No se trata de juzgar cuál de las dos hermanas o cual de dos estilos es mejor, aunque si no escuchamos tal vez nuestro trabajo no sea el que él espera, sino de hacer ver con claridad que cuando el Señor pasa hay que acogerlo en casa, como ha hecho Marta, y cuando habla escucharlo, como hace María. El Señor remarca que hay un tiempo para cada cosa. En nuestra vida aparecerán momentos en que tendremos que trabajar y momentos en que tendremos que estar atentos al Señor, dialogar con Él, escucharle, momentos de trabajo y momentos de oración.
Esto, la oración y el trabajo, hará posible que por la fe consigamos del maestro la vida de nuestros hermanos como la fe de Marta consiguió que su hermano Lázaro volviera a la vida.
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