroso ver cómo hoy en día los templos están generalmente vacíos (hasta para el culto). En algunos países incluso, permanecen cerrados todo el día y sólo se abren para las celebraciones litúrgicas.
Si te sientes vacío, triste, hambriento de paz, date tiempo y pasa unos minutos en compañía de Dios en uno de sus templos. Ahí respirarás la corriente vivificante del Espíritu y te aseguro que saldrás fortalecido para continuar tu jornada y transmitir a los demás lo que en el silencio has recibido.
Oratio
Dios mío, te doy gracias por el regalo de habernos pedido un sitio que sólo sea para buscarte a ti, lugares específicos de este mundo en donde la única razón de su existencia es la de estar contigo y permitir que tu presencia se manifieste. Gracias por los templos en cada parte del mundo, pues eso nos recuerda lo importante que eres para nosotros.
Operatio
Hoy visitaré un templo y dejaré una ofrenda espiritual.
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