lunes, 9 de septiembre de 2013

MUCHOS CRISTIANOS TIENEN LA ENFERMEDAD DE LOS FARISEOS

Papa Francisco: muchos cristianos tienen la enfermedad de los fariseos

En la homilía de la Misa del sábado en la Casa Santa Marta

No existe cristiano sin Jesús. Y Jesús no está cuando el cristiano no responde a mandamientos que no llevan a Cristo o no vienen de Cristo. El Papa Francisco, durante la misa celebrada la mañana del sábado 7 de septiembre, en Santa Marta, insistió en la centralidad de Cristo. Puso en guardia a los cristianos de seguir revelaciones privadas ya que la revelación –dijo- concluyó en Cristo.
 
En la homilía del sábado, el Santo Padre ha proseguido la reflexión que el pasado viernes 6 de septiembre, propuso en las lecturas en las que Jesús era presentado como el esposo de la Iglesia. La cita evangélica de hoy, tomada de Lucas (6, 1-5), relata el episodio de la discusión de Jesús con los fariseos, que acusan a los apóstoles de haber violado el reposo del sábado, cogiendo y comiendo el grano de las espigas.
 
En este fragmento del Evangelio, Jesús, destacó el Pontífice, se presenta como alguien más con respecto al evangelio del viernes, “y dice: Yo soy el Señor, el Señor también del sábado. En otra parte dirá: el sábado está hecho para el hombre y no el hombre para el sábado. La centralidad de Él es la centralidad del cristiano con respecto a muchas cosas. Jesús es el centro, es el Señor”. Una definición que –destacó el Papa- “no entendemos bien” porque “no es fácil entenderlo”. Lo que sí que está claro es que Jesús “es el Señor” en cuanto a que “el tiene el poder, la gloria, el que tiene la victoria. Es el único Señor”.
 
Citando la carta de San Pablo a los Colosenses (1, 21-23) el Santo Padre ha resaltado que es el mismo apóstol el que recuerda que “Jesús nos ha reconciliado en el cuerpo de su carne mediante la muerte –reconciliándonos a nosotros- para presentaros santos, inmaculados e irreprensibles ante Él, para que estéis firmes en la fe”. Jesús, resumió el Papa, es el centro que nos regenera y nos funda en la fe. Sin embargo, los fariseos –continuó- ponían en el centro de su religiosidad muchos mandamientos. Y Jesús les dice: Imponen fardos pesados en las espaldas de las gentes”.
 
Si no está Jesús en el centro, destacó el Pontífice, “hay otras cosas”. Y a día de hoy “encontramos a muchos cristianos sin Cristo, sin Jesús. Por ejemplo los que tienen la enfermedad de los fariseos y son cristianos que ponen su fe y su religiosidad, su cristiandad, en muchos mandamientos: ¡Ah! Debo hacer esto, debo hacer lo otro. Cristianos de comportamientos”: que hacen las cosas, explicó, porque se deben hacer, pero en realidad “no saben porque lo hacen”.
 
Pero “¿dónde está Jesús?” Se preguntó el Papa Francisco. Después prosiguió: “Un mandamiento es válido solo si viene de Jesús”. Cristianos sin Cristo hay muchos, como los que “buscan sólo las devociones, muchas devociones, pero Jesús no está. Entonces ¡te falta algo, hermano! Te falta Jesús, si tus devociones te llevan a Jesús, entonces vale. Pero si te quedas ahí, entonces algo no funciona”.
 
Hay, añadió, “otro grupo de cristianos sin Cristo: : aquellos que buscan cosas un poco raras, un poco especiales, que van detrás de revelaciones privadas”, mientras que la Revelación concluyó con el Nuevo Testamento. El Santo Padre ha advertido en estos cristianos la voluntad de ir “al espectáculo de la revelación, a escuchar las cosas nuevas”. Pero –es la exhortación que el Papa Francisco les dirige- “¡toma el Evangelio!”. Entre los cristianos sin Cristo el Pontífice ha mencionado a “los que se perfuman el alma pero no tiene virtud porque no tienen a Jesús”.

¿Cuál es entonces la regla para ser un cristiano con Cristo? ¿Y cuál es el signo de que una persona es un cristiano con Cristo? Se trata de una regla –explicó el Papa- muy simple: es válido lo que viene de Jesús. Jesús es el centro, el Señor, como Él mismo dice”.
 
Por tanto si una cosa lleva o viene de Jesús “ve adelante”, exhortó el Santo Padre; pero si no viene o no lleva a Jesús “entonces es un poco peligroso”. Y a propósito del “signo” dijo: “Es un signo sencillo el del ciego de nacimiento del que se habla en el Evangelio de Juan, en el capítulo nueve. El Evangelio dice que se postró ante Él para adorarle. Un hombre y una mujer que adora a Jesús es un cristiano con Jesús. Pero si no adoras a Jesús, algo te falta”.
 
Entonces “una regla y un signo”, concluyó el Pontífice. “La regla –dijo- es: soy un buen cristiano, estoy en el camino del buen cristiano si hago lo que viene de Jesús o lo que me lleva a Jesús, porque Él es el centro. El signo es la adoración ante Jesús, la oración de adoración ante Jesús”.

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