viernes, 29 de junio de 2012

PEDRO Y PABLO, HOMBRES SENCILLOS, CON SUS DEBILIDADES Y DIFICULTADES, PERO TESTIMONIOS FIRMES DE JESÚS. DE ELLOS NOS VIENE NUESTRA FE


Evangelio según san Mateo 16, 13-19
“Pedro fue el primero en confesar la fe, Pablo, el maestro insigne que la interpretó; aquel fundó la primitiva Iglesia con el resto de Israel, éste la extendió a todas las gentes. De esta forma, por caminos diversos, los dos congregaron la única Iglesia de Cristo, y a los dos, coronados por el martirio, celebra hoy tu pueblo con una misma veneración.
Pablo no conoció a Jesús y, más aún, durante unos años fue un judío perseguidor de cristianos. Todos recordamos cómo Saulo se convierte, descubre la fe en Jesús y pasa a ser el gran apóstol de los gentiles, de los que no eran judíos, el que irá predicando el evangelio por todo el Medi-terráneo con sus viajes, con sus cartas. Pablo también acabará encarcelado y mártir en Roma. Sus cartas, con tanta frecuencia proclamadas en nuestras cele¬braciones, nos ayudan a conocer su carisma y su mensaje.
Pedro y Pablo. Los dos grandes apóstoles. Los fundamentos de la Iglesia. La celebración de hoy debe ayudarnos a fortalecer nuestra fe. Pedro y Pablo fueron dos hombres sencillos, cada uno con su historia, con sus debilidades y dificultades, aunque también fueron unos testimonios firmes de Jesús, hasta dar los dos la vida en el martirio en Roma. De ellos, de los apóstoles, de Pedro y de Pablo, nos viene nuestra fe, que se ha ido transmitiendo de generación en generación y en la unidad de la Iglesia. Nosotros también somos hombres y mujeres sencillos, débiles, que a veces nos cuesta creero que nos cuesta ser unos auténticos discípulos de Jesús. Pero en Pedro y Pablo encontramos un modelo, un ejemplo, un motivo para animarnos, para sentirnos de veras seguidores de Jesús, miembros de su Iglesia. Al mismo tiempo rezamos a Dios por intercesión de Pedro y Pablo: por la Iglesia, por el papa, por los obispos, por todos los cristianos y cristianas del mundo; que nos mantengamos firmes en la fe.
En el evangelio del día escuchamos aquella escena en la que Jesús pregunta a sus discípulos: “¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre?”. Hoy Jesús vuelve a preguntarnos. “Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?” Y cada uno de nosotros tiene que encontrar su respuesta: ¿Quién es Jesús para mí? Ojalá que seamos capaces de responder como Pedro reconociendo que Jesús es el Señor, el Hijo de Dios, aquel que da sentido a nuestra vida, aquel en quien podemos encontrar las raíces más profundas de nuestro ser. Que la profesión de fe de Pedro, y también de Pablo, sea hoy ejemplo y ánimo para que cada uno de nosotros hagamos también nuestra propia y personal profesión de fe.

Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)

No hay comentarios:

Publicar un comentario