viernes, 26 de septiembre de 2014

HAY TIEMPO PARA CADA COSA. SABER APROVECHARLO


Primera Lectura
Eclesiastés 3, 1-11

Hay un tiempo para cada cosa
y todo lo que hacemos bajo el sol tiene su tiempo.
Hay un tiempo para nacer y otro para morir;
uno para plantar y otro para arrancar lo plantado.
Hay un tiempo para matar y otro para curar;
uno para destruir y otro para edificar.
Hay un tiempo para llorar y otro para reír;
uno para gemir y otro para bailar.
Hay un tiempo para lanzar piedras y otro para recogerlas;
uno para abrazarse y otro para separarse.
Hay un tiempo para ganar y otro para perder;
uno para retener y otro para desechar.
Hay un tiempo para rasgar y otro para coser;
uno para callar y otro para hablar;
hay un tiempo para amar y otro para odiar;
uno para hacer la guerra y otro para hacer la paz.

¿Qué provecho saca el que se afana en su trabajo? He observado todas las tareas que Dios ha encomendado a los hombres para que en ellas se ocupen.

Todo lo ha hecho Dios a su debido tiempo y le ha dado el mundo al hombre para que reflexione sobre él; pero el hombre no puede abarcar las obras de Dios desde el principio hasta el fin.


Meditatio
El Cohélet ha expresado: “Hay un tiempo para cada cosa”. Desafortunadamente, muchos de nosotros no hemos aún aprendido esto y por ello malgastamos el tiempo o lo ocupamos de manera equivocada. Son tantos los que no han disfrutado de una bella tarde simplemente contemplando cómo se pone el sol, o de un paseo con la familia, de una conversación con los amigos, incluso de ir acompañando a los hijos en su crecimiento, en sus problemas y alegrías, en sus triunfos y fracasos.

Actualmente el hombre sólo tiene tiempo para trabajar, para hacer dinero; se pasa la vida buscando tener más y, cuando se da cuenta, es tan pobre que lo único que tiene es dinero. Este pasaje, aplicado a nuestros días, pudiera escucharse así. Hay tiempo para trabajar y tiempo para descansar; tiempo para estar con la familia, tiempo para estar con los amigos, tiempo para estar con los papás y con los hijos, tiempo para disfrutar lo que Dios nos regala cada día.

Aprovechemos hoy nuestro tiempo, pues no sabemos si mañana podremos gozar de este tiempo y de la oportunidad que Dios nos brindó hoy.


Oratio
Señor, enséñame a aprovechar el tiempo que me regalas en este mundo, dame tu gracia para poder descubrir lo que debo hacer a cada momento. Renuncio drásticamente a postergar las cosas importantes en mi vida y darle más prioridad a cosas que tienen menos trascendencia en los valores que tú me propones.

Operatio
Hoy apartaré un momento del día y lo pasaré en tranquilidad reflexionando tantas cosas bellas que me he perdido en la vida por el ajetreo y las prisas.

Flickr
evangelizacionactiva

No hay comentarios:

Publicar un comentario