Evangelio según San Mateo 6, 1-6. 16-18
La triada limosna, ayuno y oración es la expresión de las tres relaciones fundamentales en las que inevitablemente vive el hombre, y que constituyen las tres fuentes primarias de exigencia moral: la relación con los demás, la relación consigo mismo y la relación con Dios.
- Con los demás debemos ser justos y benevolentes;
- en relación con nosotros mismos debemos controlar y dominar las propias inclinaciones;
- en relación con Dios, hemos de elevar nuestra mente y nuestro corazón para reconocerlo, alabarlo, adorarlo y someternos a Él. Jesús nos llama a hacer el bien por el bien mismo y no por los beneficios añadidos que podamos obtener de él.
Es una llamada a la generosidad que sabe posponer los beneficios inmediatos al bien elegido por razón de sí mismo, por su intrínseca dignidad. Y es que, de hecho, la felicidad y el bienestar material a los que aspiramos tan legítima como inevitablemente dependen de múltiples factores que no están en nuestra mano y, por tanto, no hay modo de asegurárselos en esta vida. Lo único que en esta vida depende completamente de nosotros es el vivir con dignidad, honestamente. Y, como hacer esto significa, a fin de cuentas, reconocer de un modo u otro la fuente de todo bien, que es Dios, vivir con dignidad, aún a costa de perder en esta vida, significa abrirse a esa clase de bienes definitivos que sólo Dios puede otorgar, y en los que la vida vivida con dignidad y el deseo de felicidad encuentran por fin acuerdo y armonía.
Comentarios realizados por: José Valiente Lendrino (Viceconsiliario Nacional de Cursillos en España)
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