sábado, 4 de abril de 2015

MEDITACIONES P.CEFERINO SANTOS: SÁBADO SANTO


OS INFUNDIRÉ UN ESPÍRITU NUEVO
 
La Vigilia del Sábado Santo recorremos con la Iglesia en las lecturas de la liturgia un panorama completo de la historia de la salvación desde la aurora del mundo hasta el sepulcro vacío de Cristo, Luz de la nueva humanidad. La vieja y maravillosa creación (Gn 1) va quedándose atrás para dar paso a la nueva creatura en Cristo, que sepultada por el bautismo de agua en la muerte del Señor, renace con el resucitado a una vida nueva (Rm 6, 4). En esta vida nueva se nos da un corazón nuevo (Ez 36,26) y un espíritu nuevo, que es el Espíritu del mismo Señor resucitado y Dador de la vida nueva de los hijos de Dios.
 
Del sepulcro de Cristo resucitado está brotando la nueva creación y la vida con Cristo en Dios (Rm 6,11). Al entrar hoy en el sepulcro de Cristo, no nos encontramos con el vacío ni con la muerte; sino con un joven vestido de blanco (Mc 16,5), que anuncia el mensaje de vida en Cristo para siempre: "¡Ha resucitado!" (Mc 16,6). Entramos en el sepulcro de Cristo como en el templo de la divinidad, para llenarnos de una vida nueva y del Espíritu del Señor. Él es Señor y dador de vida. Con Él podemos tener la vida cristiana fuerte y vigorosa, llena de carismas y de dones, que brota del Espíritu que resucitó a Jesús.
 
Con el Espíritu de Dios "aprendemos dónde se encuentra la vida larga, la luz de los ojos y la paz" (Ba 3,14). Con el Espíritu del resucitado escucharemos mejor la Palabra de Dios, la saborearemos como plato sustancioso, la escucharemos y por ella viviremos (Is 55,3) en plenitud. Con el Espíritu Santo reviviremos en novedad de vida el sacrificio de Abrahán en el monte Moria, o Calvario (Gn 22,11-18), y la ofrenda sacrifica! de Cristo en el mismo monte para salvación de la humanidad.
 
Con la fuerza del Espíritu del Resucitado podremos cruzar el mar de los peligros mundanales por el vado seco y sepultar en las aguas del Bautismo los carros de combate del Satanás que nos persigue (Ex 14,27). Con el Espíritu de amor del Resucitado renovaremos nuestra alianza de fidelidad con Dios, como esposa de la juventud (Is 54,6), que vuelve para tener una nueva experiencia del Dios vivo y amoroso. Y, con el Espíritu del Resucitado, "no moriremos; viviremos para contar las alabanzas del Señor" (Sl 118,47) y el triunfo del Resucitado sobre el pecado y la muerte.
 
Danos, Señor Resucitado, en unión Contigo, la experiencia de la vida nueva del Espíritu y de la potencia del poder de Dios, que resucita a los muertos. Imprime tu imagen de resucitado en nosotros, como en un sudario vivo y nuevo.
 
"Desde hoy, de mi sepulcro de Resucitado, brotan los torrentes de la vida del Espíritu. Acudid a beber aquí este agua que da vida eterna. Acercaos a las corrientes de salvación, que brotan de la roca de mi sepulcro. Yo soy vuestra resurrección y vuestra vida inacabable."
 
EL PAN DE LA PALABRA DANÓSLE HOY.
CICLO B Pág. 111 y 112 (Ceferino Santos S.J.)
 
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