lunes, 9 de abril de 2012

LA ALEGRÍA DE LA RESURRECCIÓN VENCE EL MIEDO


Evangelio según san Mateo 28, 8-15.
La alegría de la Resurrección vence el miedo. En la madrugada del domingo, el primer día de la semana, dos mujeres fueron al sepulcro, María Magdalena y María de Santiago, llamada la otra María. De repente, la tierra tembló y un ángel apareció como un relámpago. Los guardas que estaban vigilando el túmulo se desmayaron. Las mujeres se quedaron con miedo, pero el ángel las reanimó, anunciando la victoria de Jesús sobre la muerte y enviándolas a que reunieran a los discípulos de Jesús en Galilea. Y en Galilea ellas podrán verle de nuevo. Allí, donde todo empezó, acontecerá la gran revelación del Resucitado. La alegría de la resurrección comienza a vencer el miedo. Se inicia el anuncio de la vida y de la resurrección.
Las mujeres salen corriendo. Se sienten habitadas por una mezcla de miedo y de alegría. Sentimientos propios de quien hace una profunda experiencia del Misterio de Dios. De repente, Jesús mismo va a su encuentro y dice: “¡Alegraos!”. Ellas se postran y adoran. Es la postura de quien cree y acoge la presencia de Dios, aunque sorprende y supera la capacidad humana de comprensión. Ahora Jesús mismo da la orden de reunir a los hermanos en Galilea: "No temáis. Id, avisad a mis hermanos que vayan a Galilea; allí me verán.”
La presencia de las mujeres en la muerte, en el entierro y en la resurrección de Jesús es significativa. Testimoniaron la muerte de Jesús. (Mt 27,54-56). En el momento del entierro, se quedaron sentadas ante el sepulcro y por tanto pudieron decir cuál era el lugar donde fue colocado el cuerpo de Jesús (Mt 27,61). Ahora, el domingo de madrugada, están de nuevo allí. Saben que aquel sepulcro vacío ¡es realmente el sepulcro de Jesús! La profunda experiencia de la muerte y de la resurrección que hicieron les transforma la vida. Ellas mismas resucitarán y se volverán testigos cualificados en las comunidades cristianas. Por esto, reciben la orden de anunciar: "¡Jesús está vivo!" ¡Resucitó!"
¿Cuál es la experiencia de resurrección en mi vida? ¿Existe en mí alguna fuerza que trata de combatir la experiencia de resurrección? ¿Cómo reacciono?
¿Cuál es hoy la misión de nuestra comunidad como discípulos y discípulas de Jesús? ¿De dónde podemos sacar fuerza y valor para cumplir nuestra misión?

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
http://www.cursillosdecristiandad.es/

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