ORAR Y PEDIR QUE MANDE MUCHOS OBREROS A TRABAJAR POR EL REINO

Jesús recorre los pueblos predicando el reino de Dios; le presentan enfermos y los cura, pues tenía compasión de las gentes que estaban extenuadas y andaban descarriadas como ovejas sin pastor.
Jesús nos advierte que el trabajo es mucho pero los obreros pocos, y nos manda pedir al Señor de la mies que mande trabajadores a su mies.
Jesús nos recuerda el poder de la oración. Antes de curar, Jesús oraba; antes de predicar, oraba. La oración era para él el arma fundamental con la que enfrentarse a las dificultades de la vida; por eso a los discípulos nos invita a orar, pidiendo trabajadores para extender el Reino de Dios.
La Iglesia se encuentra escasa de obreros que prediquen por el mundo el Evangelio del Reino! Y, ¡quizás nos acordamos poco de orar y pedir al Señor que mande muchos obreros a trabajar por el Reino! Sacerdotes desde su ministerio, y laicos que adopten  un compromiso firme. Con el apoyo de la oración convirtiéndose en mensajeros de la verdad, en los ambientes, en la profesión, en medio de la gente, en la familia, con los amigos; siendo auténticos testigos de Jesús y trabajando por el Reino de Dios con la certeza de que Él estará con nosotros hasta el fin del mundo.

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