En cuanto se hace de día, tres mujeres van al sepulcro donde Jesús estaba enterrado y ven que no está su Cuerpo.
Un Ángel les dice que ha resucitado.
Van corriendo donde está la Virgen con los Apóstoles y les dan la gran noticia: ¡Ha resucitado!
Pedro y Juan corren al sepulcro y ven las vendas en el suelo.
Ahora entienden que Jesús es Dios. El desconsuelo que tenían, ayer, se transforma en una inmensa alegría.
Y rápidamente lo transmiten a los demás Apóstoles y discípulos.
Y todos permanecen con la Virgen esperando el momento de volver a encontrarse con el Señor.
Desde entonces, todos los cristianos podemos tratar al Señor, que está Vivo.
Hoy estamos muy contentos y es momento de darle constantemente gracias a Dios.
Como Pedro y Juan, tú también tienes que preocuparte de que tus amigos sepan que Jesús ha resucitado, y le traten. Pídele esa preocupación.
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