jueves, 13 de diciembre de 2012

HAY QUE SALIR A LA CALLE. INICIATIVAS DE 1er ANUNCIO


Alfa y Omega > Nº 811 / 13-XII-2012 > En portada
Iniciativas de primer anuncio, escuelas para la nueva evangelización
Hay que salir a la calle
Cada mes, Álvaro sale a la calle para evangelizar en una zona de marcha. Alicia, como parte de su formación cristiana, recorrió todas las casas de una calle para compartir cómo Dios actúa en su vida. Jorge, muy comprometido en su parroquia, saca tiempo para participar en una misión diocesana. Los tres, y cada vez más católicos, de todas las edades y estados de vida, saben que la coherencia de vida y la pastoral ordinaria ya no bastan. Hay que lanzarse a la calle, real o metafóricamente, para anunciar a Cristo

Miembros del Camino Neocatecumenal durante
una jornada de evangelización, en las calles de Barcelona
Álvaro Segovia comenzó a evangelizar en la calle hace casi dos años. Se estaba preparando la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid, y un grupo de jóvenes del movimiento francés Anuncio se había instalado en esta ciudad para preparar la Jornada evangelizando. Entre ellos estaba Kike, un chico español que fue a Totus Tuus María, el grupo de Álvaro, para explicar lo que hacían e invitarles a colaborar. «Es una de esas personas a las que le arde el corazón por el Señor. Me llamó tanto la atención, que pensé en ir a verlo, y a la siguiente evangelización fuimos tres».
Esta evangelización era en la zona de Tribunal, uno de los lugares de marcha preferidos de la capital. El formato es sencillo: en la iglesia de alguna zona de ocio se expone al Santísimo, se reza y, al cabo de un rato, se abren las puertas de la iglesia. Desde la calle, se ve el interior en penumbra, con un camino de velas que llevan al principal foco de luz: Cristo Eucaristía. Mientras algunos jóvenes se quedan dentro, rezando, cantando y acogiendo a quienes entran, otros salen a la calle por parejas, a entablar diálogo con la gente que pasa. Álvaro salió con Kike, que «se sentaba con los grupos que había en la calle y se ponía a hablar con ellos. Como tiene una sonrisa de felicidad, la gente le escuchaba. En un momento dado, también yo me puse a hablar con una chica». Desde entonces, repite casi cada mes. Se trata de anunciar, desde el testimonio personal, el kerigma: la encarnación del Hijo de Dios, Jesucristo, y la Redención como núcleo central de la fe. También se ofrece a la gente entrar en la iglesia a rezar.
Un fuego que se extiende
Varios movimientos y diócesis evangelizan de forma parecida en países como Italia -Centinelas del mañana-, Francia -AnuncioComunidad del EmmanuelJeunesse-Lumière-, Alemania -Night Fever-... En España, en 2009, nació en Alcalá de Henares el grupo Kerygma. Sigue los pasos de la Comunidad del Emmanuel, y han ayudado a poner en marcha evangelizaciones también en Tudela. Tras la JMJ, Totus Tuus María y otros grupos tomaron el relevo a Anuncio en Madrid, y evangelizan cada mes. En Barcelona y Cartagena se está implantando el método deCentinelas del mañana, y San Sebastián lleva dos años acogiendo en verano el festival de evangelización deAnuncio. Durante el I Congreso Nacional de Pastoral Juvenil de Valencia, el pasado noviembre, cientos de jóvenes y muchos sacerdotes de toda España participaron en actividades de evangelización similares, y bastantes salieron de ellas con el deseo de implantarlas en sus lugares de origen.
Es el nuevo ardor que el Beato Juan Pablo II pedía para la nueva evangelización. Los carismas que se dedican a ella van encontrando eco en el corazón de católicos que, aunque intentan dar testimonio con su vida y además son catequistas, profesores de Religión o voluntarios de Cáritas, ven que mucha gente necesita un primer anuncio, porque ha olvidado o nunca ha conocido lo esencial del cristianismo. Ya el Concilio Vaticano II, con su DecretoApostolicam actuositatem, afirmaba que el apostolado de los laicos «no consiste sólo en el testimonio de la vida: el verdadero apóstol busca las ocasiones de anunciar a Cristo con la palabra, ya a los no creyentes para llevarlos a la fe; ya a los fieles para instruirlos, confirmarlos y estimularlos a una vida más fervorosa».
¿Cómo actúa Cristo en tu vida?

Jóvenes del movimiento Totu Tuus María llevan
la Buena Noticia de Jesucristo a otros jóvenes
en las calles de Valencia
No se hablaba todavía de nueva evangelización, pero muchos de los nuevos movimientos y realidades eclesiales nacidos poco antes, en torno o después del Concilio, asumieron desde el principio esta necesidad. Es el caso de algunos de los movimientos antes citados, nacidos en los últimos 30 años, pero también de realidades más veteranas, como Cursillos de Cristiandad, o el Camino Neocatecumenal.
En el Camino, la evangelización de sus miembros está indisolublemente unida al envío. No todos serán misioneros itinerantes o familias misioneras, pero, en la etapa de la Traditio, todos están llamados a la evangelización directa: «Con un hermano de la comunidad, te asignan una calle concreta del territorio de la parroquia, y tienes que ir a todos los edificios y las casas», cuenta Alicia Pastor, que hizo este paso hace cinco años. «No vas a contar teorías, la gente está harta de eso; ni a empezar una polémica. Vas a contar tu experiencia, en qué cosas concretas de tu vida has visto que Cristo se ha hecho carne, está resucitado y tiene poder; de qué cosas te ha salvado. Eso marca a la gente, aunque el primer beneficiado eres tú mismo, porque tienes que pararte a hacer memoria de cómo ha actuado Cristo en tu vida». Es la mejor catequesis.
Ese hombre está triste, vamos a decirle que Dios le quiere
Además de en la Traditio, los miembros del Camino salen a la calle a evangelizar en Cuaresma y Pascua. «Es una experiencia muy gratificante -afirma Alicia-. Recibes mucha humillación: la gente no te escucha, te toma por loco, te insulta... Pero también hay gente receptiva, que luego se acercan a los sacramentos. Vas con miedo al rechazo, o a que te cuenten un problema que te viene grande; pero Dios pone en tu camino las personas que te tienen que escuchar a ti en concreto. Y siempre vuelves contento».
Alicia recalca que «no hacemos esto por legalismo, porque nos lo manden. Es por gratitud: me sale del corazón compartir lo que a mí me han predicado, y que luego he visto que Dios ha hecho carne en mí». El objetivo final de esto, además de que la gente conozca a Dios, es prepararse para evangelizar en «el día a día; para que, aunque no vayas puerta por puerta, anuncies a Cristo en el trabajo, o con las demás madres del colegio». También ayuda a la transmisión de la fe en la familia: «Los niños lo ven, y en Cuaresma y Pascua salen con nosotros. Ellos son los primeros que no tienen vergüenza, lo viven con mucha naturalidad. Me dicen: Mira, mamá, ese hombre está triste, vamos a decirle que Dios le quiere. Te sirve para transmitirles la fe, y para que vean que la gente necesita a Dios».
Diócesis misioneras

Miembros de Centinelas del mañana se preparan
para llevar a cabo, en Italia, la iniciativa de evangelización
«Una luz en la noche»
Poco a poco, la inquietud por la nueva evangelización ha llegado también a las diócesis, donde resultaba más difícil romper la inercia de una pastoral exclusivamente hacia dentro. Monseñor Dominique Rey ha convertido a la francesa Toulon en un referente de diócesis volcada en la nueva evangelización; y Centinelas del mañana nació, en Verona (Italia), como una iniciativa diocesana.
Respondiendo al Año de la fe, grandes diócesis españolas como Madrid, Valencia o Getafe ya han puesto en marcha sus proyectos misioneros. Pero quizá sea incluso más significativo cómo también han asumido este reto diócesis pequeñas. «Nuestras gentes se van descristianizando más rápido y son muchos más los alejados de la fe y de la comunidad eclesial, y los indiferentes, que los que viven su fe y tratan de hacerla realidad en sus vidas», ha explicado monseñor Gerardo Melgar, obispo de Osma-Soria. Esta diócesis ha puesto en marcha una misión diocesana que, con el lema Despertar a la fe, se prolongará hasta marzo de 2014 e incluye formación, visitas casa por casa, y la creación de pequeños grupos que, en casas particulares, dialoguen abiertamente sobre los fundamentos de la fe.
Levadura en la masa
También Cuenca se ha lanzado a la misión durante este curso, aunque en su caso ésta está orientada, más bien, a movilizar a sus propios fieles. Para ello, la diócesis ha creado varios grupos de entre cinco y ocho misioneros que, durante cuatro días o una semana, se trasladan a las parroquias y pueblos que lo solicitan. En cada lugar, según sus necesidades, se organizan reuniones con niños, jóvenes, matrimonios, ancianos... El sábado hay un día de convivencia entre todos, y el domingo se celebra una Eucaristía final. Un sacerdote, una religiosa y un laico están en el lugar de misión todos los días, y otros misioneros participan sólo en alguna de las actividades. Mientras, un grupo de personas que no se han podido comprometer con estas visitas rezan por sus frutos.
A uno de los misioneros, Jorge López, no le faltaba trabajo en su parroquia: «A mi grupo de amigos nos conocen como el grupo de los catequistas, y todos ellos están en Cáritas. Este año queremos poner en marcha ademásTeen Star, un curso de formación de la afectividad para adolescentes. También mis hijos mayores son catequistas». Pero «el Señor llama, nuestro cura nos habló de la misión, y vimos que aún podíamos sacar tiempo». Por ello, entre enero y septiembre próximo, Jorge y su mujer visitarán las tres parroquias asignadas a su grupo, y trabajarán con los niños y los matrimonios. «Queremos, sobre todo, que los que vengan, aunque ya estén cercanos a la Iglesia, clarifiquen y se confirmen en su fe; que tomen la decisión de ser cristianos y dar testimonio en su ambiente, de ser levadura en la masa».
Hay que probarlo

Miembros de Centinelas del mañana se preparan
para llevar a cabo, en Italia, la iniciativa de evangelización
«Una luz en la noche»
Álvaro, con quien comenzábamos este reportaje, explica que «hay dos tipos de evangelización, la mayor y la menor. La mayor es la que haces con personas cercanas a ti, y a esa estamos llamados todos. La que hacemos en la calle», u otros métodos de primer anuncio, «es la evangelización menor. Quizá no todos estamos llamados» a una de estas fórmulas, pero podemos aprender de ellas. Y todo el mundo -añade- debería probarlas alguna vez, «porque es una experiencia increíble de comunión, y el primer evangelizado eres tú mismo, cuando la persona que tienes delante te plantea inquietudes» que te llevan a profundizar en la fe. «Yo he llegado a estar hora y media con dos chavales ateos, y hablamos de todo. La gente te abre el corazón, tienen deseo de plenitud, de ser felices, y no lo son». Lanzarse a anunciar a Cristo a desconocidos ha aumentado mucho su ardor misionero, de cara a hablar de Dios en su familia o con amigos. De hecho, «mi madre, por quien he rezado y con quien he hablado mucho, se ha convertido este año. Ya no tengo miedo a qué me van a decir, sino a que una sola persona vaya al infierno. Ahora rezo por las personas. Antes no lo hacía, intentaba convertirlos por mis propias fuerzas, y así no puede ser».
María Martínez López
Nueva evangelización, desde las parroquias
De cara a la nueva evangelización, la Iglesia cuenta con una gran ventaja: ya está muy presente en todos los lugares de antigua tradición cristiana. «La parroquia es la presencia de la Iglesia universal en un territorio concreto», y por eso «juega un papel insustituible, es el primer lugar de la nueva evangelización». Lo explica don Jesús Higueras, párroco de Santa María de Caná, de Pozuelo de Alarcón (Madrid). «Estamos -explica- en un momento de cambio»: en las parroquias ya hay «una conciencia y un deseo de nueva evangelización. Todos los sacerdotes y los laicos tenemos muy claro que no basta con la pastoral de mantenimiento» -catequesis, sacramentos- a quienes ya estándentro.
Don Jesús fue auditor del pasado Sínodo de los Obispos sobre Nueva evangelización para la transmisión de la fe cristiana. Su propuesta para encontrar el nuevo ardor necesario para evangelizar refleja lo que allí se dijo: «Hay que recuperar la ilusión por la santidad, que es el motor de la nueva evangelización. La parroquia es el lugar de la santidad, donde cargamos las pilas y, queriendo ser santos, anunciamos a Jesucristo». Para completar la Carta apostólica Porta fidei sobre el Año de la fe, la Congregación para la Doctrina de la Fe preparó un documento con propuestas concretas. Entre ellas, muchas iban dirigidas a las parroquias, y pueden ayudarlas en esta tarea. «Son propuestas -explica don Jesús- que buscan que lo que se ha hecho desde hace tiempo se haga con más ilusión, teniendo más conciencia del protagonismo del Espíritu Santo en la nueva evangelización. En palabras del cardenal Rouco, arzobispo de Madrid, se trata de no dejar que el secularismo se nos meta dentro, y de contar más con Dios en las acciones pastorales».
En su parroquia, para preparar esta renovación «intentamos transmitir, a través de las homilías, las propuestas del Papa para el Año de la fe. Y en los grupos de formación, tanto de adultos como de jóvenes, trabajamos para hacernos conscientes de que algo nuevo está pasando y hay que salir a anunciar a Jesucristo. Luego, en sintonía con la diócesis, asumiremos las propuestas que se hagan para Madrid Misión», el proyecto diocesano de evangelización. También es importante -añade- «que la parroquia se prepare interiormente para que, cuando la gente a la que se le hace ese anuncio venga, vea en ella un lugar de acogida, donde encuentren cariño; y un lugar de formación doctrinal y para la oración».
Un año de formación, toda una vida de frutos
La formación sobre los fundamentos de la fe y sobre cómo hacer apostolado es una faceta clave de la nueva evangelización. Las evangelizaciones en la calle van precedidas de ella, y las diócesis que ponen en marcha misiones diocesanas las acompañan, de una forma u otra, por escuelas de evangelización. Pero hay propuestas más radicales: los movimientos franceses Jeunesse-Lumiere Comunidad del Emmanuel proponen a jóvenes de todo el mundo dejar su vida habitual y vivir durante todo un año, en pobreza, castidad y obediencia, en una escuela de misión. Ambas realidades tienen escuelas en Francia e Italia. Además, Jeunesse tiene también una en Polonia y están construyendo otra en Benín; y la Comunidad del Emmanuel tiene sendos centros en Alemania y Filipinas.
Los pilares de estas escuelas son la oración -adoración al Santísimo, alabanza y Eucaristía diaria-; la formación antropológica, teológica, y sobre evangelización; la vida en comunidad, y la misión. Periódicamente, los miembros de la escuela preparan y llevan a cabo misiones en la calle y en lugares de ocio. También se desplazan a los lugares desde donde los llaman: parroquias, diócesis, colegios, universidades..., y organizan espectáculos evangelizadores, como conciertos u obras de teatro. Además, en la escuela aprenden a evangelizar a través de Internet y las nuevas tecnologías.
Toda esta vivencia está orientada al momento de regresar. Adelisa Lapore, responsable de las misiones de la Escuela de Jeunesse-Lumiere en Italia, explica que «la vida no permanece igual, porque la Escuela pone en el centro de la propia existencia a la persona de Jesucristo». Cuando los jóvenes vuelven a casa, pueden «contar lo que han experimentado», y continuar viviendo ese carisma evangelizador. Hellen, responsable de la Escuela deEmmanuel en Roma, explica que «nuestro verdadero objetivo es llegar a ser misioneros en el día a día. Al volver a casa, los jóvenes se pueden implicar en actividades» de primer anuncio como las que han aprendido. Es normal y muy bueno que lo hagan, «pero lo que de verdad esperamos es que sean misioneros en su familia, en su trabajo, en su ambiente». Esta experiencia «tiene mucho interés no sólo para ese joven, sino para toda su comunidad». Por ello, invita a los sacerdotes a animar a sus jóvenes a planteárselo.

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