martes, 7 de abril de 2015

LA RESURRECCIÓN DE CRISTO JESÚS


(Habla Jesús):

Desde ahora tenéis mas cerca a la divinidad que nunca. En mi, ya resucitado, habita corporalmente toda la divinidad. Ya antes habría sido así pero en forma de siervo. Ahora se me ha dado todo poder en el cielo y en la tierra porque el Padre de los cielos me ha constituido Señor y Juez, Alpha y Omega, Principio y Fin.
Hijos míos: ya tenéis camino, ya tenéis dueño. Acudido a mí y lo tendréis todo.
Yo estoy sentado a la derecha de Dios Padre como supremo intercesor de las causas de los hombres. Yo os envío mi Espíritu, que siempre fue universal y eterno, pero que ahora, después de mi resurrección se ha hecho cristiano y humano y es que os lo envío yo por designación del Padre, yo que soy hombre aunque revestido ya de la nueva condición.

Canta aleluya, hermano mío, porque todo se ha recubierto de esplendor.
Que todas las criaturas se alegren con el júbilo de la criatura nueva, renovada en santidad y justicia, apta para la nueva vida.
Para esta celebración y esta alabanza existen los cielos y la tierra, para esto se ha preparado todo en larguísimos años de evolución, porque yo soy el sentido del universo, para mí fue creado y en mí para todos vosotros.
Huyen el pecado y el Maligno que durante millones de años han sometido la belleza de la creación a una condición de frustración, dominada por el miedo, el llanto y la muerte. Desposeídos de todo poder han sido echados fuera.
¡Qué asombroso beneficio el del amor de Dios por nosotros!
¿De qué nos serviría haber nacido si no hubiéramos sido rescatados?
¡Qué incomparable ternura y caridad!
 Fue necesario nuestro pecado para poder disfrutar de esta dicha.
¡Que nadie se asuste del pecado teniendo a Jesucristo!
¡Oh feliz culpa que ha merecido tal redención y tal Redentor!


Chus Villaroel O.P
Meditaciones sobre el Viacrucis

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