Al leer este pasaje, las palabras de Jesús nos podrían hacer pensar: ¿Es que Dios hace diferencias? Es que, ¿Dios ha elegido a unos para el cielo y a otros para el infierno? La respuesta definitivamente es no. Dios no ha cerrado los ojos y los oídos sino, como el mismo Jesús dice: es que su corazón se ha hecho insensible, no tienen deseos de convertirse.
Pero ¡Dichosos vuestros ojos, porque ven, y vuestros oídos, porque oyen! Os aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que veis vosotros y no lo vieron, y oír lo que oís y no lo oyeron.» que nos convirtamos cada día para que se nos de más somos unos afortunados y en ocasiones no lo vivimos los profetas deseaban el tiempo de Jesús y no lo conocieron, nosotros estamos en el Tiempo del Espíritu, y en ocasiones da la impresión de que aun estamos esperando un salvador, que ya ha venido y ya nos ha salvado, si tenemos deseos de conversión, dichosos vosotros porque veis y oís.
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