Borja Langdon del Real, Francisco Rodríguez González y Fernando Rodríguez Rodríguez son, desde el pasado sábado, 19 de mayo, nuevos sacerdotes de la diócesis de Alcalá de Henares. La ceremonia de ordenación, presidida por el Sr. Obispo, Mons. Juan Antonio Reig Pla, tuvo lugar en la Catedral Magistral junto a sus familias, amigos y numerosos representantes del presbiterio complutense que quisieron acompañar a los tres jóvenes en un día tan especial. Al entrar en la Catedral, don Juan Antonio fue recibido por un espontáneo y cariñoso aplauso de los fieles.
Durante su homilía, Mons. Reig Pla calificó la ceremonia de “acontecimiento de gracia” que demuestra que el Señor es padre misericordioso y omnipotente: “por eso estáis aquí, y nos dais un signo de la misericordia de Dios para con nosotros”. Recomendó a Borja, a Francisco y a Fernando que tengan como programa de vida el capítulo sexto de la carta de San Pablo a los efesios: “Revestíos de Jesucristo para tener las armas adecuadas: el cíngulo de la verdad, la coraza de la justicia, bien calzados los pies para anunciar el Evangelio de la paz, el escudo de la fe, para que los dardos del Maligno no os alcancen, y, al fin, la espada para el combate, esto es, la Palabra de Dios. Siempre en oración sin tregua, continúa, individual y comunitaria”.
En este sentido, el Obispo pidió a los nuevos presbíteros que tengan toda su jornada organizada hacia Dios, “Desde el momento en que os levantéis, todo el día plagado de oración, de estudio, con el ministerio de la Palabra y de los sacramentos, la atención a los niños, a los enfermos, a los esposos, a los pobres, a los que sufren… ¡Todo eso nos lo encarga el Señor!”.
D. Juan Antonio señaló la importancia que, para los sacerdotes, tiene cuidar del rebaño que el Espíritu Santo les ha confiado. “¿Cómo tiene que amar un sacerdote? ¡Como el Buen Pastor, que da la vida por sus ovejas!”. El Obispo explicó que, de este modo, desde las parroquias, mediante la proclamación de la Palabra de Dios, la distribución de los sacramentos, y con el testimonio ejemplar de los sacerdotes se derramará el agua viva del Amor de Dios que saciará la sed de tantos corazones sedientos de nuestra sociedad. “Alegre Alcalá de Henares, alegre nuestra diócesis, alegre España, que tiene déficit de esperanza, déficit de que escuche palabras sustantivas que espabilen el corazón. ¿Y dónde las va a buscar? En Jesucristo y en sus pastores, que están dispuestos a hacer frente a los lobos feroces”.
Tras la homilía tuvo lugar la imposición de las manos del Obispo sobre la cabeza de los diáconos y, a continuación, todos los presbíteros presentes en la Catedral, como símbolo de unidad eclesial y acogida en el seno del clero diocesano. Después, los tres nuevos sacerdotes recibieron simbólicamente, de manos de D. Juan Antonio, el Pan y el Vino de la Eucaristía, que a partir de ahora se podrán convertir en sus manos, por el misterio del Sacramento, en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
Una vez concluida la emotiva ceremonia, mientras descendían del presbiterio en dirección a la capilla de San Pedro, Borja, Fernando, Francisco y D. Juan Antonio, fueron despedidos por los fieles con un intenso y emocionado aplauso de aliento y apoyo a su labor ministerial. Llegados a la Capilla de San Pedro, los sacerdotes de la Diócesis acogieron a su Obispo con un impresionante aplauso que no cesaba y que, con gestos de agradecimiento, tuvo que interrumpir el propio don Juan Antonio. A continuación, en los cercanos jardines del Seminario tuvo lugar un ágape fraternal, donde los nuevos ordenados fueron felicitados por todos sus amigos y familiares. ¡Enhorabuena, Borja, Fernando y Francisco!
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