jueves, 19 de enero de 2012

CURSILLOS: MOVIMIENTO DE LAICOS

Cursillos: Movimiento de Laicos

enero 19, 2012
El Movimiento de Cursillos de Cristiandad, que vuelve a suscitar, tantas expectativas y esperanzas en el momento presente por haberse celebrado en Córdoba el cursillo número mil, es un movimiento laical que intenta, el cambio del corazón y el testimonio evangélico en el mundo. Uno de los signos más relevantes de nuestro tiempo es el hecho que justamente los fieles están llamados a alinearse en primera fila como protagonistas  en la tarea de la nueva evangelización.
Etimológicamente el concepto laico designa al que pertenece al pueblo (Laos) y este es el sentido dogmático que tiene en el Vaticano II: miembro del pueblo de Dios bautizado fiel cristiano etc. Desde una perspectiva descriptiva o fenomenológica, se utiliza el concepto para definir a los cristianos que viven en el mundo y que no pertenecen a la vida religiosa y al clero (LG 31).
En nuestro tiempo es impensable la evangelización sin los laicos. El laico no huye del mundo, sino que está llamado a evangelizar el mundo y a santificarse en él y todo gracias a su acción, el evangelio podrá penetrar en los areópagos modernos de la cultura, la economía, la política, los medios de comunicación de masas. Este carácter secular caracteriza no solo el apostolado sino también la espiritualidad y el camino de santidad de los fieles laicos.
El elemento específico de la vocación de los laicos consiste en la “índole secular”: A los laicos —explica el Vaticano II — pertenece por propia vocación buscar el reino de Dios tratando y ordenando, según Dios, los asuntos temporales. Viven en el siglo, es decir, en todas y cada una de las actividades y profesiones, así como en las condiciones ordinarias de la vida familiar y social con las que su existencia está como entretejida.
Allí están llamados por Dios a cumplir su propio cometido, guiándose por el Espíritu evangélico, de modo que, igual que la levadura, contribuyan desde dentro a la santificación del mundo y de este modo descubran a Cristo a los demás, brillando, ante todo, con el testimonio de su vida, fe, esperanza y caridad. Este carácter secular caracteriza no sólo el apostolado, sino también la espiritualidad y el camino de santidad de los fieles laicos. ¡Eludir este deber sería una verdadera traición a su vocación! Enla Exhortaciónapostólica “Christifideles laici”, Juan Pablo II corrobora que las “nuevas situaciones, tanto eclesiales como sociales, económicas, políticas y culturales, reclaman hoy, con fuerza muy particular, la acción de los fieles laicos. Si él no comprometerse ha sido siempre algo inaceptable, el tiempo presente lo hace aún más culpable. “A nadie le es lícito permanecer ocioso”. Y en este sentido, no faltan hoy signos de esperanza: es verdad que en varias partes del mundo, desde el punto de vista numérico  a causa de la difusión de la secularización-, la comunidad cristiana se ha reducido, pero también es verdad que enla Iglesiala evangelización constituye un desafío permanente.
El evangelizador laico tiene que ser muy valiente con una presencia visible e incisiva en la sociedad, René Réunond habla de la difusión de un “nuevo anticristianismo” una especie  “cristianofobia” una “cultura contra Dios”. Los fieles laicos  están llamados a alinearse en primera  fila como protagonistas de la nueva evangelización.
Los laicos y seglares pertenecientes a Movimientos dela Iglesia, como son los Cursillos de Cristiandad han de tener la valentía de convertirse en “signo de contradicción” siguiendo las huellas de Cristo. Todos los evangelizadores deben redescubrir igualmente el alcance profético de su vocación cristiana. Los cursillistas han de estar en primera línea de la evangelización. El próximo día 22 de enero daremos gracias al Señor  en la Catedral de Córdoba presididos por el Sr. Cardenal Rylco Presidente del Pontificio Consejo para los laicos de la Santa Sede, por este acontecimiento numérico único en Europa, el que han llegado a participar desde el primer cursillo en el año 1954 más de 30.000 cursillistas que nos hablan de la plena actualidad de este Movimiento.
Ángel Rubio Castro
Obispo de Segovia
Consiliario Nacional del M.C.C.

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