Importante descubrimiento: una pieza artística de la Catedral relacionada con los Santos Niños
Se trata de una placa de plata de pequeñas dimensiones,
probablemente del siglo XVII
Tal y como aparece reseñado en la última edición del semanario alcalaíno PUERTA DE MADRID –nº 2.365, del 21 de febrero de 2015– los responsables de la Catedral Magistral de Alcalá de Henares han identificado e incorporado al Tesoro-Museo catedralicio una pieza artística de enorme interés, ya que representa el momento en que el obispo Asturio encuentra la sepultura de los Santos Niños Justo y Pastor, en las afueras de la antigua ciudad romana de Complutum, en el lugar conocido por la tradición como "campo laudable".
Recogemos a continuación el artículo escrito por Trinidad Yunquera, historiadora del arte del obispado complutense y Angela Flores, historiadora del arte y restauradora.
El patrimonio mueble de la Santa e Insigne Iglesia Magistral-Catedral de Alcalá de Henares se ha visto incrementado recientemente con una pieza de gran belleza y buena factura, cuya finalidad exacta desconocemos. Se trata de una placa de plata corleada, con unas dimensiones de 10,5 cm. x 9,3 cm. Compuesta por dos láminas de plata repujada y cincelada superpuestas, la lámina del anverso presenta una corladura que le proporciona un aspecto dorado y luminoso. Posee dos solapillas laterales y una trabilla posterior con orificio central con marcas de haber estado encajada en otra pieza. En cuanto a la datación podemos sugerir posiblemente el siglo XVII, tanto por su hechura como por su técnica. La pieza se encontraba en los fondos de la propia Magistral y ahora sale a la luz añadiéndose al Tesoro-Museo de la Catedral.
Gracias a las dos solapillas mencionadas podemos aventurar el uso posible de la pieza, pues parecen tener la función de hacerla encajar, como era usual, en una de las cruces parroquiales que poseía el templo. O bien podría tratarse de una de las escenas de un posible retablillo que representara la vida de Asturio, hoy perdido.
De indudable significación es el elemento iconográfico al que hace referencia este relieve, pues la escena representa el momento en que Asturio, obispo de Toledo, por inspiración divina encuentra en el llamado “campo laudable”, a comienzos del siglo V, los cuerpos de los Santos Niños Justo y Pastor y la piedra o ara martirial sobre la que fueron decapitados. Asturio aparece arrodillado, con la mitra depuesta en el suelo en señal de veneración, junto a la piedra del martirio –la misma que se conserva actualmente en la cripta de la Magistral– que acaba de ser desenterrada por un mozo, azada en mano. En la piedra pueden verse las huellas dejadas por los santos mártires al apoyar sus rodillas para ser ejecutados. En alto, un ángel entre nubes señala el lugar exacto del hallazgo. Al fondo vemos las murallas de una ciudad fortificada, indicando claramente que el hecho sucede extramuros de Alcalá, en el ya citado “campo laudable”. Como referencia iconográfica podemos recordar el gran lienzo que Gregorio Ferro pintó en 1807 para el altar mayor de la Iglesia de San Justo y Pastor de Toledo.
Esta iconografía es muy querida para los alcalaínos, pues gracias a este obispo toledano y complutense, Asturio, y a su “invención” (hallazgo, en el sentido latino) hoy sabemos y tenemos constancia fehaciente del lugar del martirio y del descubrimiento de los restos de los Santos Niños Justo y Pastor, nuestros patronos, en la ciudad de Alcalá de Henares.
Según relata San Ildefonso, tras este magnífico descubrimiento Asturio decidió no regresar a Toledo, permaneciendo en la ciudad complutense como obispo de la misma y custodio de los cuerpos de los Santos Niños, para lo cual mandó edificar, en el mismo lugar del hallazgo, un templo para custodia y honra de los santos patronos de la ciudad, solicitando ser enterrado en este mismo lugar a su muerte, como así sucedió. Desde entonces el culto y veneración de Justo y Pastor ha sido constante en nuestra ciudad, no habiéndose interrumpido ni siquiera durante el periodo de ocupación musulmana, cuando sus cuerpos fueron trasladados al norte de la Península. Tras la reconquista cristiana Alcalá hizo todo lo posible para que las reliquias de los Santos Niños –o al menos parte de ellas– volvieran a su lugar de origen, cosa que sucedió, como es bien sabido, el 7 de marzo de 1568. La recuperación de esta pieza, de iconografía inédita en nuestra ciudad, es así una preciosa contribución a la Fiesta de la Reversión que celebraremos dentro de unos días.
Recogemos a continuación el artículo escrito por Trinidad Yunquera, historiadora del arte del obispado complutense y Angela Flores, historiadora del arte y restauradora.
El obispo Asturio y el hallazgo de los cuerpos de los Santos Niños Justo y Pastor
El patrimonio mueble de la Santa e Insigne Iglesia Magistral-Catedral de Alcalá de Henares se ha visto incrementado recientemente con una pieza de gran belleza y buena factura, cuya finalidad exacta desconocemos. Se trata de una placa de plata corleada, con unas dimensiones de 10,5 cm. x 9,3 cm. Compuesta por dos láminas de plata repujada y cincelada superpuestas, la lámina del anverso presenta una corladura que le proporciona un aspecto dorado y luminoso. Posee dos solapillas laterales y una trabilla posterior con orificio central con marcas de haber estado encajada en otra pieza. En cuanto a la datación podemos sugerir posiblemente el siglo XVII, tanto por su hechura como por su técnica. La pieza se encontraba en los fondos de la propia Magistral y ahora sale a la luz añadiéndose al Tesoro-Museo de la Catedral.
Gracias a las dos solapillas mencionadas podemos aventurar el uso posible de la pieza, pues parecen tener la función de hacerla encajar, como era usual, en una de las cruces parroquiales que poseía el templo. O bien podría tratarse de una de las escenas de un posible retablillo que representara la vida de Asturio, hoy perdido.
De indudable significación es el elemento iconográfico al que hace referencia este relieve, pues la escena representa el momento en que Asturio, obispo de Toledo, por inspiración divina encuentra en el llamado “campo laudable”, a comienzos del siglo V, los cuerpos de los Santos Niños Justo y Pastor y la piedra o ara martirial sobre la que fueron decapitados. Asturio aparece arrodillado, con la mitra depuesta en el suelo en señal de veneración, junto a la piedra del martirio –la misma que se conserva actualmente en la cripta de la Magistral– que acaba de ser desenterrada por un mozo, azada en mano. En la piedra pueden verse las huellas dejadas por los santos mártires al apoyar sus rodillas para ser ejecutados. En alto, un ángel entre nubes señala el lugar exacto del hallazgo. Al fondo vemos las murallas de una ciudad fortificada, indicando claramente que el hecho sucede extramuros de Alcalá, en el ya citado “campo laudable”. Como referencia iconográfica podemos recordar el gran lienzo que Gregorio Ferro pintó en 1807 para el altar mayor de la Iglesia de San Justo y Pastor de Toledo.
Esta iconografía es muy querida para los alcalaínos, pues gracias a este obispo toledano y complutense, Asturio, y a su “invención” (hallazgo, en el sentido latino) hoy sabemos y tenemos constancia fehaciente del lugar del martirio y del descubrimiento de los restos de los Santos Niños Justo y Pastor, nuestros patronos, en la ciudad de Alcalá de Henares.
Según relata San Ildefonso, tras este magnífico descubrimiento Asturio decidió no regresar a Toledo, permaneciendo en la ciudad complutense como obispo de la misma y custodio de los cuerpos de los Santos Niños, para lo cual mandó edificar, en el mismo lugar del hallazgo, un templo para custodia y honra de los santos patronos de la ciudad, solicitando ser enterrado en este mismo lugar a su muerte, como así sucedió. Desde entonces el culto y veneración de Justo y Pastor ha sido constante en nuestra ciudad, no habiéndose interrumpido ni siquiera durante el periodo de ocupación musulmana, cuando sus cuerpos fueron trasladados al norte de la Península. Tras la reconquista cristiana Alcalá hizo todo lo posible para que las reliquias de los Santos Niños –o al menos parte de ellas– volvieran a su lugar de origen, cosa que sucedió, como es bien sabido, el 7 de marzo de 1568. La recuperación de esta pieza, de iconografía inédita en nuestra ciudad, es así una preciosa contribución a la Fiesta de la Reversión que celebraremos dentro de unos días.
Angela Flores y Trinidad Yunquera
obispadoalcala.org
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