Ayer nuestra Madre, la Virgen del Val, fue la protagonista indiscutible de la Vigilia de San Valentín.
Hermosísimo el gesto de ponernos a sus pies cobijados con su manto recibiendo la bendición del obispo.
Gracias, Madre por ese abrazo y protección maternal. Ayúdanos a saber amar verdaderamente sabiéndonos muy amados y amados por Dios y por ti.
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