¡Muchas felicidades, Samuel, Jaime y Emmanuel!
Os tenemos en nuestras oraciones. ¡De colores!
El pasado sábado 28 de junio, a las 11,00 horas, el Obispo de la Diócesis Complutense, Mons. Juan Antonio Reig Pla, presidió la Misa de ordenación sacerdotal de los diáconos Jaime Salido Moreno, Emmanuel Missago y Samuel Galán Fernández. La celebración tuvo lugar en la Catedral-Magistral de Alcalá de Henares.
Durante la homilía, Mons. Reig Pla manifestó su alegría y, al mismo tiempo, su preocupación porque estos tres nuevos sacerdotes “van a ser destinados a un mundo donde la fe está llamada a vivir a la intemperie, donde no van a tener las apoyaturas institucionales de otros tiempos, ni de la Jefatura del Estado, ni de los partidos políticos ni de los sindicatos ni de los medios de comunicación. Es como soltarles a una sociedad que está viviendo dosis altas de paganismo y, por tanto, tienen que ir reforzados con las armas de Dios: la espada de la fe, la coraza y el yelmo que el Señor os regala hoy”.
El Obispo afirmó conocer la buena formación y buena intención de los nuevos presbíteros, pero también la hostilidad y los prejuicios que, en nuestro tiempo, se tienen hacia el Evangelio y la Iglesia. “Vais a trabajar por crear unidades de resistencia ante un mundo hostil, de tal manera que vuestro trabajo va a ser un trabajo en profundidad, hacia adentro, creando unidades de resistencia, comunidades cristianas, cuarteles de invierno, donde la fe será custodiada y protegida, con toda la valentía para combatir el buen combate de la fe. Como los primeros cristianos”.
Don Juan Antonio animó a Samuel, a Jaime y a Emmanuel a no tener ningún miedo. “La victoria está asegurada: hoy la Virgen María se nos coloca, bellísima, en su Corazón Inmaculado, como prototipo de lo que es la Iglesia virginal, donde reside toda la fuerza del Espíritu Santo. Y con esa fuerza vais a salir al combatir diariamente el combate de la fe. Primero personalmente, cada uno de vosotros, para que no os derrumbe el Demonio y os robe la fe, confiando en la misericordia de Dios y pidiéndole que os regale un corazón purificado”. En segundo lugar, para “que animéis la fe de aquellos que la Iglesia os va a confiar, de manera que vivan con la alegría de la Redención y el gozo del Evangelio”.
En otro punto de su profunda homilía, Mons. Reig nos alertó de la importancia de tener un corazón limpio, porque “el corazón limpio nos hace ver, y nos hace reconducir nuestro deseo hacia las cosas de Dios. Y orientar todos nuestros pasos para que nuestros hermanos no se vean privados de Dios”.
Don Juan Antonio pidió al Inmaculado Corazón de María que enseñe a estos tres nuevos sacerdotes a meditar la Palabra de Dios, a vivir en total disponibilidad al Señor, con una alegría inmensa el sacerdocio que ahora comienzan.
Después de la celebración tuvo lugar un ágape fraterno en el patio del Seminario diocesano donde todos los fieles asistentes pudieron compartir la alegría por estos tres jóvenes que se suman ahora al número de sacerdotes de nuestra diócesis.
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