Nuestro Consiliario, D. Javier Ortega, hace el comentario del Evangelio de hoy.
Mc 2, 23-28
Un sábado, atravesaba el Señor un sembrado; mientras andaban, los discípulos iban arrancando espigas.
Los fariseos le dijeron: «Oye, ¿por qué hacen en sábado lo que no está permitido?»
Él les respondió: «¿No habéis leído nunca lo que hizo David, cuando él y sus hombres se vieron faltos y con hambre? Entró en la casa de Dios, en tiempo del sumo sacerdote Abiatar, comió de los panes presentados, que sólo pueden comer los sacerdotes, y les dio también a sus compañeros.»
Y añadió: «El sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado; así que el Hijo del hombre es señor también del sábado.»
Reflexión:
El hijo del hombre, Jesús, es señor del sábado. Con esa afirmación Jesús se presenta como el nuevo Moisés que da pleno sentido a la Ley y nos recuerda la primacía de la caridad y la centralidad de la persona humana.
Las leyes son para el hombre y no viceversa. Todo es para la persona. San Juan Pablo II comentó en alguna ocasión que el evangelio es el asombro, el estupor ante la persona concreta. La gran novedad del evangelio es la afirmación radical del valor de cada persona, de su vocación única e irrepetible.
Los fariseos han “endiosado” los preceptos de la ley olvidando su fundamento y por eso su corazón se endurece y son incapaces de caridad y misericordia. El legalismo, el formalismo son tentaciones que acechan nuestro corazón.
El Señor abre horizontes, nos invita a vivir la libertad de los hijos de Dios y la caridad en la verdad.
D. Javier Ortega Martín, Consiliario de Alcalá
http://www.cursillosdecristiandad.es/events/martes-ii-semana-del-tiempo-ordinario/
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