Aquel momento de sosiego personal que Jesús buscó al salir de su casa y sentarse viendo el paisaje del lago, se convirtió en una cátedra; por eso Jesús se sube en la barca –su cátedra preferida- y sentado, como un Maestro autorizado, enseñó en parábolas lo que significa la fecundidad y grandeza de la Palabra en la vida de los que la reciben y enseñan.
Cada uno sabe qué tipo de terreno es. Los frutos son proporcionales no a la cantidad de semilla sino a la forma de acogerla y custodiarla en la dinámica de la ley del crecimiento.
Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino
Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino
(Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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