COMPENDIO DE ORACIÓN Y DE VIDA
Cristo nos dio en el "Padre Nuestro" un compendio de todo lo que tenemos que vivir y reclamar a Dios, Padre de todos los hombres (Mt 6,9-13). Si Él nos, dice que acojamos la Palabra que sale de su boca (Is 55,11) para que no vuelva a Él vacía y su voluntad se realice y se cumpla su encargo, estamos pidiendo con otras palabras "que se haga su voluntad en la tierra como en el cielo" (Mt 6,10b) Y que nos dé ya hoy el pan del siglo venidero, su misma Palabra y manjar de vida eterna (Mt 6,11).
Si Le decimos a Dios que queremos que "su palabra germine y dé semilla al sembrador y pan al que come" (Is 55,10), estamos pidiendo al Padre que "su Reino venga a nosotros" (Mt 6,10), que su Santo Espíritu lo haga fructificar en nosotros y que nunca falte en nosotros su mensaje.
Cuando acudimos a Dios y le decimos que nos falta el pan material (Mc 8,15), le estamos ya pidiendo que nos dé el pan de cada día (Mt 6,11). Si le pedimos que nos "guarde de la levadura de los fariseos y de Herodes" (Mc 8,15), le estamos rogando que nos proteja de caer en la tentación (Mt 6, 13a) y que nos libre los enemigos de Jesús, que son los nuestros.
Si obedecemos al Señor y nos refugiamos con todos los hijos de Dios en el arca (Gn 7,1) protectora, que es su Iglesia, estaremos viviendo entonces la petición de que "nos libre del mal" (Mt 6,13b), de Satanás y del pecado, que inundan al mundo. Cuando Dios anega el reino del pecado con un diluvio de bautismo y de perdón (Gn 7,4), entonces el nombre de Dios es santificado (Mt 6,9b) y su Reino se fortalece entre los hombres.
Como en el bautismo y "con la palabra de verdad, Dios nos engendró, para que seamos como la primicia de sus criaturas" (St 1,18), podremos llamar de verdad a Dios "Padre nuestro" (Mt 6,9a) y a los hombres nuestros hermanos. Si pedimos perdón al Padre del cielo por nuestras ofensas y perdonamos a los que nos han ofendido (Mt 6,12), seguiremos cumpliendo su santa voluntad y apresurando el triunfo del Reino de Dios. Su Reino llegará en plenitud, cuando "soportadas las pruebas, recibamos la corona de vida que el Señor ha prometido a los que le aman" (St 1,12).
Padre del cielo, eres bueno y no tientas a nadie (St 1,13), sino que nos ayudas constantemente para no caer en la tentación. De Ti, Padre de los astros, viene todo don perfecto (St 1,17) y toda gracia. A Ti te suplicamos con el "Padre nuestro" que vivamos siempre como hijos tuyos. Amén.
"Hijos míos, que estáis en la tierra, preocupados, en pruebas o alegres, Yo, como Padre, conozco vuestros nombres y vuestros sufrimientos y problemas. Yo os amo. Hablad Conmigo de las cosas de mi Reino. Escucharéis mis respuestas, recibiréis mis dones y juntos construiremos mi Reino. Estoy siempre con vosotros".
EL PAN DE LA PALABRA DANÓSLE HOY
CICLO B Pág. 66 y 67 (Ceferino Santos S.J.)
CICLO B Pág. 66 y 67 (Ceferino Santos S.J.)
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