martes, 24 de marzo de 2015

MEDITACIONES CUARESMALES P.CEFERINO SANTOS: MARTES 5º

YO SOY DE ALLÁ ARRIBA
 
¡Qué poco sabemos de Cristo, si ignoramos que Él viene de arriba y es de arriba (Jn 8,23) y que no es de este mundo! ¡Cuánto ignoraríamos de Cristo, si, cuando es levantado en la cruz, no se nos desvela su Yo divino y su "Yo soy" (Jn 8,28), en igualdad de naturaleza con el Padre, que "le envió, que está con Él y no le ha dejado nunca solo" (Jn 8,29)!
¡Qué grande es Jesús, que, levantado en alto desde el estandarte glorioso de su Cruz, cura a todos los que la serpiente infernal mordió con el veneno del pecado (Nm 21,9) y ahora le miran con fe!
Nosotros somos hombres de la tierra de este mundo y "de aquí abajo" (Jn 8,23). Por eso, solos no podemos ir a lo alto, "a donde va Jesús" (Jn 8,21). Ningún hombre por sí solo puede ascender al cielo ni conquistar la herencia de] Reino de Dios. Pero con Jesús todo lo podemos. Comenzamos a ascender con Él hacia el cielo por la fe en su persona divina: "Si creéis que Yo soy" (Jn 8,28). Aceptando a Jesús como Dios y Señor comenzamos a subir al más allá de arriba, y por el amor, formamos un uno con Él, para que donde Él esté, estemos también nosotros (Jn 17,24) y contemplemos su gloria.
Jesús, sin dejar de ser de aquí abajo, es "de, allá arriba". Con la fuerza y el amor del Espíritu Santo ascendemos también hacia Él. Y nos gozamos con todos los hermanos y hermanas que murieron en el amor de Dios y de los demás, y que ahora están "allá arriba", gozosos, resplandecientes, identificados con Cristo e inmersos para siempre en el gozo de Dios. Por la comunión de los santos ascendemos con ellos hacia Dios.
A Ti vamos, Señor, por la fe, por el sometimiento a tu santa voluntad, por la comunión de los santos, por el arrepentimiento y por el amor. Sal a nuestro encuentro, Jesús, como Juez misericordioso, mientras caminamos hacia tu eterno abrazo. Amén.
"Mis brazos y mi Corazón están siempre abiertos para acogeros. En mis manos sacerdotales os levanto como ofrenda viva y santa para mi Padre. Alzad vuestros corazones y vuestras manos con el ofrecimiento de vuestro servicio a los pobres y de vuestras vidas. Donde esté vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón".
EL PAN DE LA PALABRA DANÓSLE HOY.
CICLO B Pág. 98 y 99 (Ceferino Santos S.J.)
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